Thank you, India

Hace falta indagar a fondo la influencia de la India sobre la mentalidad global en el siglo XXI. Podríamos ir más lejos y sumar China, Tibet y Japón, por lo menos. En todas estas regiones hay un factor espiritual/religioso en común: el budismo. No por ello deberíamos dejar de examinar el impacto de la tradición yoga, el daoísmo (taoísmo) y otras tradiciones no budistas.

En 2021, BBC Brasil publicó un artículo titulado “A técnica cognitiva que ajuda a não pensar demais nos problemas” (“La técnica cognitiva que ayuda a no pensar demasiado en los problemas”). La pieza explica el papel de la metacognición para aligerar la carga de las preocupaciones por peligros irreales, que constituyen la abrumadora mayoría de nuestros temores. Entre otras cosas, el artículo aconseja aprender a observar los pensamientos sin juzgarlos. Este y otros detalles de la técnica aconsejada resultarán bastante familiares al practicante de meditación budista. Porque provienen de la meditación budista.

Es claro que el mindfulness (y por esa vía la práctica mental budista) ha tenido notoria influencia en la psicoterapia contemporánea. Pero no siempre fue así. En su Going to pieces without falling apart (1998), Mark Epstein resalta que la psicoterapia como a él se la enseñaron —y que era el paradigma en Occidente— descansaba sobre el principio de “fortalecer el yo”, mientras que, según él argumenta, la práctica budista le enseñó que debía ir en una dirección muy diferente: a veces hace falta “desmoronarse” un poco para no “desplomarse” (de ahí el título del libro). Por otra parte, es en nuestros años que todo el mundo habla de reconocer la propia vulnerabilidad y de aprender a observar los propios pensamientos sin dejarse arrastrar por ellos ni tratar de combatirlos. “Tu sentimiento de ira es válido, actuar a partir de él no lo es”: es normal recibir este consejo en redes sociales. No puedo dejar de pensar que todo este revolucionario giro de mentalidad (no solamente en la psicoterapia) ha sido notoriamente influenciado por el budismo de modos aún escasamente investigados.

Aun así, no es raro que se conciba la ciencia (en general) como una gran “máquina” que prácticamente depende de sí misma y es ajena a los préstamos de otros culturas. Eso es bien inexacto. Imposible olvidar cuando escuché a un colega decir que la filosofía de la mente “occidental” había aprendido por sí misma la relevancia del cuerpo y la inadecuación de la distinción tajante entre mente y cuerpo, pero eso me parece escasamente convincente. No podemos olvidar que la figura más influyente en la normalización del concepto de mente encarnada fue Francisco Varela, quien para 1991 (cuando publicó con Evan Thompson y Eleanor Rosch The embodied mind, en castellano De cuerpo presente) ya estaba involucrado con la práctica del budismo tibetano. De hecho, después de que el empresario Adam Engle se pusiera en contacto con el XIV Dalai Lama para plantearle la idea de un foro de debate sobre la mente entre científicos cognitivos y lamas tibetanos, Varela se ocupó de la coordinación de los equipos científicos que participarían. Fue así como en 1987 nacieron los diálogos que darían forma al instituto Mind and Life, un punto de encuentro entre conocimiento científico y budista que ha inspirado diversas investigaciones y continúa en operación al sol de hoy.

Se puede alegar que el terreno para el contacto entre el budismo y Occidente se venía abonando desde mucho tiempo atrás. Cierto es que los estudios de textos budistas en Europa se pueden remontar incluso hasta finales del siglo XVIII, pero el contacto vivo entre maestros de un lado y público del otro apenas comenzaría a mediados del XX. El ambiente donde aterrizaron las primeras enseñanzas de maestros japoneses, chinos o surasiáticos en Estados Unidos fue el de la generación Beat y otras corrientes de contracultura en la década de 1950. Ese espacio receptivo a las enseñanzas de maestros budistas (y sí, también de otras religiones originarias de India) se habría ampliado significativamente en la década siguiente, tiempos de rock & roll, revolución sexual y hippismo que transformaron profundamente la cultura estadounidense y cuyos impactos se proyectaron en gran parte del mundo.

Aun así, no encuentro estudios sobre el impacto de las religiones indias en la cultura, mentalidad y ciencia de la civilización global contemporánea —no digo que no existan, pero ¿dónde están? Directa o indirectamente, India es una presencia sutil en el Zeitgeist del siglo XXI. Todo el mundo sabe que está ahí, pero pocos pueden reconocer sus señales. Con todo, su impacto podría ser más profundo de lo usualmente pensado. En Occidente (al menos), la India no deja de ser percibida como fascinante, pero a la vez distante (el embrujo del orientalismo aún es poderoso). Sin embargo, millones de personas se han visto influenciadas por cosmovisiones o prácticas de raíz india sin necesariamente saberlo. Está —y estará— espiritualmente más presente en nuestras vidas de lo que conscientemente advertimos, y ello mismo tiene que desafiar el relato de “Occidente” como un bloque cultural que, a medida que avanza y remodela a su imagen y semejanza el resto de las culturas humanas, permanece a su vez mayormente impermeable a ellas. No, no. Si un europeo medianamente educado de finales del siglo XIX viajara en el tiempo y cayera en nuestros días, seguro que no reconocería muchas de las maneras de pensar y actuar de sus sucesores. Y quizá en uno o dos siglos nosotros la brecha se habrá abierto muchisimo más.

En fin, si queremos entender en qué estado se halla y hacia dónde va la civilización global, necesitamos entender el impacto espiritual de la India en ella. Esto es especialmente así para el caso de los países que usualmente se perciben como “occidentales”. Ya algunas personas se han ido dando cuenta, en mayor o menor grado, desde hace tiempo. Como Alanis Morissette antes del cambio de siglo.

¿Cómo referenciar?
Barbosa Cepeda, Carlo. “Tank you, India” Revista Horizonte Independiente (Columna Cultural ¿Y qué tal sí?). Ed. Nicolás Orozco M., 16 feb. 2025. Web. FECHA DE ACCESO. 
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