Autor: Adriana Patricia Garcia Agudelo
Lienzo, palabra y realidad: el surrealismo filosófico de René Magritte
Las imágenes meticulosamente pintadas de René Magritte y, a menudo, imbuidas de un sentido de tranquilidad aparente, son la revelación de una tensión que confluye entre la realidad y lo simbólico. En el corazón del surrealismo pictórico-filosófico de Magritte yace una profunda interrogación por la naturaleza de la percepción y el significado. Sus obras nos confrontan ante las paradojas de la representación: objetos comunes como pipas o manzanas recordándonos la brecha entre el signo y lo significado, entre las palabras y las cosas mismas.
Primo Levi: testimonio y salvación
Nadie esperaba que Primo Levi se suicidara un 11 de abril de 1987. Había retornado a su país junto a los suyos tras el horror de la guerra. Luego de dos años de encierro en los campos, y de haber conocido la bajeza y ruindad más profunda del ser humano, como un último acto de esperanza escribe sus testimonios de la guerra, así como recoge testimonios de otros que sobrevivieron y no sobrevivieron.
Wolfang Amadeus Mozart, el sentimentalismo galante de la música
El legado de Mozart constituye uno de los más destacados de la historia de la música, tanto que a través de los siglos sigue siendo escuchado con ahínco e incluso, se habla de un supuesto “efecto Mozart”, utilizado en musicoterapia para el desarrollo neuroconductual y para tratar problemas psiquiátricos. Por otra parte, más allá de la especulación tenemos una certeza, su legado musical está condenado a la eternidad y sigue constituyendo un reto interpretativo para músicos profesionales y empíricos.
Poesía y belleza en el pensamiento de Simone Weil
Para Simone Weil uno de los tópicos centrales de su momento fue el problema de la condición obrera. Esta filósofa francesa se habría adentrado en las fábricas para pensar el acontecer del proletariado. Dirá que “el universo en que viven los trabajadores rehúsa la finalidad” (Weil, 2010, p. 240), puesto que en su ritmo de vida hay un vacío existencial en el que la cultura es casi nula y una pobreza moral constante acompaña los días.
Rachmaninov: la música como manifestación de lo innombrable
Todo artista es un ser humano complejo y quebradizo. En virtud de la transfiguración misma que se vive en la formación artística, es que se hace de la fragilidad un atributo al servicio de la potencia creadora.
Arnold Schönberg y la expresión dodecafónica
Arnold Schönberg constituye un momento fundamental para la filosofía de la música del siglo XX, su revolución fue la invención del dodecafonismo. El esqueleto atonal que Schönberg introduce en la música clásica es uno de los signos magnánimos de la vanguardia expresionista. Sin duda, la composición dodecafónica se propuso jugar con los colores de la armonía; esto es, que la matemática de la música pudiese encontrar todos los matices de la expresión que la armonía tradicional no comprendía.
El trascendentalismo de Henry David Thoreau: del espíritu en la naturaleza
Al haber emprendido su camino en los bosques, Thoreau comprendió que aquello que la naturaleza exhibe sobrepasa los límites de la imaginación y que el espíritu se siente desbordado y conmovido por la sabiduría de la belleza. El estremecimiento de tal encuentro con la totalidad lleva en sí una fuerte tensión que provoca en el espíritu el reconocimiento de su propia fuerza.
La poética desgarrada: Idea Vilariño
Idea Vilariño (Montevideo, 1920 – 2009) fue la poeta que apuntó la continuidad de la vida aún con la afirmación de su inútil esencia, aún a sabiendas de la implacable desaparición diaria de nuestra futilidad existencial. No importa, ya fue la vida y “después/ igual/ sin mí/ seguirá hacia su fin/ la larga historia” como apunta en una de sus máximas poéticas.
Poeta del desgarro y la desesperanza, toda su obra se encuentra ensalzada de letras viscerales y de una pasión instintiva por la vida desidealizada.
Marguerite Yourcenar o el inútil combate por el silencio
El lenguaje se manifiesta como la esperanza sensible que se alimenta de autenticidad ante los límites de lo pronunciable. La palabra nace del silencio para convertirse en refugio. El silencio, hijo de un lenguaje más originario, se convierte en refugio y manifestación de la verdad cuando las letras se paralizan y solo queda la eliminación de lo nombrado como garantía de vida.