Autor: Felipe Cuervo Restrepo
Supongo que el título que he escogido puede resultar molesto por una de dos razones: para algunos, que asumo corresponderán a la mayor parte de quienes a esta revista lleguen, parecerá en alguna medida degradante incluir a las humanidades entre las actividades propias del ocio; para otros, acaso escasos a la hora de hacer confesiones pero, según lo demuestran la distribución de presupuestos para becas y el número de plazas para profesores de planta en muchas universidades, más que numerosos en la práctica, el título puede resultar redundante, por lo menos en la medida en que las humanidades, como las actividades de los ociosos, resultan improductivas. Leer más