Caminante, son tus huellas
El camino, y nada más; caminante, no hay camino,
Se hace camino al andar. Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca
Se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino, sino estelas en la mar.
Todo pasa y todo queda,
Pero lo nuestro es pasar,
Pasar haciendo caminos,
Caminos sobre la mar.
Antonio Machado
Nota aclaratoria: este diario es uno de los pocos recuerdos que quedan del primer viaje de Sofía a Estados Unidos, una joven de 19 años quien, por influencia familiar, tomó la decisión de emprender un nuevo camino tras la ilusión de conocer, aprender y experimentar diversas situaciones.
Al fin, ya todo está listo, creo que ya no necesito nada más para el viaje, ahora sí, a empacar se dijo, voy a ir por las maletas.
Hoy todo cobra sentido, no ha sido fácil llegar a este momento. Primero buscar una empresa confiable que se encarga de ubicarme laboralmente en Estados Unidos, después cumplir con todos los requisitos y procesos de CCUSA (la empresa que mi mamá decidió utilizar), luego sacar el pasaporte, después la visa, así pues, presenté el examen de inglés, me entrevistaron, me preguntaron que para donde iba, que por qué viajaba etc., cómo si acaso ellos no sospecharan las razones que hay siempre de fondo en todos estos viajes estudiantiles, o a lo mejor esperan que uno tenga las agallas de decirles en sus caras americanas que uno va es a traerse sus dólares, o ¡que quiero decir! a gastarse lo poco que uno logra levantar para irse de viaje dejando a las pobres familias casi que en banca rota, por cumplir un sueño, Un Sueño Americano.
Afortunadamente yo, Sofía, puedo decir que mi madre me ha animado en todo lo que refiere a este viaje y que, como otro tanto de personas, no es mi sueño ir allá, ¿cómo si acaso en mi país me faltara algo? Yo soy consciente de que en Colombia la vida no es fácil y que a mi madre le ha tocado duro para tenerme en donde estoy; pero también estoy convencida de que en este país tan lleno de riquezas naturales, minerales y animales se puede vivir dignamente, tal vez sin muchos lujos, como viven los políticos y los traquetos, pero sí puedo decir que se puede vivir cómoda y dignamente o bueno, al menos como personas o seres humanos, para no entrar en moralismos.
Al menos puedo pensar sin que me sienta estigmatizada por un sistema o por una caja mágica que me dice qué hacer, qué comer, qué vestir y hasta cómo enamorarme. Si en Colombia todavía existe un poco de privacidad entre mi cerebro y yo es porque el consumo y la falsa publicidad no me han consumido y esto es uno de los más grandes temores que me dan al partir. Mi madre piensa que es una experiencia nueva, que me va a traer nuevos conocimientos, que puedo conocer nuevas personas y que además puedo hacer un poco de dinero. Aquí entre nos, el viaje lo estoy haciendo por no apagar la ilusión de mi madre y en parte porque tengo curiosidad de ver lo que nos venden, ahora en vivo y en directo, y así poder reírme de ellos en sus propias narices. Tal vez pueda conocer alguna de esas universidades ostentosas que los gringos desaprovechan o que simplemente no les interesan y finalmente, y asumiendo el riesgo de sonar utilitarista, creo que voy allí para poder mejorar y practicar mi inglés.
Bueno, creo que eso es todo lo que por hoy tengo que contar, ya mañana será otro día, por lo pronto como dije al principio, a empacar se dijo.
Estoy en el aeropuerto despidiéndome de mi mamá, ni siquiera me he subido al avión y ya la comienzo a extrañar. No dormí en toda la noche pero tengo tantos nervios que ni agotamiento siento. Llegó la hora de abordar el avión, espero que el viaje y los trasbordos no sean ni complejos ni demorados. Te quiero mami.
Al llegar al aeropuerto de Los Ángeles, sentí bastante angustia por aquello que dicen de las requisas y de los malos tratos a los colombianos, la fila no fue muy larga, pero a mí me pareció eterna, las manos me sudaban y la voz se me entrecortó cuando quise hablar con el oficial, que preguntaba afanosamente, “Do you speak English? Excuse me lady, do you speak English?”. Cuando le respondí me sentí más tranquila e inmediatamente comprendí las ventajas que tendría el poder entender lo que decían; así pues, el idioma se convirtió en mi primer punto a favor frente aquella gran nación.
Ahora mismo me encuentro esperando a que me recojan para ir al sitio en donde me hospedaré esta noche, son las 12:00 am, me encuentro muy cansada, no fue fácil llegar a este paradero y quiero dormir un poco, gracias a Dios mi mamá decidió pagarme una noche de hotel aquí en Los Ángeles o si no me hubiera tocado quedarme a dormir en el aeropuerto.
Al despertar en el cuarto del hotel por la mañana me di cuenta de que las demás niñas que se habían hospedado conmigo la noche anterior ya habían partido rumbo a los diferentes lugares que tenían asignados para trabajar. Me siento como mosco en leche, nadie es colombiano y hoy en el hotel está programado la realización de unos trámites, ¡Somos un montón! Crucé palabras con una Australiana pero sólo fueron unos minutos, nos dieron desayuno pero no era muy saludable, por lo que sólo me tome el jugo de naranja y cogí una cajita de cereal, y ya. Como dije anteriormente, me he vuelto a quedar en soledad en medio de un nuevo mundo.
La verdad es que no me siento preparada y me da miedo, no sé si mi trabajo lo voy a resistir y cuando veo a las mujeres que lo desempeñan siento aún más el temor; esto de ser camarera no es algo que me agrade mucho y más cuando de atender americanos se trata, pues no es sencillo asimilar que vienes de un país en donde hay personas que te sirven, a ser tú quien sirves, y a alguien a quien probablemente le importas menos de lo que te importaban a ti los trabajadores de tu hotel allá en Colombia. Al menos en Colombia uno sabe que los trabajadores son personas, aquí no lo creo.
Ayer antes de iniciar mi aventura pensaba: “Mi destino final es Laughlin, Nevada, no estoy segura que tan lejos queda, pero sé que llegar allá va a ser todo un milagro”.
Me dijeron que lo más económico era un sistema de buses llamado Greyhound y de acuerdo a las indicaciones que me dio el conductor del bus que me llevó del aeropuerto al hotel, el camino era largo y confuso: primero, debía regresar al aeropuerto, de ahí subirme en un bus que me deja en el metro, después coger uno que para en la estación Central Station y finalmente conseguir un bus que me dejara en el terminal. De esta forma corroboré que el dicho es muy acertado: ¡preguntando se llega a Roma!
Cuando llegué a la estación del metro me sentí bastante confundida, pues si el Transmilenio es confuso, este es mucho más enredado y lo peor, a una escala mucho mayor, pues perderse aquí significa resultar en otro estado o al menos lo suficientemente lejos como para seguirse perdiendo. Afortunadamente di con buenas personas que sin razón alguna me ayudaron a hacer los distintos trasbordos del tren hasta llegar a Laughlin en donde ya sólo era cuestión de tomar un bus que me llevara hasta el hotel en donde viviría el resto del verano hasta mi regreso a casa.
Al llegar al terminal y comprar un tiquete para el bus que iba a Las Vegas y luego a Laughlin, pensaba en lo increíble que era que una ciudad tan famosa como Las Vegas tuviera un lugar tan asqueroso como el paradero de Greyhound.
Finalmente, puedo decir que llegar hasta aquí fue todo un logro, es más, me miro al espejo y dudo de que sea yo quien está en frente, pues de la que salió ayer a la que veo ahora hay un gran abismo, pues la fortaleza, la astucia y las habilidades de sobrevivencia que he adquirido en estas pocas horas son sorprendentes.
Después de la inducción conozco un poco más de la empresa para la que voy a trabajar. Ya sé cuáles son mis funciones y qué es lo que debo hacer, intentaré hacerme amiga de las demás camareras que llevan más tiempo para que ellas me expliquen cómo lo debo hacer. Yo sé que todo va a salir muy bien.
Esto es horrible, la comida no me gusta y el sitio en donde me hospedo es bastante reducido en espacio para la cantidad de gente con la que vivo. Sin embargo, creo que lo mejor es estar con ellos que sola, al menos no gasto tanto dinero pues si paso en pesos lo que se gasta acá es casi el doble de precio de lo que se consigue en Colombia.
Debo confesar que mi estadía con ellos no ha sido en vano; aun cuando sus chistes flojos no me gustan, debo reírme. En muchas ocasiones he tenido que guardarme comentarios rente a situaciones con las que no me encuentro de acuerdo y por el contrario he tenido que dar mi opinión y tomar una postura positiva frente a los autos lujosos, las nuevas tecnologías, las marcas de ropa, su modo de vivir, sus prioridades, su alimentación y a hasta su apariencia física.
Realmente todo esto es agotador, es como si todo el que llega acá se transformara en una máquina de deseos compulsivos, que lo único que se le pasa por la cabeza es la cantidad de dinero que puede almacenar o la cantidad de cosas que puede comprar y todo bajo un esfuerzo mínimo y en ocasiones práctico, pues finalmente son trabajos sencillos y repetitivos.
Este absurdo miedo a la soledad termina por obligarme a fingir cosas que no siento y todo por no desencajar en un medio que ni siquiera es el mío, a riesgo de cambiar identidad por compañía, comodidad por dinero, y salud por desenfreno, en pocas palabras vida por consumo…
Como diría Shakespeare, ser o no ser, esa es la cuestión. Ja, ja ja…
Hoy es un nuevo día de trabajo. Debo resistir y acostumbrarme, no es fácil, pero es la oportunidad perfecta para demostrarme y demostrarles a estos gringos que poco creen en nosotros, lo luchadores que podemos ser. Yo sé que si mi mamá estuviera aquí se sentiría orgullosa de mí. Así que ya es hora de ir a trabajar, por mí, por mi mamá, por mi familia y por Colombia.
No tengo nada que decir, no tengo fuerzas, estoy sin palabas.
Lo único es que estoy cansada, me duelen mucho las manos y mi convivencia no es la mejor, aunque tampoco es la peor, empiezo a entender que aquí sobrevive el más fuerte, no el más amable.
Simplemente maravilloso, este país me gusta, sus lujos, sus carros, su dinero, sus calles, su gente. Que maravilloso es…
Me siento orgullosa de mí, en estos últimos días me he comportado como una verdadera guerrera y no como una niña consentida, como muchos pensarían. Cada vez tengo más confianza en mí respecto de mi trabajo. Si bien no es fácil limpiar baños y arreglar cuartos, he aprendido mucho de esto y espero estar saliendo adelante, pues al menos cada vez más la rutina me parece un poco menos complicada y al contrario de lo que pasaba al principio, me he comenzado a volver un poco más ágil en el proceso.
Hoy es mi día de descanso, me encuentro recostada a la sombra de un árbol escribiendo mis aventuras matutinas, al frente mío se encuentra un río en donde alcanzo a ver los botes y las motos acuáticas. Debo reconocer que el paisaje, o en general todos los paisajes de aquí son maravillosos, muy bien construidas las ciudades y las edificaciones, y en cuanto a lo natural se encuentra bastante cuidado. Creo que si en Colombia cuidáramos un poco más lo que tenemos y lográramos hacer conciencia de la diversa problemática de nuestro país, no tendríamos nada que envidiarle a estas grandes potencias.
Los lugares son simplemente increíbles, el río divide dos ciudades grandísimas, o dos estados, bueno la verdad no sé, lo único que importa es que por un lado se encuentra Nevada y por el otro Arizona, que es donde yo vivo. En Nevada se encuentran seis grandes casinos, cada uno con su respectivo hotel, y lo peor de todo, seguidos el uno al otro; debieron costar una fortuna, pero bueno, su infraestructura es genial, uno parece un barco, otro una pirámide y así sucesivamente. La verdad son demasiado ostentosos para mi gusto, yo prefiero algo sencillo, además su comida no me gusta y el estar rodeada por un gran desierto en el fondo me atemoriza. Pero finalmente, como diría mi mamá, lo importante es disfrutar al máximo lo que estoy haciendo, conocer lugares, personas, aprender y sobretodo adquirir experiencia para la vida.
Estoy cansada de estar sola, aunque sé que hay personas aquí con las que puedo hablar, no considero que ellas llenen el vacío que siento de no estar junto a mi familia. Aunque hayan tantas personas por todo lado en estas grandes ciudades, que además de hacer ruido y hablar continuamente sobre cosas superficiales y materiales, no logran superar su individualismo egoísta y atroz en el que cada cual vive; pero además, cada uno tiene sus problemas, sus inseguridades y sus deseos que nunca comunican a nadie y que quedan enterrados en lo más profundo de su ser. Todos ellos son extraños para mí, no los siento cercanos, son un ente exterior, son parte del mundo que me rodea, nada más están ahí.
A ninguno realmente le tengo confianza, con algunos compartimos la nacionalidad, con otros simplemente el idioma y con los que restan, nada más que humanidad en el sentido físico, si se quiere. En el fondo siento nauseas de este mundo en el que me encuentro, no logro asimilar muchas cosas y me rehúso a caer en el juego monetario que mueve al resto; yo aún me niego a dejar de ser persona y convertirme en máquina por algunos pinches dólares con los que callan a nuestras mentes y el residuo de conciencia que aún nos queda.
Las fiestas, el trago, el sexo y el dinero simplemente aún no han podido con esta pobre y débil camarera.
Todo es increíble, las fiestas son encantadoras, hay muchas personas, los hombres son muy atractivos y las mujeres fascinantes, como lograrán ser tan bellas, se ven tan felices, ¡cómo las envidio! La música ni se diga, es genial, y esos equipos de sonido son increíbles, poseen muchas funciones que uno ni se imagina, tal vez compre uno algún día.
En mi país esto sería un sueño hecho realidad, es como una rumba que dura las 24 horas, no se apaga en toda la noche, todos se divierten, todos bailan y beben, nadie se siente solo, todos son muy amables y conmigo se han comportado estupendos aún sin conocerme, me dan comida y trago todo el que quiera. Uno de ellos me mostró su carro último modelo, es increíble, en mi vida había visto un objeto tan alumbrado y bullicioso a la vez, puede durar horas y horas prendido y no pasa nada, fuera en Colombia la batería se habría fundido.
Creo que hoy ha sido una de mis mejores noches aquí en Laughlin, conocí a muchas personas de diferentes lugares del mundo y creo que he hecho algunos amigos. ¡Qué experiencia tan inolvidable!
Espero que todo siga mejorando en el trabajo, las propinas son buenas y me sirven para sobrevivir, al menos de una manera decente. El trabajo cada vez me deja menos tiempo, pero a su vez me hace más fuerte. La posibilidad de un nuevo empleo se ha ido desvaneciendo, creo que lo que tengo es a lo único que puedo aspirar. Sin embargo, constantemente me doy ánimos e intento sobreponerme ante cualquier obstáculo.
Lucy es mi jefe directa, ella nos ha hablado muy fuerte en varias ocasiones y en especial conmigo ha sido muy dura, pues a veces fallo en cuestiones del trabajo, ya sea porque no logro hacer las cosas como se deben o en los tiempos que se deben, o simplemente porque ella no está muy convencida de que yo logre resistir. Yo he tomado esto como un motivador para hacer las cosas con más animo e ir perfeccionándome en lo que hago, pero también para demostrarle a ella que no soy una mujer débil e incapaz, sino que puedo lograr lo que me proponga si así lo quiero. Sólo le pido a Dios que me de fuerza para resistir y salir adelante. Pero bueno, ya es hora de trabajar.
Acabo de llegar del trabajo, estoy supremamente agotada, cada vez me disgusta más este país. Los turistas bien, pues al menos dejan algo de dinero, pero todos estos dirigentes que hay son sólo unos tiranos. En la escala de orden jerárquico, las camareras nos encontramos en el último lugar junto a las aseadoras, así que es de esperarse que cualquiera nos dé órdenes y pueda pisotearnos.
No sé quién fue el imbécil que dijo que esto era una forma de ganar dinero fácil. Esto no es fácil, esta mierda es un complique, todo el día me la paso de un piso a otro limpiando cuartos y lavando baños que los americanos han dejado vueltos nada para que durante el transcurso del mismo día, o ellos vuelvan y los destruyan, o vengan otros con sus dólares del demonio a hospedarse y volverlos igualmente un asco.
¡Así que no entiendo a qué le llaman dinero fácil! Tal vez sea de esta forma para aquellos que, resignados y un tanto idiotizados, se han convertido en conciencias felices que, sin importar lo que les digan y cómo los traten, simplemente trabajan las horas que sean, cambiando vida por trabajo, para que al final de la semana o del mes puedan ubicar sus traseros en un sillón embobados o incluso hipnotizados por un televisor o un computador, a medida que van contando las miserias por las que han cambiado sus vidas.
¡Para mí no!, para mí esto ha sido la forma más clara de subvaloración humana, no porque no sea remunerado, ¡no! sino porque llevan al ser humano al punto más crítico de su existencia, pues nos han vuelto idiotas útiles, todos sus lujos, todas sus marcas y sus tecnologías, todo esto nos ha conducido a perder nuestra identidad y nos han creado una nueva, una en donde necesitamos lo que nos venden, lo que nos bombardean a cada instante.
De esta forma cambiamos vida por dinero, humildad por apariencia, sabiduría por tecnología, salud por belleza, dignidad por sexo, familia por individualidad, religión por fanatismo, y así podría seguir hasta el infinito; en últimas, nos cambiaron humanos por máquinas.
La sobrevivencia se volvió consumo y la ganancia, avaricia. Los amigos ahora son contactos y la familia son futuros clientes, los hijos son ahora un mal negocio o, si les va bien, una inversión; el estudio es un ascenso y los libros son el diario de un muerto. Todo esto me tiene cansada, dicen que la moda no incomoda, pero yo digo que no incomoda porque ya no hay a quien incomodar.
Nos hemos vuelto parte del sistema. Cuando vine aquí pensé en burlarme de los gringos, hasta que me convertí en su sirviente. ¿Cómo te ríes de quien te manda?, que más que respeto merece lástima, pues él es sólo otro bloque en el muro, al igual que yo y que todo el resto; no hay de quién reírse, y si hubiese alguno, esos seriamos nosotros mismos.
Mis fuerzas se acaban y la lucha se va terminando; cada vez queda menos voluntad y menos resistencia, no puedo decir que física porque mi cuerpo se amolda rápidamente, pero sí queda poca fuerza mental y cuando tú no puedes vencer, terminas por unírteles. Sólo espero que no sea demasiado tarde cuando regrese a casa, si es que regreso.
Hoy termino mí día haciendo alusión a una frase de un autor colombiano del que ya poco recuerdo: “la inteligencia aísla y la estupidez congrega”[2]; regalo esta oración antes de que la olvide por completo, pues la soledad y la desesperanza que conllevan a caer en esa desesperación a la que tanto temo y a la que en ocasiones me entrego, a falta de una buena decisión, termina por ser la madre de todos los errores.
Que noche tan especial, con mis nuevos amigos me he divertido mucho, cada vez me siento más libre en este país tan lleno de oportunidades, definitivamente me ha servido mucho cada mañana levantarme con ánimos de trabajar, ya no me siento sola, ahora creo que mis compañeros y yo nos hemos vuelto como una especie de familia, cada vez los quiero más, ellos suelen darme muchos consejos y acompañarme en todo momento.
Hoy salimos de compras, la es ropa increíble, con diseños exclusivos. Los almacenes son enormes, ¡Dios mío no lo puedo creer!, todas estas luces son fantásticas, no sé cómo pero resultamos montados en una limosina blanca llena de música, videos, tragos y lujos en general. Entramos a un bar gigante que queda en Las Vegas con diferentes ambientes y Shows especiales y en vivo; la gente se enloquece, se desinhibe, se pierde, se casan, se separan al otro día, todo esto es maravilloso. Las noches parecen cortas, pues es tanta la variedad que el tiempo no es suficiente.
Y ni hablar de los restaurantes, la comida es, exquisita y económica, todos estos bufetes en donde comes hasta reventar, sus platos extranjeros y exóticos, toda esta variedad te deja atónito. No obstante, me gusta comer moderadamente, eso sí, que sea de buena calidad y de buen sabor. Nosotros llegamos a la conclusión de que lo mejor es que comamos por fuera, primero porque es más práctico y segundo, por innovar de comida constantemente, pues como dice el dicho, en la variedad está el placer.
Yo creo que voy a volver a hablar con Lucy, para haber si existe alguna vacante en un nuevo empleo en donde me paguen más, pues la verdad es que lo que gano ya no me alcanza para las cosas que necesito y una mujer debe siempre velar por suplir sus necesidades, además yo sé que me puedo desempeñar bien en cualquier otro empleo que me pongan y más ahora que estoy pensando en buscar otro adicional para los fines de semana. Yo sé que si sigo así, pronto voy a ir escalando puestos hasta que sienta que ya estoy bien ubicada, al menos por esta época, o de pronto me da por quedarme aquí un tiempo más, la verdad no sé, por el momento lo importante es pasarla bien, conocer, disfrutar y aprovechar las oportunidades que se me presenten.
Hoy me siento muy feliz, ya sólo falta un día para que me paguen, al fin todo el esfuerzo se ve recompensado, después de casi un mes de encontrarme trabajando aquí, creo que este primer pago me va a dar mucha alegría, pues durante estos días me he tenido que cohibir de muchas cosas y necesidades, e incluso me ha tocado dejar de llamar a mi madre, pues el poco dinero que me queda ya se está terminando y la verdad es que necesito comenzar a alistar todo para volver a casa. Ya me he ausentado mucho y es hora de volver a la vida que tenía en el lugar de donde un día partí: Colombia. Sólo quiero hacer lo correcto, o tal vez… ¿no?
Ya es tarde para volver, no sé si las cosas vuelvan a ser como antes, he perdido mucho de lo que soy, es más, ya no sé quién soy. Es mejor esperar a ver qué pasa, me dan miedo muchas cosas, últimamente he tenido muchos dolores de cabeza y creo que eso no es normal, en ocasiones no sé si estoy despierta o dormida, me siento muy confundida; lo mejor será ir al médico, sólo espero no hacer nada tonto mientras tanto.
Lo mejor será esperar…
Hoy es una nueva noche, llamaré a los chicos para preguntarles cuál es el plan de hoy, pues la noche es joven y el mundo nos espera, sólo espero que sea una vez más inolvidable. Pues mañana es un nuevo día…
Hoy es un nuevo día…
Nota: esto fue lo último que se supo de Sofía, o bueno al menos es lo que evidencia en el diario, los investigadores se encuentran en la búsqueda de la dueña del diario, pues al parecer es pieza importante en un asunto no resuelto que tiene pendiente el FBI de Las vegas.
Al final, el caminante y el camino se vuelven uno al andar.
[1]River Queen es el lugar donde decidí quedarme durante dos meses, en compañía de siete personas más, aun cuando su capacidad era de cuatro.
[2] Frase de Nicolás Gomes Dávila.
¿Cómo referenciar?
Neusa Romero, Leonardo. “Diario de una camarera” Revista Horizonte Independiente (columna literaria). Ed. Nicolás Orozco M., 31 enero 2021. Web. FECHA DE ACCESO.
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