Manifiesto a la caída

Este es un grito hacia la nada. Un grito, sin grito.
Podemos dar razones para quejarnos de todo, pero ¿para qué?
Constantemente se está en una deriva,
en una persecución que no se sabe dónde empieza ni dónde termina.
Constantemente esta la incertidumbre atravesada en lo profundo de ese abismo que carga cada uno.
No se concentre en pertenecer, en funcionar, en ser el tornillo que falta en la maquinaría, en ser la palanca o el taburete.
Sea un inútil a ratos.
Muestre la factura que pasa hacer una línea o escribir una palabra.
El arriendo que es pintar unas cuantas manchas.
La deuda de hacer un objeto, un texto y que quede ahí en la mera existencia entrecerrada y abierta de una libreta,
entre pública y privada de una pared,
entreexpuesta y escondida de un salón.

Muestre la factura que pasa hacer una tarea. Muéstresela a usted mismo también.

Prepárese para caer, cáigase y sóbese.
Levántese y luego vuelva a tropezarse.
Este es el consejo para la escritura y entre más duela el porrazo, mejor.
No se preocupe por las tildes, las comas o los puntos, eso solo interesa al momento de publicar.
Tampoco se concentre en si es mejor así o asa, prepárese para el golpe de todos modos.
No se vuelva fanático a las caídas, refuerce su trabajo, realícele constante crítica.

Si siente que no posee alientos, que se le cae el mundo, que quiere hacer berrinche = escriba, cree, moldee la materia, moldéese.
Lo considerado negativo le dará soporte para hacer. Solo absténgase de que eso lo domine.
Tómese un tiempo para todo. No todo el tiempo.
Encuentre “inspiración” en lo que menos le produzca este sentimiento.
Mire, mire lo que sucede: la trampa, la rutina que se queja porque ya el trabajador no quiere, ni puede seguir así.
Corra demasiado, respire un poco y luego siga. Sea fan del fitness.
Solo corriendo se saca la rabia.
También de esta manera se calma.
Hágale, hágale, sea ágil como el correcaminos.
El entrenamiento lo hará resistente a la caída y que se levante más rápido.

Por último, acá las siguientes recomendaciones:

  • El día y la noche son diferentes por algo. Uno es para cumplirle a la sociedad, la otra a usted mismo.
  • No se limite por cuestiones de salud, de relaciones con los demás, por no viajar, por pensar que deja de ser usted mismo. Recuerde: cáigase, levántese y sóbese.
  • Combata el cansancio con más cansancio hasta que caiga y descanse lo suficiente.
  • No sea tan crédulo (se cayó el manifiesto).
  • Hay una fórmula que consiste en lo siguiente: velocidad = más esfuerzo, lentitud = más esfuerzo.

¿Cómo referenciar?
Delgado, Niño. “Manifiesto a la caída” Revista Horizonte Independiente (¿Y qué tal si?). Ed. Brayan D. Solarte, 17 abr, 2021. Web. FECHA DE ACCESO. 

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