Profesora en Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de San Juan, Argentina.
Vol. II Colección C:3 – C15
Esta historia que les voy a contar, sucedió y sucede en una escuela pública de Argentina. En un momento de la historia, donde todo el mundo habla de “inclusión”. Una palabra que me tiene dando vueltas y vueltas la cabeza (aún más de las que suelen dar).
Investigo pienso y pienso. Pregunto: ¿qué es esto? Me responden: “Todos somos diferentes y bueno… en una escuela -y en todos los lugares – todos tienen derecho a estar.”
Entonces sé que empiezo una escuela en la que puedo encontrarme con gente “diferente” ¿Qué esto de ser diferente? ¿Estará mal? Supongo que algo debe haber… por eso se hizo necesario aclarar que debe haber un lugar para todos y no simplemente sucedió.
Mi cabeza por lo general funciona así, pienso, pienso, a veces hablo sólo. Pasa que el mundo es algo ¡tan grande por descubrir! que a veces me invento un otro yo, para que al menos lo descubramos juntos.
Entro a esta nueva institución que se hace llamar “inclusiva”, esta palabra que me generó tantas dudas. Llego, me siento. El ruido de todos mis compañeros es enorme y no temen. No se asustan ni siquiera si alguien anuncia que se va a ¡morir! Sea de frio, cansancio, o lo que sea, es esto muy raro, pero como dijeron en la tele TODOS tienen derecho a estar.
Entra la primera profesora y nos dijo “No hagamos ruido, recuerden que hay algunos compañeros que necesitan silencio”, en parte pienso que está bien, tenemos que todos poner una parte de nosotros y así, ninguno la pasa mal, con tanto ruido es imposible concentrarse.
Y más en mí, que tengo algo que me distrae todo el tiempo (algo que me diferencia, también tengo) ¡amo el universo! y todo lo que tenga que ver con él. La mayor parte de mi tiempo, la paso pensando e imaginando el día que pueda entrar a la NASA y viajar a conocerlo. ¡Es mi mayor sueño! veo documentales sobre eso, todos mis cuadernos están forrados con planetas, me sé cada una de las definiciones y clasificaciones sobre los cuerpos celestes y los diferentes tipos de estrellas ¿Sabían que nuestro sol es una estrella enana de color amarillo? ¡Hay estrellas que son diez veces nuestro sol! Y nosotros los humanos, seriamos menos que una hormiguita, me fascina, me encanta, es lo mejor que hay. Sus colores… sus tamaños ¡es tan difícil de imaginar! que hace que no pueda dejar de hacerlo.
Bueno, como les dije, es un tema que me encanta y hace que me olvide de muchas cosas, como por ejemplo ahora, me olvidé de decir mí nombre ¡que bochorno!
Mi nombre es Sirio, creo que no es para nada casual, mi nombre se trata de un cuerpo celeste que forma parte una constelación llamada “Can Mayor”, es la estrella más brillante de la noche y una de las más próximas a la Tierra. Cuando mi madre me comentó el significado de mi nombre, empecé a investigar sobre estos temas y así fue que empezó todo. En fin, bajo del espacio (es una manera de decir, no he llegado aún)… y vuelvo a hablar de otro universo por descubrir: el aula de mi escuela.
Mis compañeros se acercan a hablarme, a veces soy un poco solitario, pero en mi familia, mis profes y esa otra profe que siempre recorre el aula (pero nunca se aleja de mi) me dicen que hable, que “haga amigos”, pero para algunos, eso no es tarea fácil. Ojalá algún día encuentre a quien le guste el universo y así pasar horas y horas charlando.
Nos dieron los horarios, algo que me gusta mucho, porque también soy organizado, muy organizado diría yo. No me gustan los cambios sorpresivos, me ponen no se… triste, asustado, nervioso. Puede que eso sea una rareza y, ahora que lo pienso… no tiene sentido esto de aclarar que hay lugar para los diferentes ya que todos los somos. No hay dos planetas iguales, ni personas tampoco.
Creo que debo dejar de hablar de mí y empezar a buscar a mi compañero o compañeros diferentes (o al menos averiguar si esto existe).
Por ejemplo, tengo un compañero que me llama la atención, su nombre es Mateo. A Mateo le gusta bailar, no puede quedarse callado, ama las matemáticas y las clases de música y como él no hay otro en el curso. Se podría decir que el sería un gran matemático y bailarín ¡podría hacer una coreografía de las tablas de multiplicar! porque son dos cosas que no puede dejar de hacer. Pero en la escuela lo retan y lo obligan a quedarse quieto, en parte, no sé qué sentido tiene que den un lugar a la “diferencia”, si no dejan que sea lo que es, diferente.
Otra compañera, Lourdes, a quien también retan los profes, es alguien que no le gusta participar en clase (como a mí, pero a ella la retan), la obligan a que pase al pizarrón, a leer en voz alta y ella se pone roja (creo que no la pasa bien). Es otro ejemplo de que esto de la inclusión tiene mucho por trabajar.
Pero sí hay algo que disfrutamos todos: los recreos. En los momentos libres, todos podemos ser diferentes. Unos escuchan música, otros conversan. Mateo hace reír a todos. Lourdes conversa con sus dos amigas con quienes se acompañan hasta adentro del baño, se ven al espejo y salen, todos los días. Yo, camino y camino, me imagino una órbita por recorrer y camino y camino, mientras pienso en los planetas y sus colores.
Hoy, mientras pensaba en los colores de Saturno, pasan otros alumnos de la escuela corriendo y me asusté mucho. Entre ellos un compañero susurró al oído a otro: “no lo roces le molesta, no hables fuerte también le molesta, hay que acercarse pero no invadirlo… todo esto escuche en la tele de la gente como él, que tiene “Autismo”.
¿Autismo? Que será eso, que según este joven tengo ¿será algo malo? Si lo es ¿es malo para mí o malo para el resto? No lo sé, no sé esto de “las diferencias”, no sé si existen, porque si no existe la igualdad ¿Por qué existe la diferencia? Autismo se llama lo que “tengo” y no sé qué nombre recibirán los otros que también son “diferentes”, es decir todos. Pero ahora que lo pienso bien, no importa que tienen aquellos que su diferencia es más notoria, lo único que todos tienen que tener es un lugar. Un lugar en el espacio, en la tierra, en el país y en el aula.
¿Cómo referenciar?
Reynoso, Florencia Agostina. “Mis compañeros los diferentes” Revista Horizonte Independiente (columna literaria). Ed. Brayan D. Solarte. 12 sept. 2021. Web. FECHA DE ACCESO.
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