En un flujo incesante presente en la totalidad
la ley perdura, la realidad se impone,
percances acaecen por diferentes frentes
algún yugo se desliza en el afuera
otros en lo profundo resienten y sobresale la incertidumbre.

Con letras, versos y prosa
con melodía, acompañamientos y silencio
con líneas, tonos y formas
con baile, vestuario y gesto,
un mago nocturno emprende la búsqueda,
ahonda el misterio, presiona la herida,
vuelve al contexto
vuelve al instrumento
vuelve al recuerdo.

Toma del espacio-tiempo ciertos momentos
en varios tonos: cálidos, fríos y opacos;
los revela, los resignifica, los renombra,
en otro lenguaje los aborda e interroga
para abordar su hilo, mantener su historia;
es un quehacer que expresa, desprende,
diversifica y auspicia empatía
sin roer o fragmentar;
sin imponer fronteras
arma una casa y hace hogar.

Como bálsamo envuelve el alma,
la sensibiliza, desenvaina su espiritualidad,
le infunde impulso para luchar
para combatir al abismo con imaginación
con metáfora, con crear;
la motiva a forjar un atisbo hacia la vida,
para alimentar sueños con materia,
con movimiento, con intentar 
hacia el ritmo de una resbaladiza libertad.

Es catarsis, un esfuerzo
de resurgir, de renacer, de trascendencia,
de alteridad para reconocer a los demás, 
así un mago se levanta,
lucha contra sus fantasmas
y examina su caminar.