Estimados Señores miembros del glorioso Partido de Colores Definidos:
No es un secreto para nadie,
que grandes son los esfuerzos del orador
en la preparación del discurso
pues en el universo de palabras
el poder de selección es suyo;
pero, en este juego de ser dios
capaz y un error se escapa,
ya que como es bien sabido entre los jugadores de la palabra,
ni el primero que lo jugó se salva,
pues en su gran discurso de una semana,
se le coló un gran error que es la raza humana.
Más en mi grandilocuencia
no puede haber un solo error,
nada puede fallar.
Al despertar del lunes gozaremos de las mieles del poder absoluto,
del beneficio eterno,
de la gracia de Dios,
y seremos por fin lo que siempre hemos soñado;
la envidia de Alejandro, Napoleón y Hitler.
Pues habremos conquistado la gloria eterna
y seremos recordados por los siglos de los siglos
¡Que viva al glorioso partido de Colores Definidos!
Las palabras se me quedan cortas para describir tan terrible situación.
Mas si esta memoria no falla procuraré por describir lo sucedido.
Estaba allí con micrófono en mano,
el doctor Juan Amarilló Pureza,
quien dizque el más afamado elocuente;
listo ya para dirigirse al pueblo,
con palabras previamente diseñadas a medida del oyente;
que dizque para que no se le escapara un solo voto,
y que la respuesta fuera al unísono,
el cantar de un mismo partido.
Pendejadas aquellas con las que sueñan los de colores definidos
que alucinan desde chiquitos
con el poder indefinido.
Mas he de confesar que cuando empezó el discurso
El miedo me invadió por dentro
De pensar que por un descuido
Tendríamos la dictadura adentro.
Pero no les digo más, juzguen ustedes mismos el resultado:
Estimados compatriotas,
la Invitación de hoy como parte de este gran pueblo,
es a que hagamos de esta patria agobiada por dolor y sangre,
un espacio libre de represión. Es hora ya de que nos revelemos en contra de estas oligarquías que nos quieren dominar.
No más izquierda, no más centro ni derecha,
ya no más dirigentes corruptos y anquilosados,
ya no más gente del pueblo muriendo en la inopia y la miseria;
mientras que burgomaestres
rebosan sus bolsillos de oro, contratos y beneficios.
Os pido encarecidamente
que hoy sus votos no sean papeletas,
sino que se conviertan en flechas y lanzas que atraviesen por todos los flancos,
la corrupción de este gobierno opulento e indolente, que se burla de nosotros.
Vamos todos a mostrar, que cuando el pueblo manda,
el gobierno se arrodilla y obedece.
Vamos todos al unísono,
a terminar de una vez y para siempre con esta mafia dirigente,
vamos todos a decirles democráticamente por las buenas o las malas,
que no nos representa ninguno.
¡Que viva el glorioso pueblo libre e independiente de mafias!
¡Abajo los gobiernos, partidos y dirigentes!
¡Que caiga la política corrupta e intransigente!
¡No más represión al pueblo con las fuerzas armadas y sanguinarias!
Que más que hijos del pueblo,
parecen máquinas de guerra, debidamente diseñadas y adoctrinadas,
levantemos así nuestras voces,
¡Por la libertad de pensamiento!
¡Por la libertad de expresión!
¡Por una verdad libre y sin manipulación!
Pero sobre todas las cosas
¡por una verdadera LIBERTAD!
Vamos todos a las urnas,
a cortar con democracia,
las cabezas de nuestros Luis XVI.
Mas si en el papel,
mi rostro, ven.
No olviden de dónde vengo,
ni los hilos queme controlan.
¡Que viva mi patria libre!
¡Que viva mi pueblo en LUCHA!
Terminado el discurso,
lo demás ya lo conocen.
Inefables e innumerables son los momentos en los discursos de la política
en que se embarra con palabras funestas de entrada o de salida,
mas nunca había visto tantos atrevimientos por parte de un candidato,
que más que un representante de un partido,
parecía un caudillo enardecido.
Menos ahora en tiempos tan civilizados como estos,
y con personas de tanto bien como nosotros,
pero pues ahí si, como dice el dicho;
— Los buenos somos más —
Hoy el resultado es notable e incomprensible,
pues al final del día, el voto en blanco se hizo con la victoria
y ni los definidos, ni los indefinidos y diversos pudimos evitarlo.
Pues al parecer don Juan Amarillo Pureza,
se vistió del color que el pueblo quería,
y se alzó con la victoria, si es que así era que lo pedía.
Se reanuda la audiencia, precedida por el señor juez Dr. Carlos Blanco Neutral, quien da paso al acusado Dr. Juan Amarillo Pureza, para que se pronuncie en relación a la imputación del delito de fraude al sufragante:
Respetado señor juez, miembros del jurado, y representantes de los partidos;
incomprensible es para ustedes, como para mí, tal situación,
pues en mi interior, explicación no encuentro,
acerca de cómo, si en el origen la palabra es clara,
al llegar al oído se transforma en caos.
Hoy parecen fraudulentas,
las oraciones con las que antaño ufanaba
y aunque siempre he sido fiel a mis principios
y a mí amado Partido de Colores Definidos;
la verdad se siente confusa
sé que no me creen cuando de manera clara advierto tal barullo.
Pues como lo digo hoy, lo diré siempre.
Ese discurso embustero y malogrado
no fue ni por un instante
el que mis labios y voz emitieron,
más bien parece, quien sabe que artificio, creación del mismo demonio.
Hoy no encuentro salida a semejante entuerto,
Decidme si ¿Acaso es un castigo?
Pues no logro comprender que fue lo que pasó
Maldita sea, cuanta confusión.
Ahora me dirijo a ustedes puntualmente
Compañeros y hermanos del partido,
nadie más que ustedes me conocen desde mis umbrales,
han visto crecer en mí el amor por mis ideales y los del partido.
¿acaso días antes mentí?cuando fielmente me dirigí a ustedes,
henchido de orgullo
por las dádivas que el esfuerzo de un trabajo bien logrado nos brindaba
¿acaso no estábamos seguros de que el poder sería nuestro?
Y que por fin daríamos a esta tierra
el norte que toda gente de bien merece.
¿o es que acaso percibieron embustes en mi orar?,
y si fue así, por qué no detuvieron la osadía y a tan mal predicador.
Hoy asumo mi culpa, si así lo han de decidir las leyes,
yugos mordaces en los que fui cómplice más de una vez.
Mas no me a culpan los engaños de estas fruslerías que me juzgan,
sino la ingenuidad y la trampa del error del orador
atadura perpetua del que se expone en público
y de la que ni siquiera el creador se salva.
Hoy renuncio a mi partido, mi buen nombre, mis principios, mi estatus y mi candidatura;
pues sé que a donde voy, no los necesitaré,
parto tranquilo de haber sido siempre lo que ustedes pidieron.
que hasta el artefacto (micrófono) sugerido en mis manos empuñé,
con el orgullo de cargar en mis manos el poder con el que soñamos
y ser el representante en la palabra
de todos los ideales de mi glorioso Partido de Colores Definidos.
Señor juez,
dejo como evidencia el artefacto que tantas veces me catapultó a la fama,
y que hoy por osadía de no sé quién,
me sepulta en la ignominia.
No teniendo más que decir,
ni pruebas a mi favor.
Extiendo a usted mis manos,
como símbolos de renuncia a la aclamada libertad,
que tanto dicen resonó, en mi fatídico y garrafal discurso.
Sea usted señor, quien haga justicia.
El juez ordena para el acusado como medida preventiva prisión intramural. De la misma forma, pide tomar como evidencia simbólica el artefacto (micrófono) brindado por el acusado. El guardia, haciendo caso a las instrucciones proferidas por el juez, dirige al ahora prisionero Dr. Juan Amarillo Pureza – Ex miembro del Partido de ultraderecha de Colores Definidos, a su nueva y humilde morada. Acto seguido se dirige con cautela a la mesa y toma con guante de látex, en tono burlón, el artefacto brindado; cual prueba en la escena del crimen; pero, no sin antes percatarse de la pequeña inscripción en letras doradas al costado del mismo:
“La verdadera palabra siempre será dicha”
Made in URSS
09 de marzo de 1940
¿Cómo referenciar?
Neusa Romero, Leonardo. “La rebelión de los artefactos” Revista Horizonte Independiente (poesía). Ed. Nicolás Orozco M., 12 dic. 2021. Web. FECHA DE ACCESO.
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