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Columna Filosoìfica

Un análisis funcional del día de la mujer 

El día de la mujer empezó a ser celebrado desde el 19 de marzo de 1911 en algunos países europeos. La celebración fue institucionalizada en el año 1975 por la Sociedad de Naciones Unidas con el propósito de conmemorar la lucha de la mujer por su participación política, la igualdad de derechos con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona. La conmemoración de la lucha de la mujer por sus derechos en un día específico está muy relacionada con la revolución francesa que puso el tema de los derechos de las personas en el mesón de los debates políticos. También, debemos tener en cuenta para este análisis la lucha del movimiento obrero en el que las mujeres jugaron un papel fundamental puesto que la mayoría de las industrias europeas estaban atestadas de obreras, mujeres adultas y niñas, las cuales reclamaron y protestaron a favor de mejoras en sus condiciones salariales y laborales. El primer día de la mujer en Estados Unidos se celebró el 3 de marzo de 1908 en conmemoración a la huelga de las trabajadoras textiles de Chicago y Nueva York, en su protesta exigían una reducción de la jornada laboral, mejores salarios y derecho al voto.

De tal manera que un primer análisis de este día nos causa la sospecha de que no es un día festivo ni de celebración. Antes bien, es un día de lucha y conmemoración. Las mujeres que defienden la igualdad de la mujer en derechos y en la sociedad, deben seguir actuando bajo los lineamientos históricos del día de la mujer; es decir, salir a las calles, marchar, protestar, hacer huelgas, realizar panfletos y exigencias políticas a favor de su reconocimiento. Por lo tanto, y hasta aquí, interpretamos que el día de la mujer es un día político que muy probablemente obedece a una ideología política o a un ideal político.

Por consiguiente, una posible manera en que podemos acceder al sentido subjetivo del día de la mujer como un tipo ideal, como diría Max Weber, es rastreando cuales son las filiaciones políticas de las mujeres que durante ese día salen a las calles a marchar o protestar a favor de sus derechos. Otra forma sería analizando el contenido político de sus consignas. Por ejemplo, algunas de las consignas o exigencias más escuchadas y vistas en los panfletos de las mujeres que marchan ese día es la legalización del aborto. En este día no solo se exige la legalización del aborto sino que también se pide que sea gratuito o que el costo del mismo sea asumido por el Estado y que sea universal; es decir, para cualquier tipo de caso. Esto ya nos arroja un tipo de claridad respecto hacia qué lugar del espectro político se inclina la balanza ideológica del día de la mujer. Son ideales de la izquierda política la estatización de prácticas que parecen tener que ver con la vida privada, como el aborto. Sin embargo, aunque sea posible asociar el aborto a ideales liberales, también es cierto que toda petición de estatización de alguna practica obedece a exigencias políticas relacionadas con una forma de socialismo o liberalismo de orientación izquierdista.  

Por lo tanto, las ideas de la izquierda política son la base que sirve de construcción del marco formulativo del día de la mujer. El día de la mujer no es un día políticamente imparcial, como el día de la madre, verbigracia. Toda interpretación seria del día de la mujer señalará que es un día eminentemente político en el que se enarbolan ideas a favor de presuntos derechos de la mujer que algunas partes de la sociedad no estarían de acuerdo en admitir. Por lo cual, el día de la mujer tiene una racionalidad interna, una razón de ser, es un día en el que se conmemora la lucha emancipadora de la mujer en la sociedad y no es una celebración de la mujer por su condición de género o sexo. En otras palabras, no se celebra a la mujer por ser mujer.

No obstante, a mi modo de ver, un análisis funcional mostrará todo lo contrario a la anterior interpretación del día de la mujer. En esta postura, el día de la mujer es un hecho social que cumple unas funciones manifiestas y latentes dentro de una estructura social. Este día es un hecho social porque muchas sociedades como las más periféricas o provinciales, celebran este día como un ritual en el que se le regalan flores a las mujeres en todos los estamentos de la sociedad. Es decir, el hijo a la madre, el jefe a la empleada, los estudiantes a sus compañeras de clase y profesoras, etc. En algunos lugares centrales y más poblados, este día se ve de forma distinta. Por ejemplo, en las sociedades con un nivel educativo mayor, este día se conmemora como un acto solemne y reflexivo acerca del papel de la mujer en la sociedad. Pero en ambos casos, el día de la mujer cumple funciones, no una única función, sino varias funciones sociales. Si entendemos a este tipo de sociedades como una estructura organizacional, ambas formas de celebrar el día de la mujer reflejan el tipo de función del que se beneficia la estructura o con el que se intenta cambiarla.

Un análisis funcional de las consecuencias manifiestas de estos dos tipos de sociedades que mencioné arriba nos mostraría que, por un lado, los provinciales esperan con la celebración del día de la mujer un reconocimiento de la mujer en la sociedad, la celebración de su condición de mujer y la apreciación o señalamiento de valor del rol femenino y de sus oficios en la sociedad. En otras palabras, se celebran los beneficios que la mujer aporta a la sociedad. Las consecuencias de estas acciones festivas son la integración del grupo social, la cohesión entre los hombres y las mujeres, a pesar de sus diferencias sexuales y de género, se fortalece la unidad y la colaboración entre ambos en beneficio de la sociedad en general y se disminuye los conflictos de género que puedan aparecer. Por otro lado, las sociedades con un nivel de educación más elevado esperarían como consecuencia la conquista de espacios políticos para la mujer, lo que apunta a un cambio de la estructura social actualmente presente. Entonces, un mismo hecho social tiene funciones manifiestamente distintas en estos dos tipos de sociedades.

Empero, las funciones latentes del día de la mujer son claramente distintas. El día de la mujer profundiza más la lucha de género. Durante ese día basta con revisar las redes sociales para encontrar distintas posiciones, debates y luchas ideológicas a favor y en contra de la igualdad de género. Los actos conmemorativos no parecen ser suficientes para reproducir la empatía entre los distintos géneros a la base de la sociedad, es decir, a las personas. No sucede un cambio de estructura social sino que solamente parece señalarse el problema de las desigualdades de género provocando un desajuste del sistema social y haciendo que las mujeres se adapten cada vez más a la estructura que parece mantener las desigualdades. Un análisis funcional arrojará que, aunque hay diferentes funciones manifiestas para estos dos tipos de sociedades mostradas, hay unas mismas funciones latentes y es la profundización de la lucha de género lo cual ocasiona a su vez una mayor adaptación de una parte del organismo, las mujeres, a la estructura orgánica.

 

Referencias   

Weber, Max (1904) [2001]. Ensayos sobre metodología sociológica. Traducción de José Luis Etcheverry. Amorrortu. Ediciones. Buenos Aires.

Merton, Robert (1992 (1968)). Teoría y estructuras sociales. Fondo de Cultura Económica. México.

¿Cómo referenciar? 
Moreno, Carlos Mario. “Un análisis funcional del día de la mujer” Revista Horizonte Independiente (columna política). Ed. Brayan D. Solarte. 03 jun. 2020. Web. FECHA DE ACCESO.

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