Categoría: Poesía
Endofísica
Autor: seranhelo.
No más tantra,
no más distancia,
no más proyecciones astrales,
ni videollamadas,
no más levedad,
ni idealismo,
no más cautela,
reparo
o compromiso.
No más intersticios.
Prosa poética
Autora: Sonia A. Margoliner
Primera mención honorífica para el concurso de escritura “Grances voces” desarrollado para esta primera edición por Revista Horizonte Independiente, el Colegio Campestre San Diego y el Programa de Filosofía de la Universidad El Bosque.
Luna escarlata
Autor: Brayan D. Solarte
Hoy la he visto, soy testigo.
La luna esta triste, está un poco llorosa, ha visto muchas cosas…
A la luna hoy escarlata, Le he preguntado:
Cuando cesara esta noche tan larga, en oscuridad.
Veo a mi alrededor y solo noto que faltan muchos nombres, hoy en sus casas.
Murar
Autor: Niño Delgado
En una jaula dentro de una jaula
¿cuál pesa más? ¿la empírica o la mental? Surge una nueva trastocada
no está afuera ni adentro, es un médium una jaula de cristal, de ruido, circuitos, alarmas y lags.
Pesadumbre
Autor: Niño Delgado
Este poema es raro,
está lleno de fantasmas que
no ha logrado capturar con la red de mariposas.
Sujeto
Autor: Niño Delgado
Veo ese ser en el otro lado haciéndome gestos en la lámina. Veo ese ser que no recuerdo volviéndose entropía a cada momento.
Desprendidos
Autor: Carlos Mario Moreno
Mis manos, atrevidas y beligerantes. Tus manos, delgadas y tersas. Esas manos, tiernas y cariñosas fueron. Aquellas manos que en medio nuestro estuvieron, cuánto sufrimiento nos dejaron. Pero el sufrir es necesario cuando se trata de vivir para experimentar con vehemencia.
Duele la noche
Autora: Amarilla Martin´s.
Hoy la noche huele diferente,
huele a piel roja y vino oscuro con algunas cervezas;
los cabellos están despeinados a causa de un jaque contundente,
las miradas descubren en cada movimiento un poco de torpeza
y los labios se fruñen junto al ceño por la derrota incipiente.
Miedo
Autora: Amarilla Martin´s
Es tan persistente que he pensado en ponerle nombre, por supuesto que temo y ¿quién no?
Los humitos de la mañana apestan a remordimiento y a café amargo,
una suave brisa de un sol molesto me aruña el rostro y me trae el recuerdo,
¡Ah que buenos días! donde el miedo se quedaba en los bolsillos y se lavaba junto a los abrigos,