Categoría: Ciclo III: Convocatoria
Las humanidades en el arte de escribir
La palabra como instrumento pictórico es lo que da fuerza al acto de escribir, además de reflejar la pretensión del pensamiento puede siempre lograr un acto de ingenio y una nueva representación del mundo, de ahí la importancia con las humanidades, pues sin la palabra y su concepto, la interpretación de lo que concierne a nuestro alrededor sólo sería un acto fallido de reflexión, como una carencia de análisis de la realidad a la cual se le quiere dar una sensación de impresionismo.
Las humanidades en el oficio de escritor
Autor: Patricio Calderón
Escribir poesía, un cuento, un ensayo o una novela; no se trata
únicamente de la selección de palabras que rimen o la estética adecuada en el caso del poema;
la argumentación correcta en el ensayo o la invención de una buena historia para el cuento o la
novela. Escribir hace descender al escritor a los abismos de todo lo que se le presente su
consciencia; navegar en la oscuridad y en la luz de la sociedad que lo rodea y enfrentar sin escudo su inconsciente; escribir abre los ojos ante lo bueno que está acaeciendo y a su vez ante todo lo malo.
Las humanidades en tiempos de duda o cómo resurgir desde la palabra
La masa humana siente miedo, le sobrepasa la duda, porque están nombrando la situación con palabras que les brindan los medios de difusión masiva, y estos entienden, en general, lo que pasa como un problema de muertos y de dinero.
Las humanidades en las necrópolis, o de cómo los muertos mueren conservando la vida.
Autor: José M. Ahumada
No hay una soledad más indecible, inenarrable, violentamente abusiva que la soledad de los ancianos, esas personas que son remitidas a un tercer estadio temporal –casi como anulándolos de su humanidad–.
Las humanidades como insurrección ante la vida cotidiana
Autor: Jorge Alberto López Guzmán
En alguna ocasión, se me preguntó en la primera clase de una materia llamada Platón ¿qué es la filosofía? –qué pregunta más sugestiva y compleja–. Recuerdo mi respuesta: “la filosofía es arder en preguntas”. Hoy podría decir que involucrarse en las humanidades es quemarse en ellas ¡pero qué gratificante que es!