La metafísica en el atomismo lógico

Introducción:

Durante gran parte de lo que se ha denominado como la Edad Contemporánea de la filosofía ha enmarcado ciertos criterios de renovación de teorías filosóficas frente a la modernidad. La creciente fuerza de la ciencia encaminó el pensamiento filosófico a poner atención en lo concreto, lo verificable y lo empíricamente demostrable; de ahí surgieron grandes tendencias que serían el norte para las investigaciones de varios pensadores (el positivismo y el positivismo lógico entre otros). Es en ese esquema que encontramos lo que se denominó como atomismo lógico: la búsqueda de lo más concreto y verdadero a partir de enunciados que pudieran dar razones de lo que realmente las cosas son. Claramente la lógica sería fundamental ya que para pensadores como Frege o Russell sería la clave para encontrar lo que hay de verdad en las cosas del mundo; esto significó la entrada de la lógica como sistema filosófico que buscaba lo concreto a partir del lenguaje y de las definiciones que pudieran hacerse de las cosas.

Parte fundamental del sistema atomista era el rechazo a los conocimientos metafísicos que venían desde la modernidad y que podían desviar los conocimientos de lo realmente importante. La metafísica pasó a un plano de crítica constante por parte de los atomistas después de haber tenido un gran impacto en la modernidad. Lo anterior me lleva a pensar que los motivos por los que se rechaza a la metafísica son insuficientes para descartarla de tajo; mi pregunta fundamental recaería en la posibilidad de que incluso los lógicos y atomistas necesiten recurrir a la metafísica para consolidar su teoría; o más formalmente hablando el atomismo lógico rechaza a la metafísica, pero ¿puede excluirse de ella? Para cumplir este propósito pienso tomar prestada la noción de metafísica del filósofo vasco Xavier Zubiri para demostrar que incluso los que rechazan la importancia de la metafísica parecen necesitarla como piedra angular de sus teorías; esto es, pese a los rechazos del atomismo lógico a la metafísica parece difícil pensar en la consolidación de su teoría sin requerir de ella; la metafísica siendo un motor para la tesis del atomismo lógico.

El esquema que pienso exponer se articula en dos apartados y conclusiones: en el primer apartado expondré en qué consiste el atomismo lógico haciendo referencia a su tesis principal como tema fundamental; en el segundo apartado expondré en qué consiste la noción de metafísica en Xavier Zubiri; y en las conclusiones expondré la necesidad de la metafísica en el atomismo lógico partiendo de estas dos corrientes filosóficas que estoy tratando (la posición atomista y la metafísica zubiriana).

  1. El atomismo lógico

El atomismo lógico parte de una premisa reduccionista para tener algo de certeza sobre las cosas del mundo. El mismo Russell (1966) titula a su teoría de esta manera en contraposición a quienes lo llaman realismo: “La lógica que yo propugno es atomista y es éste el aspecto de la misma que deseo subrayar. En consecuencia, prefiero caracterizar a mi filosofía como “atomismo lógico” que no como “realismo”, acompañado o no de algún calificativo” (Russell, 1966, p. 455).

La idea primordial de esta teoría es poder focalizar un conocimiento verdadero que funcione para poder saber qué son las cosas más allá de las descripciones que podemos hacer; esto es, definirlas. La propuesta apunta a reducir las condiciones de las cosas a enunciados atómicos para poder hablar de la verdad de algo o lo que es aquello; es decir, las definiciones de las cosas del mundo deben llegar a evidenciar la estructura última de las cosas. Desde la teoría de Russell se postula a las definiciones como principio fundamental para llegar a conocer lo que “realmente es”. A Russell no le gusta esto de la imaginación y tenía ciertos problemas con la experiencia empírica ya que en la comprobación podrían haber fallas como el típico ejemplo de “¿todos los hombres son mortales?”; evidentemente uno podría responder que sí ‒o por lo menos hasta donde sabe‒, pero el problema sería ver cuáles son las condiciones últimas que hablan de la verdad de este enunciado. Por ejemplo, desde el campo del empírico tendríamos que indagar y demostrar que todos y cada uno de los hombres que existen son mortales, lo cual presupondría un problema.

Sin embargo, el atomismo lógico va a decirnos que en las definiciones de las cosas están todos los componentes para llegar a esa estructura última y, a la final, verdadera. La idea es la siguiente: si pensamos en caballo tendremos que decir que en el caballo mismo está toda la información y el esqueleto necesario para decir que no es una cebra. Entonces ¿qué es un caballo? Para responder a esto tendríamos que comprometernos con una respuesta que satisfaga las condiciones de verdad de esta teoría y llegar a decir algo que sea lo que constituye al caballo como caballo; a saber, su partícula atómica o su enunciado más básico.

Si volviera a hacer la pregunta de “¿qué es un caballo?” posiblemente responderíamos que es un animal cuadrúpedo que tiene las orejas más pequeñas que un burro o una mula y carece de joroba que los camellos sí tienen y de cebras como las cebras. Empero, esto sería una descripción y no una definición. La diferencia recaería fundamentalmente en que una descripción es aquello que usamos para ejemplificar una cosa y la definición es aquello que caracterice que una cosa es efectivamente eso.

En el caso del lenguaje como reducido a sus condiciones mínimas parecer responder a que “el lenguaje puede engañarnos tanto por su vocabulario como por su sintaxis” (Russell, 1966, p. 467). La cita anterior parece ser esclarecedora en varios casos: el primero porque apunta a que mientras más palabras hay se puede correr el peligro de abstraerse de más para poder alcanzar esa partícula atómica; en el segundo caso porque podría volver más compleja las relaciones de palabras con su semántica aplicada a lo que se juega en la sintaxis. Por ejemplo; en el caso del caballo encontraríamos que para definir “caballo” debemos recurrir a un mundo de vocabulario para poder describirlo y aun así no lograr darle a la definición específica. Este problema estaría en la mira de Russel ya que “Hemos de estar en guardia por lo que se refiere a ambos aspectos del lenguaje si queremos evitar que nuestra lógica nos conduzca a una metafísica falaz” (467).

Nótese que todo este argumento va en la línea de un rechazo al empirismo por llegar a dar resultados ambiguos, pero entre esa crítica se esconde la crítica a la metafísica por postular cosas que saquen de balance a lo concreto de las definiciones últimas. En este sentido Russell parecería compartir, por lo menos grosso modo, la visión de Frege en cuanto a que el “conocimiento puro” es una estructura que viene dada por la lógica; cualquier otro tipo de conocimiento podría dar espacio a ambigüedades y por tanto llevarnos a falsedades.   

  1. La metafísica en Xavier Zubiri

Ya teniendo un claro esquema del cual parte la teoría del atomismo lógico y su premisa fundamental, podemos dar un hincapié a ver una postura un tanto diferente pero constitutiva para entender la metafísica. Xavier Zubiri ha desempeñado un papel fundamental en consolidar una teoría filosófica completa ‒y a veces tildada de realista‒ con un marco profundamente metafísico. La gran premisa de Zubiri en general es poder explicar cómo funciona la realidad y cuáles son sus componentes; en este sentido, aplicará una descripción de la realidad en sí misma y la realidad en relación con el sujeto que está en ella. Para nuestro caso no es muy relevante explicar todo este sistema dado que no es nuestro propósito en este escrito y podría sacarnos de foco en cualquier momento. Lo que nos interesa aquí es tomar un punto de referencia para explicar el concepto de metafísica para, posteriormente, ligarlo al atomismo lógico.

En Los problemas fundamentales de la metafísica occidental (2003) y en la Estructura de la metafísica (2016) Zubiri hace una reconstrucción histórica del concepto de metafísica partiendo desde Aristóteles hasta llegar a Hegel. La reconstrucción de este concepto se vuelve esencial porque abarcará la totalidad de las premisas que llevarán a postular a la metafísica como “materialmente idéntica a lo que entendemos por filosofía” (Zubiri, 2003, p. 16). Vamos a intentar reconstruir el argumento del filósofo vasco para llegar a esta tesis.

Si pensamos en los orígenes de la metafísica podríamos llegar a un consenso al decir que la metafísica es esencialmente el estudio de lo real, lo existente, y podríamos llegar hasta aventurar la clásica idea de la metafísica como filosofía primera. Cuando hablamos de la metafísica como el estudio real estamos haciéndonos la misma pregunta que tenía Zubiri durante todo su recorrido filosófico: ¿cómo funciona la realidad y cuáles son sus componentes? Empero, la pregunta por la existencia viene siendo sobre las posibilidades del ser en cuanto a ser o lo que se le puede atribuir el concepto de entificación. Cuando hablamos de la filosofía primera podemos decir que la metafísica es lo que condiciona que haya algo para estudiar, es el motor que mueve las investigaciones hacía sus fines.

Hay muchas definiciones de metafísica a lo largo de la historia y definidas por diferentes pensadores; pero estos tres conceptos (realidad, existencia y filosofía primera) van a ser a los que Zubiri prestará atención. La razón por la que le presta atención a estos tres es porque la metafísica será aquella filosofía primera que moverá al filosofar hacía la búsqueda de la realidad y en ella el de la existencia; pareciera ser una cadena: cuando nos preguntamos por la existencia estamos preguntándonos por el carácter de la realidad y cuando nos preguntamos por esta entonces estamos iniciando en lo más básico pero complejo, la metafísica como motor de la filosofía.

En el final de párrafo anterior podemos evidenciar una profunda oscuridad en la explicación de la cadena; espero solucionar esa oscuridad en lo siguiente. Ahora concentrémonos en la relación entre metafísica y filosofía propuesta por Zubiri.

La idea que tiene Zubiri de la metafísica la relaciona de manera idéntica con el papel de la filosofía al pensarla como una manera específica de hacer filosofía centrada en aquello que posibilita el filosofar en general; esto se puede entender como el carácter último y radical que busca la filosofía. Si por filosofía se entiende “actitud de los hombres que buscan la sabiduría suprema, esto es: la sabiduría última y radical de la vida y de las cosas” (Zubiri, 2003, p. 17) entonces, metafísica y filosofía son esencialmente la misma cosa: el punto de quiebre que posibilita el filosofar. Las preguntas, las búsquedas, las intuiciones, las teorías, las investigaciones filosóficas son filosofía por su carácter y son metafísica por buscar aquellas formas de llegar al conocimiento último de las cosas. De ahí que:

Puede decirse que la Metafísica es una parte de la filosofía, además de la lógica, la ética, la filosofía de la naturaleza. Ciertamente; pero todo esto en definitiva es metafísica; la Lógica es la metafísica del conocimiento, como la Ética es la metafísica de la vida, como la Filosofía de la Naturaleza es la metafísica de la naturaleza. En ese sentido la metafísica no es «parte» de la filosofía, sino que es materialmente idéntica a la filosofía misma. (16)

Ahora bien, entendemos que la metafísica al buscar la ultimidad de las cosas se vuelve plenamente la actitud del filosofar. Si pensamos en diferentes filósofos podemos ver su actitud hacía la búsqueda de un filosofar que nos lleve a alguna forma de ultimidad de las cosas; por ejemplo, en la filosofía japonesa el criterio de liberación de sufrimiento parece ser el fin último del conocimiento, aquella búsqueda de ese fin nos confronta con que el sufrimiento parte del anhelo y en tanto que anhelo algo estoy sufriendo. La idea general partiría de que el anhelo me apega a un yo que se anhela por lo que el problema se agranda: ¿cómo salgo del yo para desapegarme de mí y trascender? La negación del yo y la postulación del no-yo (mu-ga) nos condiciona a un nihilismo. De ahí que filósofos como Nishitani Keiji se hagan la pregunta de “¿cómo superamos el nihilismo siendo nihilistas?”. Este tipo de preguntas nos confrontan con la búsqueda de ese fin último y radical que nos habla Zubiri. Otro ejemplo podría ser la pregunta sobre cómo es que existimos en el mundo saliendo de la pregunta por la esencia en Sartre; de ahí que se postule la idea de que en la medida en que existo es que pienso y me defino. Y, en la persecución por estos saberes últimos podemos llegar a hacer exámenes sobre planteamientos que ya hay y que también son de índole metafísica al seguir en la consonancia con el principio zubiriano de metafísica; pensemos en la preocupación de Husserl sobre si la psicología es o no una ciencia y si lo es, entonces qué tipo de ciencia es. Lo mismo pasa en Gadamer cuando se pregunta qué hace especial a las ciencias del espíritu frente a las naturales y si son lo suficiente para garantiza un conocimiento verdadero.

Quiero hacer énfasis en esto: cuando Zubiri dice “todo esto en definitiva es metafísica; la Lógica es la metafísica del conocimiento, como la Ética es la metafísica de la vida, como la Filosofía de la Naturaleza es la metafísica de la naturaleza.” (16) se está refiriendo plenamente a que la actitud de buscar los caracteres últimos de las cosas; esto es, su realidad, su existencia, su consistencia; y es ahí donde al postular una tesis como la verdad es esto o aquello, lo que es confiable es esto o aquello, es que se consolida la metafísica al ser el motor de la indagación para resultar con un principio o teoría sobre las cosas del mundo.

Hay una profundidad en el sentido de metafísica que tratara Zubiri y es la de lo diáfano, empero no es un tema que nos interese comentar aquí. Por ahora quedémonos con la metafísica como la encargada de los caracteres últimos y radicales de búsqueda de las cosas; esto es, el compromiso con el filosofar, su posibilidad.

  1. Conclusiones:

Ahora bien, volvamos con el atomismo lógico y hagamos ley de reiteración para traer su tesis:  en las definiciones de las cosas están todos los componentes para llegar a esa estructura última y a la final verdadera. ¿Qué es un caballo? Sencillamente el atomismo diría que hay algo, una partícula atómica que pueda definir al caballo sin necesidad de hacer paralelos ni descripciones, es la condición mínima para que un caballo sea un caballo. ¿Esto no les parece muy parecido a lo que dice Zubiri sobre la metafísica como carácter de búsqueda de lo último y radical de las cosas?

Notemos que la tesis o premisa esencial de Russell es fundamentalmente metafísica en cuanto busca dar una estructura verdadera y última de las cosas del mundo. Más allá de que sus métodos sean lógicos, más allá de que sus resultados partan de la lógica, de lo concreto y lo preciso, está iniciando su búsqueda desde un filosofar, desde una indagación sobre cómo podemos llegar a encontrar esas cosas últimas del mundo. Por decirlo coloquialmente: cuando decimos “vea maestro, esto es por aquí o por allá” no es más que decir un principio en el que confiamos el carácter último de las cosas y en ese sentido estamos haciendo metafísica.

Finalmente, quiero decir que este ensayo ha manejado una estructura intuitiva en cuanto a que postulo las dos teorías de estos dos autores esperando se encuentren las conexiones entre ambos; esto es, he tratado de tomarme la permisibilidad de dejar la conexión a trabajo del lector en el recorrido del texto sin anunciar cada punto de una manera esquemática apropósito; empero para aclarar y dejar por sentado lo que he tratado de hacer expondré y resumiré este escrito en estas anotaciones a modo de conclusiones:

  1. El atomismo lógico busca dar una estructura última de las cosas a partir de enunciados atómicos que definan lo que realmente es algo.
  2. La metafísica zubiriana nos pone en un momento donde es idéntico a la filosofía en cuanto es la actitud del hombre por buscar los caracteres últimos de las cosas.
  3. Sutilmente hablando he dejado en el texto entrever un factor decisivo que diferencia nuestros dos autores: para Russell la metafísica es una forma de hacer filosofía, mientras que para Zubiri es la filosofía misma.
  4. El rechazo de Russel y del atomismo lógico a la metafísica parece paradójico porque depende y parte de ella para estructurar su teoría; esto es, en el momento en que se llega a la conclusión de que hay que buscar las definiciones de las cosas a partir de partículas atómicas, estamos buscando un carácter último de las cosas y en ese sentido el atomismo lógico está lidiando con la metafísica ‒al menos en su inicio.

Creo que llegados a este punto podemos tener mayor claridad de mi intención y el recorrido argumental que he intentado manejar. A modo de ejercicio, pueden tomarse cada una de estas conclusiones y volver a leer el texto donde le aseguro que encontrará mucho más fácilmente las tesis que he postulado sobre el atomismo lógico partiendo de la metafísica pese a su rechazo.

 

Referencias:

Russell, Bertrand. “Atomismo lógico”. Traducción de Javier Muguerza. Lógica y conocimiento. Comp. Robert Charles Marsh. Madrid: Taurus, 1966. 455-484.

Russell, Bertrand. “Descripciones”. Traducción de Luis M. Valdés Villanueva. La búsqueda del significado. Cuarta edición. Comp. Luis M. Valdés Villanueva. Madrid: Tecnos, 2005. 50-60.

Zubiri, Xavier. Estructura de la metafísica. Madrid: Alianza Editorial, 2016.

Zubirí, Xavier. Inteligencia sentiente. Ed. Francisco González de Posada. Barcelona: Tecnos Editorial, 2013.

Zubiri, Xavier. La estructura dinámica de la realidad. Madrid: Alianza Editorial, 1995.

Zubiri, Xavier. Los problemas fundamentales de la metafísica occidental. Madrid: Alianza Editorial, 2003.

¿Cómo referenciar?
Orozco M., Nicolás. “La metafísica en el atomismo lógico” Revista Horizonte Independiente (columna filosófica). Ed. Brayan D. Solarte, 29 enero, 2023. Web. FECHA DE ACCESO. 

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