La diversidad en las ciencias 

Introducción:

Las perspectivas feministas de la ciencia y los estudios sociológicos de la ciencia generalmente se han opuesto a la idea de objetividad de la ciencia y a reconocerla como una actividad ejercida exclusivamente por hombres. Esa oposición se debe a que dentro de los mismos círculos científicos hay diferentes opiniones acerca de lo qué es la ciencia y acerca de su método (Shapin 2015). Steven Shapin (2015) menciona en su libro Nunca pura a una lista de científicos que no están de acuerdo entre ellos mismos respecto a un método unificado y objetivo en la ciencia. Este desacuerdo se debe, en mi opinión, a que la ciencia es una actividad humana y diversa, como la cultura, el arte, etc. La diversidad es una de las características de la humanidad y debido a que la ciencia es hecha por seres humanos, esta es inevitablemente diversa. Por esa razón quiero mostrar en esta columna aquello que considero los rasgos de esa diversidad en la ciencia y daré algunos ejemplos de disciplinas científicas en donde estos rasgos se ven con claridad.

Shapin hace una declaración explicativa acerca de la diversidad en la ciencia:

Así, ¿qué sucede si seguimos las opiniones de muchos científicos (y, casualmente, las de una cantidad cada vez mayor de filósofos) acerca de que las ciencias son muchas y diversas y de que no hay discurso coherente y sistemático sobre la esencia distintiva de la ciencia que pueda dar sentido a la diversidad y a lo concreto de las prácticas y las creencias? Una de las cosas que podría suceder es que asumiéramos una perspectiva diferente de la variabilidad de las afirmaciones metacientifcas, a saber, que las tomáramos como afirmación acerca de la naturaleza peculiar de algo llamado “ciencia”. (Shapin, 71).

Las afirmaciones contrarias que dicen que la ciencia es objetiva y unificada tienen en común un sesgo de género que configura históricamente a la ciencia como una actividad que siempre se ha pensado como hechas solo por hombres, una ciencia masculina: “La asociación, históricamente omnipresente, entre masculino y objetivo, y de manera más especifica entre masculino y científico, es un tema que la crítica académica se resiste a tomar en serio” (Keller, 150).

La ciencia multiparadigmatica como indicación de diversidad

La historia de la ciencia siempre ha presentado un notable problema, que tomó mayor alcance en el pasado, acerca del establecimiento de un criterio de demarcación. El propósito de la filosofía de la ciencia estuvo centrado en aquello que es y lo que no es ciencia, y en poder establecer una línea o criterio que pueda dividir estas categorías y hacer clasificable aquello que es conocimiento científico y aquello que no lo es. El positivismo lógico había declarado que toda ciencia debía recurrir a los experimentos para contrastar las teorías y explicar los hechos en términos matemáticos; por lo cual, cualquier investigación que no cumpliera con este método único de experimentación no encajaría en lo que los positivistas clasificarían como científico, es decir, ellos defendían un monismo metodológico para todas las ciencias.

Pero, el monismo metodológico no era seguido por todos los científicos, inclusive aquellos dedicados a la física, considerada como una ciencia fuerte y con alto grado explicativo. Por tal motivo, la filosofía de la ciencia empezó a modificar este criterio quitando su enfoque del método y trasladándolo a los mecanismos de justificación de las teorías. Cómo verificar una teoría o las garantías para falsearla resultaron ser el principal criterio de demarcación generalmente aceptado a principios del siglo XX.

También, la filosofía de la ciencia tuvo que lidiar con el problema de la distinción entre las ciencias naturales y las ciencias sociales. Los que defendían un monismo metodológico no consideraban la especulación o las teorías filosóficas como científicas porque no se ajustaba a su método experimental y matemático, por lo que negaban a la mayoría de las ciencias sociales el carácter de ciencia y, a su vez, le exigían que encajara en su metodología. En cambio, los que se oponían a un monismo metodológico creían que algunas disciplinas poseían métodos propios en los que hacia falta explicaciones que no eran susceptibles de procedimientos matemáticos. Esta última posición de la ciencia reconocía una separación precisa entre las ciencias sociales y las ciencias naturales cuya distinción era principalmente ubicada en los objetos de investigación y el método que usaban.

Las aportaciones de Kuhn a la historia de la ciencia ha hecho posible introducirnos a una visión sociológica de la ciencia. Las ciencias naturales no son tan distintas de las ciencias sociales, la distinción no es muy precisa, aunque los objetos de estudio sean diferentes, y sus límites parecen disiparse. La ciencia no ha tenido un desarrollo lineal y progresivo. Para Kuhn, la historia de las ciencias naturales ha sido fuertemente caracterizada por revoluciones que hacen que cierta teoría, aceptada durante un tiempo, entre en crisis y sea cambiada por otra nueva y completamente distinta a la anterior; es decir, por un paradigma nuevo que llega a ser generalmente aceptado por factores sociales, ideológicos y culturales de una comunidad científica.

Que una ciencia tenga varios paradigmas trabajando al mismo tiempo y haciendo aportaciones a la misma ciencia, eso significa que tal ciencia es multiparadigmatica. En otras palabras, que admite la cohabitación de varios paradigmas al mismo tiempo, lo cual es una muestra de diversidad en la ciencia y que esa diversidad no es contradictoria con la actividad científica misma.

Las teorías científicas para Kuhn no pueden compararse entre ellas, debido a la falta de un criterio de evaluación que permita saber y decir, qué teoría es mejor que la otra. Esta inconmensurabilidad entre teorías y la noción de cambio de paradigma, nos muestra que a la luz de la dinámica del cambio en el modelo kuhniano, no hay un avance lineal ni acumulativo en la ciencia, no hay un progreso; lo que hay es un cambio de paradigmas, una revolución científica.

La elección de una nueva teoría por parte de una comunidad científica no solo depende de la solución que suministre para resolver el problema que despertó la crisis, también debe pretender predecir con más exactitud fenómenos que la anterior teoría no podía. Pero no por esto tiene garantizado su éxito sino que la comunidad científica debe usar de la persuasión como argumento para eliminar todo desacuerdo y lograr un consenso universal. Lo que le da un tono subjetivo a cada teoría y borra toda idea de objetividad teórica, para Kuhn en el estudio de la historia de la ciencia debemos examinar “las técnicas de argumentación persuasiva, efectivas dentro de los grupos muy especiales que constituyen la comunidad de científicos” (Kuhn, 153).

El caso de la psicología y la física

La psicología también se ha comportado como una ciencia natural cuya evolución ha sido distinguida por crisis y revoluciones que provocan cambios rotundos en los sistemas teóricos, según lo aportado por Kuhn. También, algunas ciencias naturales, como la física, trabajan bajo varios paradigmas aceptados por la comunidad científica; por ejemplo, la física clásica y la física cuántica. Puede que la psicología sea una ciencia de ese tipo ya que hay varios métodos que se usan como en el psicoanálisis y en la psicología experimental, etc.

La historia de la psicología y la física se asemejan a la forma de historia de evolución y progreso en las ciencias naturales propuestas por Kuhn. Estas se caracterizan por cambios paradigmáticos y encajan muy bien en la categorización de ciencia multiparadigmatica. De manera que estas ciencias no tienen inconveniente en operar dentro de una diversidad de posturas científicas y de metodologías.

La física cuántica tiene una única estructura matemática que sostiene dicha teoría; sin embargo, alberga decenas de interpretaciones que las distintas escuelas científicas hacen de esa única estructura matemática. Estas diversas interpretaciones en su mayoría son provocadas por presupuestos filosóficos, diferentes concepciones de la naturaleza y distintos dogmas o visiones del mundo que abrazan los científicos dentro de los círculos académicos a los que pertenecen. Los científicos nunca se han puesto de acuerdo en sus interpretaciones.

Otro ejemplo es el debate acerca de la naturaleza de la luz. Los científicos intentaban determinar si la naturaleza de la luz era corpuscular o si era ondulatoria, el científico que pertenecía al grupo que entendía a la luz como conformada por partículas o corpúsculos, es decir los newtonianos, realizaban experimentos que confirmaban su concepción de la naturaleza de la luz. En cambio, los científicos huygensianos, que creían en la naturaleza ondulatoria de la luz, confirmaban con sus experimentos sus creencias acerca de la luz. Ambos bandos soportaban sus creencias científicas en la experimentación, pero estas diferencias no destruía a la ciencia física por dentro sino, por el contrario, la fortalecía y la tecnificaba más.

Lo mismo sucede con la psicología, sus distintas metodologías y acercamientos al estudio de la conducta humana a través del conductismo, del psicoanálisis, la psicología de la Gestalt, la psicología evolutiva, las distintas concepciones de la mente y el espíritu humano que subyacen en cada corriente de esta ciencia, no han impedido que le consideremos como que tiene algo serio que decir acerca de la conducta humana. Por el contrario, cada corriente ha realizado aportes para clarificar su objeto de estudio. De manera que la diversidad no es un rasgo negativo de la ciencia sino un aspecto positivo que la caracteriza como una actividad humana.

Conclusión

Por lo general el negacionismo siempre va acompañado de una carga de intolerancia en algún aspecto ya sea provocado por una falta de reconocimiento de la labor científica del otro. También, a veces el negacionismo es provocado por una arrogancia intelectual y de usurpación de la verdad. Pero la diversidad resalta lo que el negacionismo quiere ocultar. La diversidad muestra el valor de la tolerancia y la honestidad académica. Así como señala que la ciencia no puede desligarse del valor que le aporta lo diverso, lo provechoso que ha sido para el desarrollo del conocimiento científico.

En consecuencia, la ciencia debe tener un carácter humilde respecto de lo que tiene que decir de la humanidad. Esta es una actividad que hace el ser humano, no que hace al ser humano. No se trata de desplazar la carga de la verdad de la ciencia al relativismo, sino de reclamar su lugar correcto en la sociedad.

 

Referencias: 

Shapin, Steven. Nunca Pura. Buenos Aires: Prometeo Libros, 2015.

Keller, Evelyn Fox. Reflexiones sobre género y ciencia. Valencia: Edicions Alfons el Magnànim, 1989.

Kuhn, Thomas. La estructura de las revoluciones científicas. Bogotá: Fondo de Cultura Económica, 1971.

Chacón, Pedro. La filosofía de la psicología. Madrid: Biblioteca Nueva, 2001.

¿Cómo referenciar?
Moreno, Carlos Mario. “La diversidad en la ciencia” Revista Horizonte Independiente (columna filosófica). Ed. Brayan D. Solarte, 27 dic. 2020 Web. FECHA DE ACCESO.

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