En el libro “Personalidad humana y su supervivencia a la muerte corporal” de Frederic W. Myers (1903), se detalla el caso de A. S. Wiltse, fechado en el año 1889, quien era médico de Kansas, y en un estado de enfermedad repentina de fiebre tifoidea, su estado empeorando de manera veloz lo llevo a entrar en coma. El médico que lo atendió, S. H. Raynes, constató que no tuvo latido cardíaco durante el lapso de cuatro horas. Wiltse estaba clínicamente muerto. Sin embargo, recuperó la conciencia. Contó que había visto cómo su cuerpo se separaba de su espíritu. Se había percibido a sí mismo como una medusa, debido a su forma y su color. Su mente se desprendió de su cuerpo como una burbuja de jabón.
En esa forma, se posó en el suelo y sin saber cómo lo hizo, se puso de pie como una figura completa, pero transparente y notó que caminaba recto entre la gente. Describió con detalle todo lo que experimentó. Se vio acostado en un sofá. Continúo caminando y vio a dos mujeres a la izquierda de su cuerpo llorando, que luego resultaron ser su esposa y su hermana –aunque durante la experiencia no pudo identificarlas. Además, intentó de todas formas que supieran que estaba aún con vida, pero todos sus intentos fallaron. Pasada su experiencia, Wiltse describió sus percepciones extrasensoriales de la habitación y del estado de su cuerpo durante lo que se denomina ECM –Experiencias Cercanas a la Muerte. Pidió además a los testigos, que describieran con sus propias palabras en qué medida sus percepciones habían sido correctas y todas fueron confirmadas por diferentes testigos que se encontraban en el momento de su experiencia.
Sabemos el dolor que nos causa la pérdida de un ser querido, pero ¿imaginan el dolor de ellos al intentar avisarnos que continúan con vida y no pueden hacerlo? Cada vez que leo sobre la improbabilidad en la corroboración de la supervivencia del alma pienso ¿En dónde quedaron las evidencias que vienen hace tiempo dejando huella? Cada hombre que reconoce la existencia de algo que trasciende el cuerpo físico, cada distinción de la esfera espiritual, es descartada por un sistema de creencias que sustenta y hace eco en la negación de una parte de nosotros. ¿Dónde quedan los estudios de diferentes hombres de ciencia que afirman existe algo mas allá afuera que sus conocimientos no pueden comprender ni explicar, pero que sin embargo tampoco pueden negar?
¡Estamos vivos! Gritan los mal llamados muertos, y sin embargo negamos su identidad, pero que no podamos comprender lo que sucede, no significa que la cosa per se no exista. No significa que los Espíritus no hayan hecho su camino al andar, ni que sus manifestaciones se hayan hecho polvo.
Tal vez un día diremos que los ojos vieron, los oídos oyeron, y nada fue un secreto.
¿Cómo referenciar?
Casal, Aldana. “Evidencias de Eternidad – Casos Clínicos” Revista Horizonte Independiente (¿Y qué tal si?). Ed. Brayan D. Solarte, 12 may. 2021. Web. FECHA DE ACCESO.
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