La música flamenca es reconocida como uno de los géneros musicales más complejos del mundo, aun cuando sea un género relativamente nuevo (130 años aproximados desde que se impuso el nombre flamenco a diferentes tonalidades). Aun así no solo es uno de los géneros musicales más prominentes sino que es una influencia propia de la cultura española más importante de todos los tiempos.
Originariamente el flamenco es un popurrí de culturas que se unen en ciertos palos rítmicos que se congenian en Andalucía. Creo que el mejor ejemplo es hablar de la catedral de Bérgamo (en Italia) donde fue dominada por más de 5 culturas a lo largo de la historia y la cualidad fue que cada cultura instauró algún gesto o giño arquitectónico en la estructura externa e interna. Algo así pasa con el flamenco dado que las influencias italianas, francesas, griegas y obviamente las influencias nativas de España conforman lo que se llamaría el flamenco. Hay un gran debate entre los estudiosos del flamenco acerca del origen del mismo. Algunos piensan que el flamenco nace de esta conjunción cultural y otros piensan que se forma gracias a una supremacía de las influencias gitanescas. El cualquier caso el flamenco es un folclor atribuido a los andaluces.
Ahora bien, es muy curioso evaluar el flamenco visto desde una posición actual: música que generalmente se escucha en los más altos círculos sociales. La cuestión con el flamenco es que es una música nacida de la gran pobreza que existía en Andalucía. Cuando inició era una música muy precaria entendiéndola musicalmente: los acordes eran muy limitados –en guitarra solo se manejaban tres trastes del diapasón manteniendo la escala frigia. De cualquier modo algo que es un hecho es que tuvo una gran influencia de la música clásica transmitida por Tarrega. Inicialmente el flamenco era un entorno de reunión social que desembocó en reuniones en cafés. Fue en estos ambientes que la guitarra empezó a ser un apoyo al cante y al baile flamencos que predominaban hasta el momento.
Estas reuniones en café partían de ciertos palos rítmicos específicos que permitían la improvisación y la participación de cualquiera que tuviera en su mente el compás de tal palo flamenco o de alguna noción sobre el cante, el baile o la guitarra. Fue gracias a que muchos asistían a los cafés flamencos que aprendieron el compás de diferentes palos y que con la práctica lograr ir aportando al desarrollo de este género musical. Con el transcurso del tiempo se comenzó a generar un estilo propio y característico; así como sus propias técnicas (por ejemplo tenemos el caso del alzapua). Fueron muchos los que dieron su paso para ir refinando las técnicas y llevar al flamenco a lo que es ahora.
Con todos estos aportes en las fiestas de barrio, en las reuniones de café y la constancia en las prácticas de muchos flamenqueros se consolidaron la totalidad de sus palos rítmicos. Ahora el flamenco goza de más de 20 palos rítmicos cada uno tan complejo y bello como el otro; por poner unos ejemplos: la rumba, la bulería, la soleá, la taranta, los tientos, los tangos, los fandangos, las seguiriyas, las sevillanas, entre muchos otros. De ahí se siguió la creación de diferentes escuelas flamencas donde elegían algunos palos para enseñar, aun así era preferible que por lo menos se conociera el compás base de cada uno de estos palos. Solo era cuestión de tiempo para que cada uno de los palos flamencos fueran especializándose cada vez más hasta el punto que el estudio de un palo fuese tan grande como estudiar una obra de Mozart. Hasta acá solo hemos hablado del desarrollo del flamenco respecto a la guitarra pero no se ha mencionado absolutamente nada sobre el cante y el baile. Tampoco espero hablar mucho del cante y del baile dado que en lo personal sería una irresponsabilidad de mi parte pretender que tengo los conocimientos necesarios para brindar un breve análisis sobre ellos; lo que me interesa resaltar es que si la guitarra se volvió un tema de estudio de suma paciencia y entrega también pasó lo mismo con estas otras aptitudes del flamenco.
Durante la corta historia del flamenco hubo grandes influencias del cante, del baile y de la guitarra. Pero en esta columna quisiera concentrarme en la guitarra y en un cambio sumamente importante, además de reciente, que le dio al flamenco una vuelta de 180º. En el siglo XX tuvimos la gran fortuna de contar con el gran maestro del flamenco: Francisco Sánchez Gómez, más conocido como Paco de Lucia. Este maestro fue el puente entre el flamenco antiguo y el flamenco moderno.
Durante la primera parte de la vida de Paco de Lucía el flamenco estaba comenzando a pasar por una etapa que lo hizo caer en la monotonía. Al parecer comprender el flamenco en esas épocas era siempre mantener las mismas escalas, los mismos palos, y no avanzar mucho en ese desarrollo que había sido lo que fundó al flamenco. Ese pensamiento se volvió el predominante en los maestros de la época y lo que más adelante se conocería como “los puristas”. El flamenco se estancó en el tradicionalismo.
Antes de seguir pasemos brevemente a ver la vida del maestro Paco de Lucía para entender de mejor manera este cambio. Paco fue un genio del flamenco quien desde su primer contacto a los 8 años mostraba gran destreza en el entendimiento de la guitarra. Durante su adolescencia se dedicó a hacer lo que muchos guitarristas hacen en su primer momento de contacto con la guitarra: sacar temas o canciones de otros (hacer covers); en el caso de Paco se centró en sacar temas de Sabicas y de Niño Ricardo –más adelante contaria Paco de Lucía que fue el mismo Sabicas quien le dijo que era buen guitarrista pero para ser excelente flamenquero debía hacer su propia música. La siguiente parte de la vida de Paco de Lucía se categorizaría por componer su propia música. Es en este intento donde crea el puente entre el flamenco antiguo y lo que sería el flamenco moderno. Paco no solo era excelente al ejecutar los palos flamencos (su velocidad y cadencia era magnifica) sino que llevaba al límite al flamenco. Un ejemplo de eso sería que al hacer una escala podía llevarla hasta casi salirse del flamenco. Todo eso estalló cuando Paco se dispuso a generar un aprendizaje en el jazz. De ahí se siguió que muchas de sus canciones se hicieran con la integración de diferentes instrumentos empleados en el jazz.
Muchos de los flamenqueros puristas estaban indignados con estas acciones de Paco y más si se hacía llamar un tocador del flamenco. Estos pasos que recorría el maestro chocaban en gran medida con los puristas. Aun así no desfalleció en la implementación de su música –como dije, Paco llegaba hasta el borde de tocar algo que no fuera flamenco pero nunca salía de ese límite. Ahora bien, entender el cambio de Paco influye en las cadencias de este límite donde permitía que diferentes géneros musicales se incorporasen dentro del flamenco. Todas estas influencias fueron dando una apertura al cambio del flamenco. Desde lo más sencillo como es la sentada flamenca antigua: la guitarra sostenida sobre la cadera con las dos piernas apuntando al suelo; o en el caso de la influencia clásica: las dos piernas apuntando hacia el piso y la guitarra recostada sobre la pierna izquierda para mayor versatilidad. Pues bien, Paco cambio esa postura habitual por la ahora común sentada de pierna cruzada. Muchos más de estos cambios son los que se gestan en el paso del maestro Paco por el flamenco. No podemos olvidar quienes también han sido parte de este cambio como Paco Cepero, Camaron de la Isla, Tomatito, entre otros.
Lo importante de rescatar en este escrito es ver cómo un género musical avanza mediante a la apertura que tenga al contacto con diferentes horizontes, sin perder su esencia. Hablar del flamenco es hablar de multiculturalidad, es hablar de aprender de otros géneros (Tomatito quiso debutar con el flamenco en la bachata); hablar de flamenco es hablar de cómo el enriquecimiento multicultural es benéfico al desarrollo de un género.
Quise hacer esta columna enfocándome en el flamenco como medio ejemplificativo de las ventajas que trae la gran riqueza cultural externa y lo que nos puede ofrecer. El flamenco es el claro ejemplo de las intervenciones del que quiera participar, de la gran fiesta y de lo que puede acoger a otras culturas; sin esta integración multicultural posiblemente no tuviéramos obras musicales como “Entre dos aguas”, “Almoraima”, o “María de la O”. Lo mismo puede llegar a aplicar a muchos de los factores culturales de otras modalidades en las instituciones sociales básicas. Puedo decir que el flamenco es sin duda un género que no solo enriquece a la música y a la cultura, sino es que es un género que enriquece propiamente al arte.
¿Cómo referenciar?
Orozco Muriel, Nicolás. “El flamenco y la cultura: un análisis musical sobre una sociedad” Revista Horizonte Independiente (¿Y qué tal si?). Ed. Friedrich Stefan Kling. 27 enero 2021. Web. FECHA DE ACCESO.
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