Primer Director Departamento Audiovisual RHI
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“Las humanidades en…”
Me encuentro ante el pc mordiendo un esfero pensando sobre qué escribir, no puede ser cualquier cosa. Como va el año no creo pasar de la octava temporada de esta tragicomedia que llamamos 2020, pues a pesar de las tragedias nunca faltan los memes sobre cada temporada –que me hacen el día.
Así que viendo como los que “se copiaron” de la casa de papel ponían al cariñoso e inocente tío Sam como centro de las noticias mundiales, se me ocurrió este maravilloso tema. Los villanos, ese ser que por más cosas malas que haga, simplemente es fascinante e incluso, en ocasiones es más amado que el héroe. Por eso, pensé esta columna tratando a un villano del cine, porque las series son otra historia, que si esto pega algún día se las contaré. Así que espero su amor en redes en forma de me gusta, compartir y comentarios, gracias.
Volviendo al tema, ¿cuál villano ha sido tan controversial para ser la primera columna de RHI que habla en este nivel de lo moralmente correcto e incorrecto? tiene que ser conocido y polémico, pues generar empatía con un personaje ética y moralmente incorrecto no lo causan muchos villanos. Por eso me di cuenta de que tiene que ser un chiste que pocos entenderán, pero muchos ya lo conocen.
Entonces, así va la cosa, en el año 2019 salió otra versión del legendario villano de Batman, el bromas el Joker, un enfermo mental con problemas para controlar la risa y debido a la falta de inversión en el sistema de salud de ciudad Gótica, lo dejan a la deriva siendo un potencial peligro para la sociedad, convirtiéndose en un terrorista homicida. Película espectacular, dirigida por Todd Philips, el mismo director de ¿Qué paso ayer?
Esta película tenía 2 problemas que puso a hablar a todo el mundo al respecto. Primero, hagamos un flashback al 2012, recordemos esos momentos, se pronosticaba el fin del mundo, una de cada tres personas publicaba una foto con cara de perro, la naranja molesta era un hit en YouTube, y yo me creía un papasito seductor en Habbo –fue un gran año a pesar de todo. En el cine se estrenaba Batman: el caballero de la noche asciende y un hombre con problemas mentales decidió masacrar una sala de cine en Aurora, Colorado, dejando 12 muertos, al ser arrestado, con el pelo teñido de rojo, se hizo llamar como el Joker.
Volvemos al 2019 y sale en cines el Joker, con escenas al estilo Tarantino, esta película generó mucho caos en Estados Unidos, donde generalmente pareciera que hacer masacres en lugares públicos y colegios fuera un reprochable y deplorable deporte nacional. Por lo que en varias salas del país hizo presencia la policía.
Por otra parte, si hay políticos que juzgaron que Thanos promovía el Nazismo, seguramente habría varias personas que declararan que el Joker promovía las masacres, aquí cabe la aclaración, no lo hace, sino que es un mensaje para no descuidar a los enfermos mentales, porque sí puede que algunos sean un peligro, se puede prevenir con tratamiento médico.
Afortunadamente, no hubo atentados; sin embargo, seguramente sabrás sobre la culpa que tuvieron muchos por sentir empatía por un asesino. Entonces, cabe la pregunta ¿será que tenemos un asesino interno que se sintió identificado? Puede ser, pero no por eso es por lo que se siente empatía con personajes como este.
Más allá de nuestros actos, en el fondo las personas catalogadas como malas o criminales también son humanas –gracias, Farid. Ellos también tienen deseos, necesidades, placeres y traumas que conforman su personalidad; los hacen humanos y esa es la idea para hacer un villano creíble. Así sea un titan loco con una propuesta radical para acabar con la sobrepoblación, un caníbal con educación avanzada o simplemente una familia de escasos recursos que busca una mejor vida. Son necesidades y deseos humanos, por lo que, al ver Joker, no vemos las muertes sino a una persona que por su condición es rechazado por la sociedad. En el fondo nos vemos a nosotros mismos de niños, siendo víctimas del bullying, siendo ignorados, una burla, de no poder encajar y querer reventarles la cabeza con una silla por eso, o bueno; no todos eran tan salvajes como yo. Esa sensación de no poder ser aceptado socialmente a pesar de tener sanas intenciones, pues Arthur solo quería hacer sonreír a todos, es algo que podemos entender y nos da impotencia, nos recuerda esa vulnerabilidad por la que tuvimos que pasar al enfrentarnos a la sociedad.
La diferencia entre el personaje y nosotros es que tomamos caminos diferentes para superar esas situaciones, pero eso no quita que no nos identifiquemos con las motivaciones del personaje y sintamos empatía, después de todo en las noticias solo son víctimas los afectados, pero el victimario es un villano básico de película infantil que es malo porque sí, pero en realidad tiene un trasfondo mucho más profundo el cual no estamos acostumbrados a ver.
Por último, siguiendo esta línea de villanos que son hechos espectacularmente; pero controversiales, quiero recomendarles Yoyo Rabbit, donde un niño alemán tiene un amigo imaginario que combina los ideales nazis con la personalidad de Barney el dinosaurio, una fusión perturbarte y tierna que nos muestra cómo se adoctrinaban a las juventudes nazis.
¿Cómo referenciar?
Castro M, Nicolás. “Las Humanidades en … un villano de película” Revista Horizonte Independiente (Las humanidades en…). Ed. Nicolás Orozco M., 12 jun. 2020. Web. FECHA DE ACCESO.
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