Capturaasas
IMG_2155

Jasmine Miranda 

Licenciada en Pedagogía, gestión escolar Universidad UNADE, México. 

Evento 
“Las humanidades en…”

Las humanidades en… un valor añadido al consumo las redes sociales

¿Cómo vincular el uso de las redes sociales con las humanidades? La palabra correcta puede ser impacto. En tiempos de adaptación a las nuevas realidades vividas en diferentes partes del mundo, los medios de comunicación están en nuestras manos y nos hemos apoderado de la información al momento.

Según el reporte anual de The Global State of Digital del 2019, se estima que el 52% de la población mundial utiliza redes sociales. Estas se pueden definir como sitios y aplicaciones que permiten el intercambio de información entre personas y/o comunidades sociales/empresariales. Hoy más que nunca esto nos permite ser partícipes en opinión y divulgación a través del mundo.

Ese intercambio de ideas genera un impacto en muchos sentidos sobre aquello de lo que hablamos y opinamos hacia afuera. Varios ejemplos sobre el efecto de ese intercambio de información pueden ser las organizaciones de los últimos movimientos importantes que hemos presenciado como la marcha del pasado 8 de marzo en contra de la violencia hacia a la mujer o las recientes protestas en contra del abuso de las autoridades hacia los ciudadanos, entre otros.

Es ahora cuando el factor común que “genera” esa organización y alimenta las pláticas sobre esos temas –es la divulgación a través de las redes sociales. Esa es la nueva realidad de que una problemática común social y la iniciativa de acción sobre ella, tiene que venir de la conversación digital para que llegue a más oídos (o manos), y esa es la novedad del impacto subconsciente de las humanidades en el uso de las redes sociales.

A través de un análisis particular es posible descubrir las diferentes áreas que se van desarrollando desde el ámbito humanitario en la práctica y el uso diario de los medios de comunicación sociales. Una de ellas es esa crítica “literaria” que los usuarios practican en las publicaciones de sus aplicaciones y por las cuales son capaces de analizar en un estimado tiempo veloz una opinión –creándose una postura ideológica– lo que agiliza los sentidos de la simpatía por un hecho, historia o persona; es ese el nuevo criterio que una lectura en dispositivos electrónicos ha agregado al desarrollo de nuestros pensamientos dentro y fuera de las redes sociales. Los perfiles en las redes sociales pueden ser de carácter personal, de comunidad empresarial, de entretenimiento o sin fines de lucro. Siempre se logra reunir un conjunto de personas que apoyan, crean o rechazan una causa y es esto el valor del derecho y la necesidad de pertenecer y aportar en un espacio (digital o físico). Este derecho a la libre expresión siempre será protegido o criticado en la misma dimensión pero siempre estando disponible para su uso.

De igual forma, otras áreas que se ven favorecidas con un impacto positivo en la cultura humana son la economía que evidentemente se beneficia de los intercambios de publicidad y el tan temido caso de “tu teléfono te escucha” debido a la monetización y oportunidad para los nuevos compradores a través de la infinidad de métodos para la promoción digital, convirtiendo esta oportunidad como otro medio inmediato para hacer dinero y una nueva vía para la generación de profesionales especializados en el marketing digital o la venta en línea.

Sobre el impacto político que las humanidades añaden al hábito de las redes sociales, basta con revisar las palabras más twitteadas en un solo día. En gran parte de los contenidos hablados se mencionan temas relacionados a las decisiones, acciones y respuestas de los servidores públicos en un país y el efecto que causa en sus comunidades y en la sociedad, haciendo de esto una de las mejores adiciones del valor de las humanidades ya que el hecho de que todas aquellas personas que tengan acceso a las redes sociales serán o no, partidarias de una posición y podrán estar al tanto de las decisiones y sucesos que sus representantes estén realizando y eso es tan necesario para la inclusión al voto y la participación ciudadana que, aunque puede sonar muy fantástico como medio para la contribución civil, es una realidad mínima pero vigente. Ya sabemos lo que está pasando en nuestra ciudad/país y tenemos el derecho a alzar la voz y opinar si estamos o no de acuerdo.

Por otro lado, no podemos menospreciar el valor que las artes y la estética han otorgado al contenido visual diario consumido en las redes sociales. Puesto que la función de las principales aplicaciones implican el uso de imágenes y contenido visual, esta característica de ser jueces en los likes o dislikes en las fotografías, videos y todo proyecto visual que se presente en nuestra pantalla; nos permite expandir nuestro acervo estético al conocer, apoyar o formar parte de comunidades que promueven la representación visual de algo. En ese algo también está por supuesto, nuestro perfil y la imagen que queremos mostrar al mundo y aunque la vanidad parece estar de nuestro lado siempre, optamos por participar y ser críticos (o criticados) con tal de pertenecer y eso también está bien.

Este preciado valor añadido de cada arte de las humanidades implicado en el consumo de las redes sociales nos otorga una nueva vía para presentarnos y participar con el mundo, para escuchar nuevas voces y formar parte de nuevos grupos. Igual, siempre será necesario considerar los límites del manejo, participación y contenido que se consume con base a las edades y los límites de seguridad necesarios.

Útilmente en estos días de confinamiento la accesibilidad a nuestros dispositivos electrónicos y el uso de las redes sociales nos han permitido ser parte y estar al tanto de lo que ocurre a nuestro alrededor, prevenir y seguir en contacto con los nuestros –aún cuando el panorama parezca desfavorable siempre habrá un chiste, una historia, una noticia, un acuerdo o algo positivo que nos acerque más a ser partícipes en la construcción de nuestra nueva cultura humana que se desarrolla día a día, con sucesos que impactan nuestra forma de vivir y nuestra realidad desde la conciencia humana.

Asimismo, considero que todos los lectores coincidimos con la necesidad de realizar un análisis sobre el papel que las humanidades juegan en los nuevos retos digitales de comunicación, sus ventajas, desventajas, aportes y retiros en la comunicación diaria; todo con el fin de mensurar y moderar el consumo de las redes sociales pero más que nada, “abusar” de ellas de la manera más conveniente y favorable en la edificación de esta era que es primeramente humana y luego digital.

Todas las marcas, los artículos y publicaciones son propiedad de la compañía respectiva o de  Revista Horizonte Independiente  y de  HORIZONTE INDEPENDIENTE SAS
Se prohíbe la reproducción total o parcial de cualquiera de los contenidos que aquí aparecen, así como su traducción a cualquier idioma sin autorización escrita por su titular.