Hace mucho tiempo me ha interesado el tema de los resultados que tienen las religiones en nuestra sociedad. Como es evidente se pude decir que gracias a las religiones se ha marcado un trayecto en el pensamiento social el cual resulta en lo que ahora vivimos como sociedad.
Si nos remontamos históricamente, es sabido que, en la Edad Media la religión, en específico la cristiana católica, gobernaba la mayor parte de lo que era el desarrollo social y que desde hace unos cuantos siglos, tal vez con el inicio de la Edad Moderna, se fue replegando la influencia social que tenían las religiones. ¿Qué me refiero cuando hablo de influencia social por parte de una religión? Pues que las costumbres, las ideologías y las formas comunes eran dadas casi todas por las instrucciones de algunas religiones.
Toda la influencia de las religiones fue cambiando cuando se le otorgó un valor de verdad a los avances científicos dando como origen la validez total de los descubrimientos. Pero no solo fue la ciencia quien de cierto modo le quitó valor de verdad a las religiones sino que el concepto metafísico manejado desde varios siglos atrás en el cual todo conocimiento “científico” venia condicionado por dios, el mundo o el alma. Fue con la llegada del filósofo Immanuel Kant que se produjo el cambio de las concepciones metafísicas dado a que todo conocimiento científico debía ser entendido bajo el espectro de lo que era el espacio y el tiempo en conjunción con lo significativo que traen los conceptos. Esa fue una de las grandes hazañas que hizo Kant al publicar “La Crítica de la Razón Pura”, pero esta columna no consta de una explicación detenida sobre el pensamiento kantiano, por tanto lo dejaré para un futuro.
Una vez se dio el cambio de la validación de verdad a otro entorno diferente al que las religiones dictaban, estas pasaron a un estilo de refugio espiritual de guía. Muchas de las religiones tomaron la opción de la posibilidad para la guía moral sobre cómo forma de vida. Creo que es en esta guía de vida que las religiones siguen teniendo un poder muy grande en lo que respecta a la sociedad.
Llegamos al siglo XXI donde se han mostrado diferentes puntos de vista en contra de las religiones formando otro tipo de concepciones de guía de vida no supeditadas a las instancias de las religiones como pueden ser el agnosticismo y el ateísmo, entre otras. Aun así, las religiones siguen gozando de gran potencia a la hora de marcar el camino de grupos sociales y culturales sobre la forma de ver el mundo. Es aquí donde creo importante evaluar los límites del seguimiento a las religiones.
En Colombia, por ejemplo, hay un gran índice de creencia absoluta en formas canónicas de vida que expresa la religión católica. Pero estas se vuelven dañinas cuando se crea un fanatismo y un significado de única verdad para el desempeño de la vida de las personas. La creencia fanática en las normas o sistemas de las religiones tomadas como única verdad crean barreras de conciencia que desembocan en un dogmatismo absoluto.
La característica principal de un dogma radica en la aceptación de una doctrina expuesta haciendo de esta una verdad que no puede ponerse en duda. Al no ponerse en duda ciertos aspectos de una religión se cae en el error que todo la doctrina expuesta por ellos termine siendo verdad absoluta sin oportunidad a poder ver o comprender otro tipo de verdades aún más significativas.
De seguro la mayoría de los que lean esta columna podrán entender lo que les digo cuando les pregunto ¿han tenido algún familiar, amiga o conocida que esté totalmente negada a hablar de algunos temas o ponerlos en debate porque es tema de la religión? Si ese es el caso entenderán cuando digo que si uno habla de esos temas que posiblemente pongan en tela de juicio alguna doctrina de la religión a la que siguen su reacción termina siendo en molestarse de sobremanera. Si les ha ocurrido puedo decir que ahí es el dogma el que les está hablando.
Ese dogma se vuelve más dañino cuando deja de ser individual y se complementa con algún grupo social creando un dogma social. Es dañino en tanto a la falta de aceptación de otras doctrinas llevando a que este grupo pueda discriminar, atentar o dañar a otros pensamientos contrapuestos a esa guía de vida que se ha impuesto en esta sociedad dogmática.
Antes de continuar debo decir que no critico a los creyentes que o por voluntad entraron a una religión o que puedan ser exequibles al dialogo, sino que me propongo mostrar el problema de la creencia absoluta sobre doctrinas únicas y el emplearlas en el transcurso de la vida de la persona dogmática.
Creo pertinente usar un juego silogístico para exponer una idea aún más controversial: la gente generalmente sigue creencias dogmáticas y generalmente esas creencias dogmáticas están llenas de daños psicológicos. Entonces, las creencias dogmáticas reducen nuestras capacidades mentales. Se podría decir que estos dogmas crean un daño no solamente hacia lo social o cultural sino que de cierta forma crean un daño personal puesto que al tener el dogma tan arraigado puede llegar a resultar en un daño psicológico y cognoscente. El daño se da cuando al no poder salirse de cierta doctrina y no dar espacio a conocer ciertos puntos de vista se cierra completamente al conocimiento de las cosas y esto desenvuelve en una falta empática hacia otras personas y en sí limitando su pensamiento a simple repetición de doctrinas.
El problema que veo cuando se da este daño psicológico hacia un cierto punto de inconexión es que se cohíbe y se limita al pensamiento. El pensamiento debe ser libre en tanto a sus deseos de conocer. La mejor forma de evitar caer en estas creencias dogmáticas puede ser el hecho de ver cuál es la situación en la que uno se encuentra y hacia dónde quiere ir esa persona tomando como punto de partida la apertura a conocer los conocimientos.
Dejaré esta columna hasta acá con varias incertidumbres por responder las cuales serán ¿Cómo se crea un daño psicológico en la mente humana desde el dogma? ¿Cómo afecta más puntualmente este dogma en nuestra capacidad cognoscente o intelectual? Y ¿Cómo se nos introducen estos dogmas o limitantes y cómo se pueden remediar? Para esto dedicaré mucho más de mi esfuerzo en una publicación de un artículo que próximamente podrán encontrar donde muestro de manera más compleja y específica lo que en esta columna he tratado de alumbrar. Mientras tanto podemos suponer algo importante y como avance a mi propuesta formal del próximo artículo: el conocimiento social es tan basto que es preferible desglosarlo con la ayuda de una lupa para evitar caer en lo negativo de ciertas creencias dogmáticas.
Todas las marcas, los artículos y publicaciones son propiedad de la compañía respectiva o de Revista Horizonte Independiente y de HORIZONTE INDEPENDIENTE SAS
Se prohíbe la reproducción total o parcial de cualquiera de los contenidos que aquí aparecen, así como su traducción a cualquier idioma sin autorización escrita por su titular.