No hay VIHDA en Colombia

Apelar a la vida es el recurso más instintivo de nuestra especie y por lo mismo puede resultar tan bello como siniestro. Tanto la persona diagnosticada con VIH como la que no, quieren vivir. Ambas tendrán que identificar y derrumbar sus prejuicios frente a la enfermedad, la primera para incorporarse a un programa de tratamiento que le permita continuar de la mejor manera posible con su vida, incluso buscando alcanzar la supresión viral, y la segunda para evitar la estigmatización y la reproducción o viralización de contenido prejuicioso y desinformativo que, como lo advierten las estadísticas epidemiológicas de VIHCOL y CAC, aumentan el desconocimiento y la propagación del virus. Leer más