Traumas: una breve historia de fantasmas

Imagínense a un niño en una casa grande, una jarra de agua y unas escaleras de mármol que hacían una ligera L. Llegaba con tres cuartos del encargo, cuasi trotando y muerto del miedo. La reacción que encontró fue un regaño, primero por su repetida negativa a aceptar la orden y luego por el reguero que armó. La oscuridad del primer piso me aterraba. Aún por la madrugada, cuando no existe ruido alguno, la recuerdo. Sombras que parecían humanos y humanos que no parecían. Aquí comienza una historia de fantasmas. Leer más