En el mundo de la fantasía existen cuantiosas lecturas en las que podemos llegar a recorrer diversos universos literarios, personajes y narradores. Por ello, es muy común encontrar gran cantidad de simbolismos entre un libro y otro; por ejemplo, la curiosa relación entre la espada Escalibur del rey Arturo de las leyendas artúricas y la espada de Narsil de Aragorn en el Señor de los Anillos (1954) de Tolkien. Otro caso puede ser la interpretación que hacemos de cómo están construidos los personajes tales como elfos, dragones, etc., en ambos mundos fantásticos. Todas estas interpretaciones no escapan a uno de los poemas fantásticos más antiguos como la del Beowulf anglosajón, por ello esta columna tiene como propósito exponer algunas de las interpretaciones que le han dado a esta leyenda desde su historia y evaluar si su consistencia es lo suficientemente fuerte para llegar a tomarla en serio o, en algunos casos, se ha caído en un error de marcos teóricos.
El Beowulf es un poema fantástico que narra las batallas del héroe (Beowulf) contra tres de los monstruos que acechan su tierra en Escandinavia (precepto nórdico). Beowulf logra derrotar a Grendel, la madre de Grendel y el dragón. En términos generales el poema del Beowulf mantiene una cadencia que se sigue en la literatura fantástica clásica (antes de Tolkien), leerlo en varias de sus ediciones es todo un deleite para la imaginación y en confrontamiento con diferentes culturas. Aun así, nos topamos con un problema de inicio y es que no se conoce el autor ni la fecha de creación, de ahí que se estipule que fue creado dentro de los siglos V al VIII. El poema, antes de entrar en tema, nos posiciona en una maraña de problemas al no tener datos específicos sobre su composición: en primer lugar, se suele esgrimir que primero fue narrado oralmente, más adelante, en el siglo V fue escrito en inglés antiguo y de ahí se presentó en varias traducciones o “re-ediciones”, esto nos presentaría problemas a la hora de la coherencia histórica que veremos más adelante; en segundo lugar tenemos que el poema nos confronta con un choque cultural importante y es que nace en un momento donde hay fuertes enfrentamientos ideológicos entre lo que se consideró como paganismo y lo que es el catolicismo; en tercer lugar que el poema nos pone con un problema temporal ya que hablamos de factores culturales como en los daneses y jutos, pero también nos pone factores anglosajones e incluso celtas, pero ¿por qué este sería un problema (ya que este comienza a tener cierta movilidad social antes de que los sajones llegarán a las costas de Britania y de ahí que mucho de la cultura anglosajona no conociera de las leyendas celtas antiguas)? A continuación, intentaré dar un sentido a estos tres problemas como proposiciones que se seguirán para las conclusiones que planteo al final.
El origen de este poema, al ser oral en juicio general, nos pone con un marco de examen en exceso reducido. Pensar que podemos estar errando en las fechas es un punto que nos condiciona a caer en más problemas puesto que un componente para determinar ciertos factores debe estar impreso en el contexto de la época y de ahí analizar minuciosamente sus posibles variantes. Aun así, demos un consenso inicial de aprobación a que las fechas que se nos exponen están en relativa armonía con una época determinada de la historia y con ello nos situamos dentro de los siglos V al VIII.
Automáticamente, al implantar este contexto, nos lleva al segundo problema. La época que referenciamos como marco de creación está en un gran apogeo cultural. En el siglo V d.C nos topamos con un cristianismo que empieza a enzarzar sus cimientos en el poder europeo. Aun así, no podemos olvidar que estos cimientos están condensados en la Europa central y en gran parte de Asia, pasará un buen tiempo antes que el cristianismo se imponga en las regiones ultraperiféricas de Europa como Dinamarca, Noruega, Suecia e Islandia. Por decirlo, el cristianismo, en efecto, está buscando establecer su poder en todo el continente europeo y con ello todas sus doctrinas, aun así, el siglo V es pronto para alcanzar rotundamente las regiones más distantes de este continente.
En cuanto a las regiones ultraperiféricas nos encontramos con otro tema: en Britania se está viviendo lo que es la Edad Oscura (Dark Age). Con ella la documentación es sumamente escasa y eso durará desde el siglo IV d.C hasta el siglo VII d.C. Los pueblos escandinavos están pasando por un proceso similar, aunque no tan grave como en la antigua Britania. Con esto, podemos agregar que en las diferentes regiones británicas, como se nos narra con Gildas y Beda, hay grandes enfrentamientos entre los pictos y los escotos contra los britano-romanos, lo mismo pasa entre luchas de Escandinavia contra los sajones del centro europeo. Entonces, tenemos dos componentes de este problema: se estaba pasando por una época con poca documentación de los acontecimientos y, adicionalmente, se están llevando a cabo grandes enfrentamientos militares y culturales entre las regiones de la Isla Blanca, Escandinavia y la cultura sajona central que dificultan aun más el rastreo de documentación sobre los hechos, además de suponer una carga intercultural importante.
Con todo lo anterior llegamos al tercer problema. Ahora nos situamos en la carga intercultural que deviene de estos enfrentamientos. Según Gildas (De Excidio Britanniae, s. V) y Beda (Historia ecclesiastica gentis Anglorum, s. VIII), los sajones y los jutos llegan a la isla de Britania por llamado del caudillo de Vortingr para defender el territorio de los ataques de los escotos y de los pictos. Una vez llegaron ya no se fueron. En inicio esto desembocó en varios conflictos entre los britanos-romanos y los sajones, poco después se estableció un cruce de culturas hasta el punto de llamarse anglosajones. Más adelante (siglo VII-VIII), según nos narra Nenius (Historia Brittonum, s. IX) los daneses comienzan a invadir frecuentemente las costas británicas hasta la conquista normanda en 1065. El problema se fundamenta en pensar que si, en las tres documentaciones de las que podemos basarnos, los sajones llegaron a Britania en el siglo V, entonces el poema no podría concebirse como tal en ese siglo ya que tiene fuertes cimientos en la cultura celta que todavía no tenía un contacto estricto con la cultura sajona y menos con la escandinava. La suposición que nos sigue sería que el poema llega con las invasiones danesas cuando ya hay un conglomerado anglosajón. Por decirlo, el poema tendría cabida con las incursiones danesas y las mezclas entre anglosajones y escandinavos.
El resultado del breve análisis nos llevaría a suponer que hay un error disyuntivo: o bien el poema inició oralmente y caeríamos en el problema cultural en tanto que no podríamos dar tantas razones para suponer que existe un acuerdo entre la cultura celta, anglosajona y escandinava (factores cruciales dentro del poema), o bien no inició ni se transportó oralmente y con ello caeríamos en el problema del historicismo del mismo (ya que la oralidad del poema estaría casi a portas de ser escrito). La alternativa que podemos dar para resolver el tema sería que estamos hablando de la Edad Oscura británica donde no había muchos escribas, pero eso sería una especulación un poco irresponsable. Con lo anterior, estaría a favor de los historiadores que apelan al poema con un origen formal a partir del siglo VII d.C., y no en el siglo V como se ha dicho abiertamente; y con eso también dejaríamos una puerta abierta entre el problema del origen del poema con la trayectoria que tuvo para que fuese escrito.
En el apartado anterior traté de resaltar que hablar críticamente de la historia del poema es profundamente compleja. Esta idea tiene su motivación en que, aparentemente, el mundo académico tiene mucha fascinación en tildar al poema como una fuente de conocimiento histórico más que en un sentido literario. El mismo Tolkien, en su libro De los monstruos, los críticos y otros ensayos (ed. 1998) nos afirma en su capítulo dedicado al Beowulf que:
El hada madrina invitada más tarde para supervisar su suerte fue la Historia. Y trajo consigo a la Filología, la Mitología, la Arqueología y la Laografía. Unas damas estupendas. Pero ¿dónde estaba el homónimo de la criatura? La Poesis fue olvidada, por lo general, en ocasiones se la dejaba entrar por la puerta trasera; otras veces, en cambio, no la dejaban pasar del escalón de la entrada. Decían: «The Beowulf difícilmente le compete, y en ningún caso es un protégé del que pueda estar orgullosa. Es un documento histórico […]. (Tolkien, 1998, p. 22).
En efecto, pienso parecido respecto a Tolkien en tanto que parte importante del análisis del Beowulf está condicionado directamente en lo que refiere al poema y no lo que le rodea (la historia en la que circunscribe el origen del poema); por ello, el apartado anterior quise esgrimir una crítica al historicismo mismo del poema y tratar a apelar a que, en estos casos, los vacíos que dejamos sin miras pueden llevar a saltar cosas que son importantes en ellos mismos, en este caso la historia. Todo ello implica que la columna está dirigida al presupuesto de que si nos concentramos sólo en la historia del poema podemos caer en problemas que aparentemente no tendrían solución; más aún, partir de una crítica al historicismo que rodea al poema y aceptar la profundidad de éste implica un compromiso futuro a abordar el poema desde una perspectiva netamente del poema, esto es, una perspectiva de la composición del poema basado en la fantasía.
Volviendo al problema central de la historia en la que gira el origen del poema, nos falta precisar un componente más. Ya he dicho que el poema se fundamenta en la olla con ingredientes de los escandinavos, de los anglosajones, de los celtas, pero falta mencionar el papel que juega el cristianismo.
El cristianismo, pese a no tener consolidado el poder completo en Europa, si tenía diferentes influencias en la Britania antigua. Desde la llegada de Julio César a la isla blanca se consolidó una relación entre los britanos y los romanos que más adelante se vería reflejada en una relación de los britanos-romanos con el catolicismo. Para la llegada de los sajones ya no se podía hablar de britanos a secas, sino que debía referirse a ellos como britano-romanos. Para dar ese contexto debemos recordar que Britania se había convertido en provincia Romana. El imperio Romano ayudaba a mantener a raya las invasiones pictas y escotas ‒aunque esto no era igual para los conflictos internos entre romanos y britanos. Hacia el siglo V d.C Roma abandona a Britania a su suerte ya que el Imperio Romano estaba en su mayor declive con varios frentes que defender, esto implicaba que necesitaban todas sus guarniciones militares cerca al núcleo Romano y el capital monetario que costaba mantener y enviar soldados a Britania. Finalmente, con la ida de los romanos, los pictos y los escotos invaden Britania.
La llegada de los sajones a Britania, a modo de mercenarios, hace que el pueblo sajón se integre con el pueblo britano. Desde este momento podemos decir que las tribus britanas ya estaban indiscutiblemente relacionadas con la cultura Romana y con el creciente cristianismo. De ahí que autores como Eric A. Fisher defiendan que la influencia del cristianismo sobre el poema del Beowulf sea un factor crucial.
En las tesis de Fisher y otros críticos, como Greenfield o Andrien Bonjour, se puede evidenciar la carga cristiana de la interpretación del poema. Los valores del bien y del mal en el poema están profundamente enraizados en los valores cristianos. También se muestra que los personajes, las acciones también están condicionadas por varios elementos culturales del cristianismo. Autoras como Luisa Venegas Lagüéns nos dice que:
En primer lugar, de todos es conocido el simbolismo cristiano del dragón o serpiente (se le llama draca 10 veces y wyrn, ‘gusano’ o ‘serpiente’, 19 veces), lo que sin más encuadra dentro del marco del héroe cristiano luchando con fuerzas infernales, si queremos dar una interpretación religiosa del poema. (Venegas, 1988, p. 182).
Esto nos presupone un nuevo ingrediente en la olla de la fantasía beowulfiana. Con la integración del cristianismo como otra precondición del poema nos lleva a ver la relevancia de este mucho tiempo después: como bien mencioné, el Beowulf fue transcrito al papel en el siglo VII d.C por monjes católicos (aunque otros autores postulan que fue del siglo VII al siglo IX pero son interpretaciones que cargan mucha polémica y contradicción, por ello no las usaremos en esta columna). En ese punto, ya tenemos dos marcos de acción: 1. el papel de la religión católica dentro del esquema teórico del poema y 2. la posible manipulación del poema por manos católicas.
El primer caso nos hace pensar que la gran fuerza teórica del acontecimiento de la escritura del Beowulf se recuesta en la influencia que tendría el poema en las manos de la Europa católica; con ello la fuerte aceptación que tuvo y la conservación de este como manuscrito del Nowell Codex. Eso en cuanto a una idea de fama del poema, pero, ya en el segundo marco de acción podría llevarnos a preguntar ¿el poema pudo tener sus orígenes sin influencia católica hasta su transcripción en la escritura? Muchos autores, como los ya mencionados, afirman que en efecto el poema sufrió de varias manipulaciones durante su escritura. Un ejemplo del mismo Tolkien radica en la forma en la que está escrito: en varias ocasiones del poema se mencionan frases como “el Dios Celestial” (par. 15, 1974, p. 1), “pena que Dios infligió a Caín y a su raza. Castigó duramente el Señor de la Gloria la muerte de Abel, no obtuvo Caín de su hazaña provecho: Dios le exilió y apartó de los hombres” (par. 105, 1974, p. 5), o “Pues que Dios no lo quiso, no pude impedir —aunque mucho apreté— que de mí se zafara el cruel asesino: se me supo soltar con arranque violento” (par. 965, 1974, p. 35). Todas estas frases llevan a pensar a Tolkien y otros teóricos del Beowulf que la manipulación en la escritura del poema se establece en modismos más avanzados que en los tiempos en que se piensa que se desarrolla el poema. El uso de la palabra Dios con adjetivos tales que celestial, o con predicados de acción de Dios como los de Caín y Abel, o la imposición de Dios sobre el destino son preceptos que se establecen ya en el siglo VII y en el siglo VIII.
Lo anterior nos lleva a pensar o que bien la manipulación del poema se condensa en la escritura del mismo o ya se hablaba con unos modismos de una época posterior. Todo lo que podríamos suponer en este caso ya entraría en el campo de la especulación, sin embargo, lo menciono porque creo que es de suma importancia tener estas preguntas a la vista cuando nos vamos a enfrentar con la historia del texto.
Es indudable que el poema tuvo una gran influencia católica, sea por resultado de la integración de culturas o sea porque fue manipulado en varios detalles en la escritura. Sea como sea, la influencia católica sobre el poema tiene un complejo desarrollo ya que para cualquier lector parecería que es un poema católico con algunos indicios nórdicos. En ese sentido, es importante resaltar que el papel que juega el catolicismo en el poema es igual de profundo al que juega el anglosajón, el escandinavo o incluso el central anterior al britano. Finalmente, creo que leer este poema es apelar a la mezcla de cultura anglosajona y escandinava, y narrado desde una posición cristiana.
Escribir esta columna fue un reto en la búsqueda de claridad sobre los problemas que quería tratar. Con la columna no esperaba lograr resolver los problemas que podría ser la concepción del poema de una manera histórica, más bien esperaba poder enunciar el cuidado con el que se debe abordar el tema de la historia. Si bien, en muchos otros poemas, leyendas fantásticas, o expresiones literarias es correcto hacer el acercamiento desde una posición histórica (como en el caso de la leyenda Artúrica o en la composición de Tolkien sobre su obra) en el caso del Beowulf nos encontramos con serios problemas que entran propiamente en el campo especulativo, y en ocasiones en la especulación irresponsable. En mi caso creo que hasta cierto punto fue especulación responsable en cuanto enuncio los problemas, pero irresponsable en cuanto intento dar una respuesta a estos problemas.
El motivo que me movió a tratar este tema fue encontrar una basta recolección de proyectos teóricos de intelectuales. En estos, veía que se caía en el problema de la inconsistencia por tratar de aceptar una u otra interpretación de la historia que rodea al poema. Inconsistencia no en cuanto a lo que pudiésemos predicar del poema o de la historia del problema, sino que inevitablemente profundizar en este tema es un condicionante para la especulación irresponsable. Irresponsable en tanto que es perfectamente fácil perder el rumbo y terminar metidos en una maraña de problemas a los cuales no podríamos atribuirles una solución satisfactoria por la naturaleza del poema.
Con todo y todo, creo que la conclusión más interesante sería el poner de manifiesto estos problemas para enfocar la lectura del Beowulf a una mirada puramente desde el poema. Si bien es fascinante tratar el tema histórico, no creo que sea la forma de acercarnos a él. Como anunciaba Tolkien “La Poesis fue olvidada” (Tolkien, 1998, p. 22), y con ello creo que es más que evidente decir que el valor del Beowulf está en el propio poema y no en la historia que lo rodea, aunque fascinante, no deja de llevarnos a temas que se salen de un horizonte claro.
Finalmente, parecería que el choque de culturas es por la prominencia de diferentes culturas que influyeron el contenido del Beowulf pero el real choque cultural subyace en la lucha entre el examen del poema desde sus alrededores y el examen del poema dentro de sí mismo.
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¿Cómo referenciar?
Orozco M., Nicolás. “El choque de culturas en la historia del Beowulf” Revista Horizonte Independiente (columna literaria). Ed. Brayan D. Solarte. 14 nov. 2021. Web. FECHA DE ACCESO.
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