Economía y humanidades, una sinergia que siempre ha estado presente y que más personas deberían notar.  Y es que una de las preguntas que surgen cuando se habla de economía, es cómo los grandes economistas pudieron plantear sus escuelas de pensamiento económico, cuáles fueron sus recursos y herramientas, cómo llegaron a esas conclusiones, cuál fue su punto de partida. Respuestas que muy seguramente se encontrarán dando una mirada hacia las humanidades y sus diferentes disciplinas.
No es un secreto que tanto la estadística como la econometría, siendo esta última una rama de la economía que utiliza métodos matemáticos, estadísticos y programación lineal para analizar, interpretar y hacer predicciones sobre sistemas económicos, son fundamentales en la economía, pues estas ayudan a tener bases de datos que sirven para poder comprender e interpretar la realidad económica que estos mismos  brindan.  

Pero antes de los análisis cuantitativos y las diferentes herramientas y programas para hacer predicciones que existen actualmente, está la teoría, el pensamiento y las doctrinas económicas, como la escuela clásica cuyo origen fue en el año 1776 con el famoso Adam Smith y la publicación de su obra “la riqueza de las naciones” y así sucesivamente, se puede ver reflejado a lo largo de la historia las distintas doctrinas y corrientes de pensamiento económico que han existido como es el caso del marxismo, la escuela keynesiana y la neoclásica. Es importante resaltar que todas estas tienen algo en común y es que su origen parte de las humanidades pues los estudios y orientaciones que se hicieron en ese tiempo se enfocaron y tenían como centro de su reflexión al ser humano, sus actividades diarias y dar respuesta a preguntas como ¿Por qué producir? ¿qué producir? ¿Para quién? Y ¿cómo? O más específicamente ¿cómo idear un plan para solucionar problemas económicos de una sociedad?

Cada escuela, doctrina, pensamiento y autor tuvo y tiene su propia cosmovisión, algo que es posible gracias a las humanidades, ya que permiten estudiar y analizar desde diferentes ámbitos y disciplinas la conducta humana. Gracias a las humanidades se puede hablar de la filosofía de la economía y de cómo el padre de la economía Adam Smith cimentaba su sistema filosófico y a partir de su observación y percepción proponía que el poder del egoísmo del hombre hacía posible el bienestar social mediante la búsqueda individual del interés personal. Keynes, por su lado, planteaba que el empleo de las personas era la base de la estabilidad económica. Y así sucesivamente, al igual que ellos hay otros autores, teorías, corrientes de pensamiento y doctrinas filosóficas, sociológicas, antropológicas entre otras, que ayudan a entender la economía desde diferentes puntos de vista para que   de una forma autónoma y reflexiva se pueda elegir en qué creer, aun cuando ya se esté delimitado y   regido bajo un sistema económico (particular)definido. Y es que eso es lo importante de las humanidades; estimulan al ser humano para ser críticos con lo que le rodea, a replantear lo que se da por hecho y a hacer una introspección con el fin de evolucionar (avanzar)cada día.

Es casi imposible hablar y comprender de una forma integral la economía sin hacer uso de las diferentes disciplinas de las humanidades, como lo es la historia, pues esta es fundamental para entender y explicar la razón por la cual existen diferentes sistemas económicos, qué modelo funcionó en el pasado y qué no, qué era o qué tenía valor en otras épocas   y qué se puede aprender y rescatar de otras economías. 

Otra disciplina de las humanidades que ayuda a comprender la economía es la sociología pues esta permite entender, pero también contextualizar una realidad económica respondiendo a preguntas como ¿por qué los humanos actúan de una u otra manera? O ¿por qué tienen determinada reacción a una situación en específico? Entonces con toda esa información se va a poder hacer un análisis cualitativo con un componente histórico y de la sociedad en conjunto sabiendo que ambas partes van a dar una mejor conceptualización de lo que se quiere entender o estudiar.

Muchas veces cuando de economía se habla, se centra mucho en lo cuantitativo, las cifras; pues es lo que se enseña desde que se empieza  y sí, indudablemente esto es algo fundamental no se pretende a negarlo, sin embargo, tampoco se puede dejar a un lado e ignorar el deleite que es descubrir cómo la economía ha evolucionado, como ella misma hace su trabajo, como algunos economistas deslumbraron y deslumbran con su forma de concebir el mundo, y como aún se sigue hablando de ellos. Unos estudiando sus legados y otros trabajando en crear estrategias eficaces para satisfacer las necesidades humanas materiales, todo esto gracias a las humanidades y sus diferentes disciplinas que posibilitan el ejercicio de analizar el mundo y profundizar en cada área de una forma diferente.