Son evidentes los beneficios que han traído las nuevas tecnologías durante los últimos años, pues, es de reconocer el gran avance técnico que implican estas herramientas a la hora de efectuar actividades como comunicarnos vía web con alguna persona, realizar trabajos académicos que antes implicaba días de trabajo, el traslado de documentación e información en tiempo real, entre otros. Estos son ejemplos claros de que la tecnología en el siglo XXI es fundamental a la hora de realizar funciones significativas como la investigación, análisis de datos y comunicación. A pesar de las diversas críticas que han recibido en parte por los neoluditos, pues, este movimiento prescribe un estilo de vida que rechaza cualquier modelo tecnológico y satiriza de manera constante los cambios digitales. Sin embargo, el notable crecimiento de esta última no ha sido impedimento de desarrollo, y en los últimos 10 años ha llegado a incorporarse en numerosas disciplinas académicas entre esas, las humanidades. Como diría hace unos años el sociólogo belga Dominique Vinck en una conferencia de la Universidad del Externado “la incorporación de la revolución digital puede suponer el medio para salvar a las minusvaloradas humanidades, además de proporcionar una mayor democratización del saber, del acceso al patrimonio cultural, así como del diálogo entre las culturas o como recurso para la innovación y el desarrollo económico”. 

Al igual que Vinck, concuerdo que las humanidades han logrado adaptarse a las nuevas tecnologías como forma de migración, pues diferentes programas informáticos se fundamentan por la combinación de metodologías propias de las humanidades y ciencias sociales, a saber: plataformas de edición, contenidos literarios, bases de datos, catálogos bibliográficos, sistemas de análisis e información geográfica y sociológica, y entre muchos más. De esta manera, se evidencia la importancia que han acogido las disciplinas humanísticas en torno a los nuevos sistemas informáticos y como resultado garantizan diversos proyectos en el área del marketing digital, como softwares y plataformas textuales (Refworks & Turnitin), herramientas que permiten crear, organizar, compartir, estructurar contenidos bibliográficos, comparar la autenticidad de un texto, revisión de trabajos escritos y prevención del plagio, son las características que poseen estas plataformas que contribuyen en la adquisición y formación del conocimiento en diversos temas de edición  textual-informático al usuario interesado. 

En la actualidad disciplinas humanísticas como la archivística y bibliotecología se han adaptado a los cambios informáticos desde hace algunos años, incorporando asignaturas, con énfasis en sistemas de computación, pues, los profesionales en estas áreas del conocimiento deben tener experiencia en la organización y documentación de archivos web para así poder realizar procedimientos relacionados con la investigación cualitativa, cuantitativa, mixta o social, que facilita y proporciona información a las ciencias sociales como antropología, geografía y sociología a la hora de realizar estudios demográficos, estadísticos, históricos y urbanísticos, incluso  disciplinas como la historiografía se han beneficiado con la suministración de datos web. Asimismo, la creación de nuevas disciplinas como patrimonio digital o museología, incentivan a los jóvenes de hoy en día en la formación teórica y práctica sobre el uso de tecnologías avanzadas de la información en el análisis, divulgación y documentación del patrimonio histórico y cultural, desde una perspectiva más innovadora, dándole así un enfoque artificial e interacción persona- ordenador que llevan a la creación de museos virtuales y otras maneras de divulgación cultural.

En lo personal, como estudiante de quinto semestre de Filosofía, he visto materias en las cuales los docentes están capacitados en el uso de herramientas tecnológicas que ayudan en gran medida a fortalecer el aprendizaje en el aula y nos enseñan la utilidad de diferentes software como Office y Lectimus, al igual la universidad nos proporciona capacitación en base de datos con programas como Booklick y Altissia. Pero también es evidente la falta de interés por algunos estudiantes de humanidades a la hora de usar estas herramientas, que además de beneficiarnos nos ayuda a formarnos investigativamente en cualquier área del conocimiento. Para terminar, la tecnología es un modelo de vida que va en constante cambio e innovación, y diversas áreas del conocimiento se han adaptado a este modelo, en definitiva, esta idea para las humanidades podría ser un modo de reivindicación, lo que conlleva a traspasar los muros de la academia, y adentrarse al ámbito virtual-digital.