Etiqueta: Columna Filosófica
¿Es Epicuro un hedonista a ultranza?
Autor: Estiven Valencia Marín.
Tal como se nos ha trasmitido a lo largo de la historia del pensamiento, la premisa sustancial de la filosofía epicúrea que dice del placer el ser principio y fin de la vida feliz parece guardar ciertas particularidades que hacen de Epicuro defensor de un ideario inédito, alejado, sin más, de la confrontación académica ocurrida años previos a su existencia sobre la cuestión por el mejor modo de vida y su contenido. Se trata, entonces, de la pregunta por el comportamiento moral tan propia de la cultura griega, una cultura que asiste a grandes y hostiles convulsiones del tiempo a causa de los conflictos políticos y sociales del territorio y que, desde una visión terapéutica de las preocupaciones propuestas por el filósofo de Samos, ve la filosofía como la vía de salvación para el hombre y mujer del entonces.
Del velo y sus secretos: análisis estético de Persona de Bergman desde Byung-Chul Han
El presente texto comprende un corto análisis estético de Persona, película de 1966, dirigida por Ingmar Bergman (1918-2007) a partir del pensamiento del filósofo surcoreano contemporáneo Byung-Chul Han (n. 1959) y su texto La salvación de lo bello de 2015, en el cual recorre conceptos como lo terso y lo pulido para retratar y evidenciar un problema que está engendrándose rápidamente en nuestra sociedad, y que se difunde, junto a la mundialización, aún más velozmente: la valorización y comercialización de todo. Me pregunto, por tanto, cómo concebiría estéticamente Han a Persona, película moderna y subjetivante, tras presentar ambas obras, para finalmente concluir.
Política y redes sociales: el dilema democrático
Autores: Nicolás Orozco M. & Valentina J. Bará.
A inicios del presente año, una serie de polémicos acontecimientos toman lugar en el país norteamericano defensor de “la democracia y la libertad”. Las elecciones presidenciales entre Donald Trump y Joe Biden se enmarcan dentro de una coyuntura pandémica que agudiza la crisis económica, política, sociocultural e ideológica que ya estaba presentando esta nación, en una pugna interna polarizada entre el republicano y el demócrata. Desde manifestaciones por el Black Live Matters hasta el asalto al Capitolio -con tan precaria seguridad que parece inverosímil-, la tensión política estaba más viva que nunca, y las redes sociales no dudaron en reaccionar.
Por qué limitar la formación humanística al acervo occidental es una pésima idea
No pocas veces llegué a escuchar profesores en aulas de ambos lados del Atlántico decir que estaba bien abrirse a los conocimientos y la cultura de otras civilizaciones, pero primero era necesario tener una firme base en “nuestra” civilización occidental. La razón: antes de conocer otras culturas y civilizaciones, debemos tener una clara y profunda noción del suelo desde el cual observamos. No hay lugar a dudas: debemos tener una clara autoconciencia de nuestra posición, del suelo donde plantamos nuestros pies. No obstante, lo que me he encontrado con la experiencia es que tal autoconciencia no es posible si nos acogemos al consejo de los profesores a los que aludí al principio. Me temo que si han insistido en este consejo es porque les sirve de excusa para mantener la formación humanística de las escuelas y universidades igual a como ha sido hasta ahora: fundamentalmente occidental. Y no: no puede ser.
¿Qué tan humanos?
Colombia, un país de pueblos nostálgicos, aunque coloridos, de ciudades grandes pero insuficientes, de variedad de cultura, pero sin reconocimiento o participación; es nuestro país y posiblemente no conocemos toda su historia, pero vagamente sabemos que ha sido atravesada por la lanza del conflicto armado, de la corrupción y de la violencia. La historia de Colombia tiene fuertes implicaciones en lo que respecta a la definición de seres humanos colombianos que hoy caminamos por las calles y con los cuales nos relacionamos cada día.
La obra de Alejandra Pizarnik a la luz del sinsentido deleuzeano
Cuando se hace alusión a cualquiera de los poemas de la poeta argentina, se piensa, casi de inmediato, la estrecha relación de sus palabras con su propia vida y al funesto modo de darle fin a esta. Tal relación parece sustentarse desde la experiencia vital que ella enuncia en la mayoría de sus poemas y prosas, cuya tendencia es una oda a la muerte.
Entre Proctor y Coetzee: diálogos agnotológicos
La columna aborda, a modo de introducción, los temas de si la ignorancia puede ser voluntaria o involuntaria y si puede darse el caso donde en un mismo caso existan dos tipos de ignorancia. Más aun, si de un tipo de ignorancia puede darse otro. Para este análisis se toma se referentes a Robert Proctor y a J. M. Coetzee.
La vida y el Filósofo
Autor: Alecto de Medicis.
La vida tiene una variedad abismal de formas y todas ellas se expresan de manera diferente. Allí donde una forma de vida tiene propósito, la forma de vida que se expresa transforma su entorno de cierta manera. El ser humano es vida. Es una multiplicidad de maneras de ser que tienen propósito. La expresión de ese propósito es la búsqueda de sentido.
Tenemos permitido “ser libres”
¿Qué quiero decir con que tenemos permitido “ser libres”? en principio la expresión puede parecer contradictoria, pues de ser libres no necesitaríamos permiso alguno. La presente columna tiene como finalidad presentar el modo en el que, al ser humano actual comparable al ser humano de rendimiento, se le tiene permitido “ser libre” o mejor dicho, se le permite creer que lo es. Antes de responder a la cuestión enunciada, revisemos los contextos en los que el hombre puede creer que es libre, ¿dónde tenemos permitido ser libres?
Contra la sociedad asintomática: una reflexión sobre el dolor
La incertidumbre y el rechazo frente al dolor no tienen nada de sorprendente. Aunque sin saber muy bien de qué va el asunto del dolor, basta con una pizca de experiencia de dicho enigma para desdeñar su existencia. Esto ha permitido fundar socialmente un estilo de vida que le declara la guerra a este fenómeno. El dolor está provisto de incapacidad, es el fantasma de la muerte, aflige, deprime, angustia y como si fuera poco, no es atractivo y resulta vergonzoso.