Filósofo de la Universidad Nacional de Colombia y ex-miembro de la Revista Saga
Ciclo II de “Las humanidades en…”
«La verdad nunca es fea cuando puedes encontrar algo en ella que necesitabas saber.»
-Degas
Introducción de/a la violencia
I.-Las violencias en, de, desde, entre, hacia, para
Al principio [está] la ambigüedad. Las violencias en las ciencias humanas: todo comienza por el problema de la (pre)posición. El cual es también un problema del lugar, de la ubicación, pero ante todo de la sintaxis de la oración. ¿Qué estructura tiene esto? ¿es más, de qué me estás hablando con un título tan ambiguo como es-te: las violencias en las ciencias humanas? ¿dónde ubicamos el “en”? Y es más ¿por qué violencias en plural? Clama mi querido lector. Si he comenzado por ahí es precisamente para hacer resonar las voces y para lanzar todos los hilos posibles que se encuentran en la proposición “en”, que anuncia: no solo el problema del lugar [topos], sino también el problema de la estructura y la sintaxis, no solo del estar adentro, el estar-en, sino de todas las resonancias del “en”.
Cuando escribimos: “las violencias en las ciencias humanas” esto puede ser parafraseado o entendido como: Las violencias de las ciencias humanas, las violencias desde las ciencias humanas, las violencias entre las ciencias humanas, o como, las violencias para las ciencias humanas, etc. De lo que nos encargaremos acá es de hacer estallar esas posibles significaciones y sus alcances.
¿Por qué hablar de la violencia en las ciencias humanas? La respuesta es simple, porque se impone. Porque se impone la violencia sobre nosotros. Porque se impone la violencia como tema, se impone para hablar y porque se nos impone también una violencia desde afuera y desde adentro. Violencia que es más que necesario anunciar y denunciar. Porque, aunque duela recordar, tenemos que hacer memoria. Y, es más, la pregunta al anverso cabe perfectamente ¿Cómo no deberíamos hablar o escribir de la violencia, cuando esta se nos impone con urgencia?
II.-El plural y el singular ¿Por qué hablar de violencias en plural y no en singular? ¿Por qué no decir “como todo el mundo”: la violencia? La respuesta es sencilla, sin embargo, no unitaria. Hablamos de violencias precisamente porque: hay varias razones. 1. Porque hay una violencia en el molde homogeneizador de la unidad. Molde que aspira a que seamos simplemente individuos cuantificables reproducibles, formalizables, en un número o en una letra, despojándonos así no solo del nombre propio sino de la identidad. Identidad que también implica la necesidad de ser uno en el tiempo y en el espacio, y que niega la pluralidad inherente del ser humano. Y 2. Porque las hay. Hay múltiples violencias, no hay una sola macro-violencia que permee todo lo violento. Hay violencias porque hay individuos, instituciones y políticas que ejercen la violencia tanto hacia sí mismos, como hacia otros.
III.2.1 –Humanidades o ciencias humanas y pseudo ciencias.
Si hablamos acá de ciencias humanas y no de humanidades es simplemente por habito. Hay algo fundamental que se juega en el carácter positivo de una ciencia [episteme] y de una humanidad, pasando tanto por el método como por el objeto de estudio. [] Las llamadas pseudo ciencias se ven entonces acusadas de su falta de rigurosidad y de cientificidad, y así es como se desprestigia al psicoanálisis y a la grafología. La desafortunada situación de la frenología (mucho más polémica) muestra los problemas por los que se puede ver envuelta una disciplina si no se atienden a las exigencias de cientificidad y de responsabilidad sobre su tema.
[entre las humanidades y las ciencias humanas] Hay un elemento que está entre las ciencias y las artes: elemento que comparten la literatura y la historia del arte. Dos disciplinas que se reúsan a caer en una instancia tranquilizadora de lo que es ciencia y de lo que no, de lo que es humanidades o ciencias humanas. Y este elemento, un cierto elemento artístico, no nos permite hablar tranquilizadoramente de una cosa u de otra. El elemento artístico impone su uso, sobre todo en las facultades universitarias, este le daría el nombre a unas y a otras1.
III.2.2 – Ciencias del espíritu y ciencias sociales
Si hay algo que de esencia, y ponga al margen, a lo humano, es lo animal y lo divino. A lo divino (teología, mitología, etc.), finalmente, le ha tocado entrar a fuerza en el campo de lo humano para no perder su carácter de disciplina y de rigurosidad, pero esto nos muestra tácitamente como lo divino ha terminado siendo relegado y finalmente domesticado como una expresión de lo humano [por lo menos en apariencia, o en imagen].
Cuando las ciencias humanas cambian de locación y de época, estas toman el nombre de las ciencias del espíritu, como en Dilthey. Este cambio de nombre no es accidental, y traigo esta precisión para hablar, someramente, del ambiguo lugar que tiene la teología en las ciencias humanas. El problema del espíritu, el fantasma y la institución, o todo lo que se nombra con esos motes, se encontraría en el límite, o en la diferencia entre ciencias humanas y ciencias del espíritu.
Irónicamente pasa el proceso contrario con la bestia (etología), está en cuanto concepto, esencia y realidad, se ha tornado mucho más salvaje en su acceso a las aulas. Marcando no solo la diferencia entre lo social y lo humano (recordemos la diferencia entre ciencias sociales y ciencias humanas/humanidades) sino también la diferencia entre lo cultural y lo natural. Pues en la vida, y en los límites de la vida, es donde se comienza a hablar de la diferencia entre las ciencias naturales y las ciencias sociales. Porque lo que debería ser una ciencia social de derecho, la etología, no lo es de hecho. Y esto nos da mucho que pensar “de que estamos hablando” cuando hablamos de seres sociales, y de un cierto sesgo antropocéntrico en este campo.
Despliegue
A.-La violencia desde las ciencias humanas
No es superfluo repetir acá lo nocivas que han sido las ciencias humanas en la historia, esto claramente como trasmisoras de una gran cantidad de sistemas de prejuicios: falocentrismo, etnocentrismos, espesismo, racismo, homofobia, capasitismo, logocentrismo, entre otros. La lista es larga y nos llevaría varios libros explicar y especificar dichas problemáticas y lo perjudiciales que han sido tanto en las ciencias humanas como, en la sociedad misma.
-La historia de las ciencias humanas como trasmisoras de violencias [con otros
1. Sujetos
Como ya dijimos la lista es larguísima de las diferentes formas de violencia y de exclusión externa e interna que ha existido sobre los sujetos, sobre todo sobre las minorías, negritudes, mujeres, discapacitados, homosexuales etc. Sin embargo, me centraré en dos: falocentrismo y etnocentrismo –esto amanera de ejemplo.
Etnocentrismo
Pocas disciplinas como la antropología han nacido casi de su elemento opuesto, para luego verse resurgidas y revaloradas, para denunciar precisamente eso mismo de lo que han acusado, hablar acá de etnocentrismo. Ejemplo como pocos de responsabilidad y autotransformación. Y muestra de que nuestro pasado no determina simplemente nuestro futuro.
La antropología inicia como una necesidad de estudiar a los habitantes de las nuevas culturas que se venían conociendo a causa del colonialismo. Pero en este intento de comprender su cultura y sus prácticas, se discrimina a estas suciedades haciéndolas entrar a la fuerza en modelos previamente establecidos donde occidente se erigía a sí mismo, en un gesto claramente narcisista, como el culmen del progreso y de la evolución. Véase los análisis de Spenser.
Falocentrismo y androcentrismo
El ejemplo del machismo no es un ejemplo entre otros, y quizá este muestre con mucha más claridad la violencia que puede ejercerse por siglos a una minoría, y como se puede segregar de manera rigurosamente sistemática una porción de la población donde se han necesitado siglos de lucha para que las quejas sean escuchadas (así sea irregularmente).
El gesto que quiero resaltar es uno que tiene que ver con nuestro tema. Y este es el hecho de que a las mujeres se les haya excluido sistemáticamente de las escuelas, academias y centros del saber por siglos.
“No se generalizó la presencia masiva de mujeres en el sistema de enseñanza superior en muchos países hasta después de la Segunda Guerra Mundial. En este sentido es significativo el dato de la admisión oficial de mujeres a la Universidad de Cambridge en una fecha tan tardía como 1948” (Nash, 2002, p. 86)
Esto es una muestra de la gran deuda histórica que tenemos los hombres con las mujeres, deuda que no podemos ignorar más. Una deuda histórica que no se paga simplemente con darles el voto y permitirles participar de la esfera política. Sino que consiste en una responsabilidad sin precedentes en la historia de la humanidad. Responsabilidad sin precedentes, y sin reservas, que debería expandirse a todos los otros estamentos excluidos, segregados y violentados.
Queda mucho que decir sobre el hombre y la mujer en el campo de las ciencias humanas, –Recordemos que no por un accidente de traducción ciencias humanas pueden ser traducidas como las ciencias del hombre, esto tiene que ser interrogado y denunciado.
2. Ciencias o formas de ciencias
Existe una violencia desde las ciencias humanas hacia otras disciplinas llamadas pseudociencias, para esto véase a Popper y su denuncia contra el psicoanálisis.
No podemos olvidar la gran riña que existe entre las ciencias humanas y las ciencias naturales, entre ciencias duras y ciencias blandas. E incluso estos mismos motes ya nos dicen algo de esta división. Esta diferencia esta enraizada en lo más profundo de occidente. Y lo que puede verse como un juego en los alumnos de las facultades, alcanza e incorpora dimensiones académicas muy serías donde se acusa directamente a ciencias, instituciones o individuos de no llevar un trabajo rigurosamente académico.
Desde varios lugares de las humanidades se desprecia el conocimiento de los ingenieros por ser considerado meramente técnico y accesorio. De manera análoga se desprecia desde varios lugares de las ciencias humanas a las ciencias naturales, haciendo lecturas facilistas y simplificadas de fenómenos tan complejos como la mecánica cuántica. Y extraen irresponsablemente conclusiones apresuradas, haciendo lecturas cruzadas, del experimento de la doble rendija, verbigracia, descalificando de tajo gran cantidad del conocimiento científico. Los usos irresponsables y poco rigurosos de ejemplos de las ciencias naturales es algo que tampoco podemos olvidar, ni pasar por alto, gesto que denuncia también Alan Sokal con la presentación de su artículo parodia «Transgressing the boundaries: Toward a transformative hermeneutics of quantum gravity»]
B.-Las violencias entre las ciencias humanas
Marcaré unos pequeños trazos. Considero yo, como filósofo, que uno de los gestos más ejemplares de violencia es cuando ponemos a la filosofía (a la cabeza) como madre o padre del resto de ciencias o disciplinas. Gesto con el que no estoy de acuerdo. Pues semejante puesto podría tomarlo cualquiera de las disciplinas de las humanidades bajo el cristal adecuado. Con esto no pretendo motivar estrategias retoricas frente a esta cuestión, sino más bien llamar la atención de la falta de modestia de los académicos que pretenden erigir una ciencia social sobre otra, esto sin conocer sus alcances y repercusiones. Para esto traigo un ejemplo bastante ilustrativo: El boicot que se le hizo a Lacan en uno de sus seminarios, este llevado a cabo por parte de un estudiante revolucionario. Gesto bastante bien documentado en video y que nos muestra cómo podría ser uno de los posibles desenlaces de los enfrentamientos internos entre las ciencias humanas.
C.-Las violencias hacia las ciencias humanas
[1. Desde otras ciencias
Si hay una riña en el campo de las ciencias, esta es múltiple y se da tanto desde un flanco como desde el otro. Las ciencias naturales se erigen desde un presunto lugar de superioridad atacando el método y las formas de las ciencias humanas, acusándolas de carecer de rigurosidad y precisión.
El gesto de Sokal es bastante interesante en sus dimensiones performativas. Como contrapunto, y siguiendo a Derrida, pensamos que el gesto no deja de ser meramente anecdótico al mostrarse Sokal como un lector superficial y poco atento de la obra de autores como Lacan, Kristeva y Deleuze. Lo podemos ver en su posterior obra Imposturas intelectuales. Esta forma de tratar los textos académicos de Alan Sokal insulta el trabajo de los autores, otra forma de violencia que pretende destruir, más que construir, el conocimiento académico, y el nombre de dichos autores.
y desde 2. La cultura de la productividad
La cultura de la productividad reproducida por padres conservadores ha hecho mucho daño fuera y dentro del aula. Y aunque esto se pueda ver como un interés genuino en el futuro laboral y económico de sus hijos, no deja de ser restrictiva. Esto lastima sobre todo a aquellos que se comienzan a interesar por las ciencias humanas. Pues rechaza de tajo la posibilidad de tener una vida cómoda y económicamente estable si las personas se dedican a estas disciplinas. Destino fatal que comparten aquellos que se dedican al arte también. Semejante preocupación se agudiza y se complejiza en contextos de vulnerabilidad en países como Colombia, mi país, donde ya es bastante difícil sobrellevar con las dificultades económicas, y donde se les niega a muchos la posibilidad de dedicarse a algo que no genere una cantidad considerable de dinero. Esta cultura de la productividad afecta de muchas más formas que vamos a elaborar.]
D.-Las violencias de las ciencias humanas
[1. El dolor de aprender, la letra con sangra entra
La violencia aplicada a los procesos de aprendizaje no es una noticia nueva. Es importante llamar la atención no solo de la violencia externa aplicada por los profesores a los estudiantes en el siglo XIX (Un claro ejemplo de esto es el álbum The Wall de Pink Floyd.) Sino también la violencia interiorizada por los estudiantes, hacia sí mismos, en la autoexigencia de hiper-productividad.
(Paréntesis de Degas – Perfección: (auto)exigencia(s)
Ensayo de ballet,1873, Edagar Degas
1.Cultura del éxito [individual]
El camino al éxito es triste, doloroso y está lleno de soledad. Esta es una lección que nos enseñan, en parte, las bailarinas de Degas.
Hay dos perspectivas ideológicas del éxito. Por una parte, tenemos la ideología del éxito empresarial en abstracto, en donde se espera que seas una especie de Johan Belfort, el protagonista del filme de Martin Scorsese The Wolf of Wall Street (2013). Imagen ilusoria casi prácticamente imposible de alcanzar.
El perfecto contrapunto se encuentra entonces en el filme de La Pianiste (2001) de Michel Haneke. Otra imagen posible de este segundo estereotipo es también las pinturas de las bailarinas de Edgar Degas. Es otra pata ideológica del esfuerzo y del éxito, donde no importa el maltrato del cuerpo, el dolor o las amistades perdidas con tal de tener éxito. Esto podría ser una pintura desoladora tanto metafórica como literalmente, pero esto no es solo una pintura. Es también la constatación de una realidad. Y así como en The Wolf of Wall Street hay abuso de drogas, del mismo modo hay un abuso del cuerpo y de autoexigencia en las bailarinas. Son las dos caras de una misma moneda.
Esta forma de pensar el éxito y la producción está fuertemente motivada por una sociedad que exige ser cada vez más y más productivo, hacer más, invertir bien tu tiempo, hacer que las cosas valgan, y valgan la pena. Te hace pensar que no eres suficiente para ti mismo y para los otros. E interioriza esta exigencia y este modelo en los modos de relacionamiento como lo son la amistad y las relaciones amoroso-sentimentales. Te exigen ser suficiente, dar todo de ti, esforzarte hasta que no quede nada de ti. ¿Pero hasta qué punto estamos siendo justos con el individuo cuando hacemos esto?
Esto es una forma de pensar el éxito de una manera individual donde no importa perder amigos, pasar por encima del que tengamos que pasar, con tal de tener éxito, o de ser el mejor en algún lugar. Sospecho que todo esto tiene que ver con una perspectiva del éxito que es narcisista, “egoísta” e individualista.
2. Posible alternativa
Como ya podría sospechar el lector, hay una alternativa a esta visión del éxito. Si esta visión es individualista y “egoísta”, entonces una posible alternativa es el trabajo de colectivos para colectivos. Participar activamente de causas colectivas, dota al individuo de una dimensión más empática y amable la mayoría de las veces, aunque no de modo necesario.
Las alternativas colectivas no son simplemente la solución, pero si estás atorado y hay alguien a tu lado, aquella persona te puede servir como contrapunto de referencia. Ya sea para animarte activamente o para mostrarte que te exiges demasiado.
Girando la moneda, el otro también se puede tornar una instancia violenta pues puede limitar tus posibilidades o también, sobrexigirte. De ahí que el otro no sea simplemente una solución. Pero sí podemos al menos exteriorizar esta violencia y situarla un poco mejor. Y así al tener un contrapunto podríamos tener una herramienta adicional la cual nos ayudaría en caso de llegar a este nivel de ensimismamiento.)
y 2. -el dolor de ser trasformado(r)
Otro modo de violencia al cual le tengo mucho amor, sobre todo por acontecimientos biográficos más recientes. Pues he entrado a terapia psicológica a razón de los últimos acontecimientos, el confinamiento impuesto por el covid-19, y he estado obligado a vérmelas conmigo mismo en soledad.
Este modo de violencia-dolor es el que puede existir en estrategias de transformación con personas que te llevan a confrontarte con tus propios prejuicios. Así como es doloroso y violento darte cuenta de que has sido tú también un agente inconsciente y para-consiente de prejuicios y micromachismos. Este proceso es doloroso porque hiere tu unidad narcisista y de hace dar cuenta que has estado participando activamente de una institución machista. Pero darte cuenta de esto y poder también poner en marcha a una transformación de estas condiciones es algo bastante liberador.
Así como ha sido violento pararme frente al espejo y ponerme frente a frente con el hecho de que no confiaba en mí, y que confiaba más en otros. Así como es violento y doloroso, también es bastante liberador. Este es, claramente la otra cara de la moneda de “la letra con sangre entra”. Todo ocurre como si de alguna manera fuera necesaria una cierta porción de violencia para transformar internamente tus prejuicios, tus hábitos y lo que piensas sobre ti mismo. Violencia que, aunque no deja de doler, se agradece profundamente.
Esto es una muestra de lo violento que es el proceso de aprendizaje, pero también nos recuerda que no toda violencia resiste en el daño2, sino que se puede dar lugar a un proceso de transformación positivo y denunciante. Claro es doloroso para nosotros estudiar humanidades y darnos cuenta de nuestros prejuicios. Y es también doloroso estudiar la historia o la actualidad y sufrir por la gran cantidad de injusticias que existen hoy en día y que existieron en el pasado. Y más aún que seguirán existiendo, donde nuestra posibilidad de agencia muchas veces es bastante limitada.]
E. -Las violencias para las ciencias humanas
[1. la esencia de la violencia [limites]
Las ciencias humanas tienen la gran responsabilidad de (co)definir la violencia. ¿Qué es la violencia para las ciencias humanas? Pregunta imposible como pocas. Podríamos citar a la RAE sobre qué es lo violento.
“Violento, ta: Del lat. violentus.
1. adj. Dicho de una persona: Que actúa con ímpetu y fuerza y se deja llevar por la ira.
2. adj. Propio de la persona violenta.
3. adj. Que implica una fuerza e intensidad extraordinarias.
4. adj. Que implica el uso de la fuerza, física o moral.
5. adj. Que está fuera de su natural estado, situación o modo.
6. adj. Dicho del sentido o la interpretación que se da a lo dicho o escrito: Falso, torcido, fuera de lo natural.
Y aunque nos aproximemos a algo, y salgan palabras como fuerza, ímpetu, ira, intensidad, etc. Estas definiciones no son simplemente tranquilizadoras. Y así como cada vez salen a la luz más modos de violencia, como la violencia simbólica, micromachismos, microfascismos etc.
[Así también] La responsabilidad de tematizar la violencia es una responsabilidad de las ciencias humanas. Tener que vérsela con ella, denunciarla atosigarla, calmarla, domeñarla, amaestrársela, tematizarla, violentarla. Es una tarea de las ciencias humanas. No solo definirla sino delimitar su campo, al fin y al cabo, las ciencias humanas hacen de juez y deciden qué es y no es violencia. Limite ampliamente difuso donde un error categorial podría estar condenando a toda una sección de la población sin darnos cuenta.
y 2. Inquisición y periodistas asesinados.
¿las ciencias humanas mataron a Jordano Bruno? Es decir ¿fue acaso la inquisición, en tanto una herramienta de la teología (una de las ciencias humanas), una respuesta dada desde adentro de la institución académica, la que trajo consigo la muerte a Jordano Bruno? Dejo esa pregunta en suspenso…
Cuando los periodistas y activistas sociales son asesinados, desaparecidos, hostigados y violentados sistemáticamente en Colombia y en México. Poco queda por decir frente a semejantes atrocidades. Pero no solo poco queda por decir, sino más bien todo lo contrario mucho queda por decir. Mucho queda por denunciar tanto desde el periodismo, como a favor del periodismo y del periodista.
Este es un campo muy lastimado por regímenes políticos autoritarios. Tenemos nosotros el deber de recordar sus nombres. Nombres propios como Nevith Condés periodista mexicano encontrado en Tejupilco con una herida de arma de fuego. Así, suman y suman nombres a las largas listas de activistas, periodistas y, estudiantes desaparecidos y asesinados. Personas con nombre propio, familia, amigos y seres queridos, que vale la pena recordad y hacer memoria, erigir en homenaje y luchar porque estas situaciones no se repitan.
(Respétese este espacio)]
F. El homo, la humanitas, el antropos y el homo sapiens.
Las ciencias humanas son ciencias del hombre-antropos (no animal) pero el pájaro Pergolero Pardo hace arte también3.
Conclusiones
1.Conclusión sobre las violencias
[una larga carta de denuncia; el vidrio roto, las betas y las telarañas
Este escrito tiene un carácter bastante heterogéneo, simula entonces al aspecto de un vidro al cual se le ha golpeado con una piedra. Este escrito es ante todo una carta de denuncia de muchos modos de violencia, y también una reflexión sobre la misma. El vidro roto, quisiéramos arreglarlo ordenarlo y organizarlo. Pero cuenta con desarrollos y fragmentos desiguales, acá más largos, acá más anchos, acá pinchan, acá me veo reflejado. La imagen se distorsiona en el cristal después de este gesto violento no se puede ver claro y nítido que se quiere trasmitir, pero algo ahí se deja ver entre las hendijas, el golpe que sea ha dado, en y desde las ciencias humanas.
Esta forma circular concéntrica con múltiples líneas dispares podría recordar también la tejedura de una araña, de una mujer, de una madre o de una hija, de una viuda de los falsos positivos, mujer que no soy yo. Pero yo, a la par me solidarizo con todas las víctimas de la violencia, de la Violencia con o sin mayúscula, me solidarizo y me denuncio a mí mismo también como agente de esta.
2.El futuro de las ciencias humanas y la violencia
¿y mañana qué? ¿Qué nos queda para el futuro de las ciencias humanas?
B.-El futuro de la violencia. Los errores y la indeterminación del futuro, Epicuro y Bunbury.
“Solo me tengo que reconciliar con los errores que volveré a cometer” nos dice Enrique Bunbury en su canción Carmen Jones.
Esto es más ambiguo y problemático que lo que es este escrito. El futuro de los errores. Claro, las ciencias humanas han cometido muchos errores, y lo seguirán haciendo. Lo seguirán haciendo porque es en parte inevitable. Pero esto no debe ser una justificación para los mismos. El carácter humano no siempre tiene que significar imperfecto. Debemos comprometernos con una responsabilidad sin precedentes al futuro, al futuro indeterminado que nos enseña Epicuro. Es imposible perdonarse en el futuro. -Por el carácter imposible del perdón y del futuro. Tendríamos que plantear las dos posibilidades en la mano, tanto de perdonarnos, como de no perdonarnos. Posibilidad de perdonarnos porque está en nosotros el error como “condición humana”. Y posibilidad de no perdonarnos porque esta decisión, si existe tiene lugar también en el futuro, y serán los homos sapiens y los agentes del futuro los que dirán si nos perdonan o no, o los que dirán si se perdonan así mismos, o no. El futuro sigue siendo indeterminado. Pero también está en nuestras manos poder abogar y poder participar en la construcción de un futuro menos injusto, más equitativo e igualitario.
[Más que exhortación] Exigencia y responsabilidad
Este escrito es también una carta de invitación. Pero más que eso es una exigencia a la responsabilidad, a la responsabilidad del otro en tanto otro irreductiblemente diferente y alterno. Es una exigencia para nosotros como lectores, escritores, agentes, homo sapiens, personas etc. Exigencia de no volver a cometer los mismos errores que cometimos en el pasado, exigencia de escuchar y de leer las voces, los gritos y los gestos de los otros y de lo otro, de lo diferente de lo alterno. Intentar imaginarlo i entenderlo, intentar escucharlo. _Intentar entonces por tanto también denunciarlo. Es una exigencia de denuncia también frente a todas las formas de violencias nacidas, habida y por haber, que haigan y que no haigan. Es un abrazo para lo s que sufren, y un puro amor poara qlos que lo necesitaln4.
Bibliografía
Nash, Mary, (2002). Los nuevos sujetos históricos: perspectivas de fin de siglo. Género, identidades y nuevos sujetos históricos. 85-100 En El siglo XX: historiografía e historia. Eds. María Cruz Romeo Mateo, Ismael Saz. Universitat de Valéncia. Valencia.
1. Pues creemos acá que no es arbitrario que ciertas facultades se nombren como facultades de ciencias humanas (Facultad de ciencias humanas, Universidad Nacional), mientras que en otras se nombren como facultad de humanidades (Facultad de artes y humanidades, Universidad de los andes).
2. Considero que hay dos perspectivas con respecto a la forma de tratar a “lo negativo”. O bien 1. este se transforma a modo de trabajo (sublimación), en algo “positivo” en un sentido Hegeliano. O bien 2. Lo que podríamos llamar el resistir en lo negativo (o en el daño). Esto es aceptar al dolor y a lo malo dentro de su propia negatividad pura sin intentar “mirar para otro” lado, ni transfórmarlo, aceptar el dolor como viene y hasta amarlo (amor fati) (Estas son) Dos perspectivas de “que hacer” con “lo negativo” o “lo malo”.
3. Todo lo que denominamos humanidades se desplaza en el campo de lo humano, por razones esenciales. Mirando un poco más con lupa, podemos darnos cuenta de que todo aquello que llamamos ciencias humanas, o humanidades, no son más que las expresiones culturales de lo humano. Cabe la pregunta, ¿Por qué limitarnos a hablar solo de la cultura humana? ¿no hay acaso un sesgo muy grande al considerar, por ejemplo, que solo los seres humanos hacen arte, que ninguna otra especie lo hace, o incluso que ninguna otra forma de vida o inteligencia lo hace? No deberíamos hablar de, o por lo menos abrir la posibilidad de una ciencia de lo cultural en general, un poco al margen si este participante es humano o pájaro, o delfín, o lo que sea. ¿Y no pasa lo mismo con las ciencias sociales? No estamos acaso muy lejos de lo que podría ser una etología pura, independiente de si este ser es humano, animal, o no. Defender la posibilidad de un campo de las ciencias de la cultura pura, y de un campo de la interacción pura, es y debería ser una tarea del futuro por la cual nosotros abogamos enérgicamente.
4. [Exigencia: en cuanto sea posible respétese las variaciones tipográficas, tamaños, signos de puntuación y de énfasis, e imagen del texto. En el texto hay 5 tipos de tipografías (o colores, depende de su versión) esto es intencional. Y sobre todo agradecería mucho que se respete el último párrafo tal y como está donde los errores son claramente intencionales. También como otros errores en el texto, palabra suciedades por sociedades, errores en las conjunciones, y algunos enunciados sin predicado. Gracias]
¿Cómo referenciar?
Fausto Suarez. “Las humanidades en la violencia [exigencias] las violencias en las ciencias humanas” Revista Horizonte Independiente (Las humanidades en…).
Ed. Stefan Kling, 30 jun. 2020. web. FECHA DE ACCESO
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