El lamento de la musa

El pensador está sentado junto a su escritorio con pluma en la mano y papel sobre la mesa, las hojas están en blanco, la otra mano está apoyada en su regazo, la mirada está perdida sobre las páginas recién sacadas de la resma. Intenta componer una historia caballeresca de aventuras y heroísmo. Tiene la intención de que su relato se vea atravesado por sucesos que ha observado cotidianamente: corrupción política, traiciones familiares y hechos oscuros que acompañan el tránsito por el mundo. ¡Pero aquí el problema! Está bloqueado y no sabe cómo resolver las diferencias entre una historia caballeresca con las realidades de un mundo caótico. Sabe muy bien que no puede terminar con un final ameno y sabe que sería aún más lamentable el terminar una historia de aventuras con algún cierre trágico. Leer más