Día: 1 octubre, 2023
A los 30 y tantos; o sobre la urgencia del ayer
Una urgencia se da casi por accidente. Los ahorros de colchón para cualquier urgencia sirven mientras no se usan, porque una vez empleados, ya no estamos listos para una urgencia. Algo así pasa con el primer “te amo” de una pareja; se sabe que sólo hay una vez para decirlo, para hacerlo, pero de repente, después de ello es empezar de nuevo. Así, ante una urgencia uno se pone a pensar en todo lo que pudo hacer para haberlas evitado: poner barandal para que no se caiga el niño, llevar el carro a revisar antes de que se desvíele el motor, estudiar más horas antes de reprobar el examen, haber abrazado más a papá antes de que se muriera o bien, haber bloqueado a esa persona antes de enamorarse ‒y después, tener roto el corazón. Todos estos son ejemplos de cosas que sabemos que pueden pasar y que hacemos como que no, pero cuando pasan, ya es muy tarde.