Diálogos sobre Filosofía Medieval se establece como un ciclo de videoconferencias cuyo objetivo es el tratamiento y la difusión de las diferentes perspectivas que se estudian el medioevo. Frente a las múltiples críticas de un periodo de la historia de la humanidad al que se le endilga la más extensa barbarie, existen razones para justificar el desarrollo del pensamiento y de la cultura entre los más de mil años en que se asume transcurrió dicha era. Así, además del diálogo que los autores cristianos, judíos e islámicos tuvieron con la siempre venerada tradición griega para amparar reflexivamente sus ideas teológicas, por ellos mismos hemos heredado significativos avances a nivel de lógica, lenguaje, arte y otras cuestiones, con los cuales el hombre contemporáneo piensa su mundo y sus problemas.
A través de varias conferencias estudiaremos el pensamiento del Medioevo desde una perspectiva filosófica.
Todas las sesiones se transmitirán en vivo o se grabarán para publicarse en el canal de YouTube de la Revista Horizonte Independiente (CLIKC AQUÍ PARA VER).
Estiven Valencia Marín
Transmisión en vivo: martes 20 de junio (6:00pm, hora Colombia).
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La convención histórica más extendida sobre la era medieval ha sido la de un periodo cuyo declive intelectual, superstición copiosa, dominación Iglesia-Estado y negación extensiva del desarrollo del conocimiento, caracteriza las mayores vilezas creadas entre las edades del curso de la humanidad. Sin embargo, estos y otros acontecimientos reprochables para los críticos contemporáneos, quienes se endosan el desarrollo total de las más ilustradas tesis pensadas por el ser humano, tuvieron que enfrentarse a cruentas guerras y a una hostilidad ideológica de algunos sectores que presumen la posesión de la verdad, tan difundidas a lo largo de una historia que reprocha comúnmente las vivencias del pasado. Lo cierto es que en el medioevo asisten a los seres humanos conRictos que han surcado a cada una de las eras valoradas por muchos pensadores, pero será en el medioevo donde emergen ciertas novedades estéticas y conceptuales que determinaron el desarrollo de la cultura occidental. Dicho así, sugerimos para esta primera sesión exponer y discutir algunos prejuicios que han dado lugar a juicios arbitrarios contra la era medieval; juicios presurosamente proferidos desde el Renacimiento hasta nuestros días respecto del pasado que, sin lugar a dudas, comporta un aspecto esencial en el desarrollo cultural de las sociedades presentes.
Magister y Licenciado en Filosofía de la Universidad Tecnológica de Pereira. Licenciado en Ciencias Religiosas de la Universidad Católica de Pereira. Catedrático e investigador de la Universidad Católica de Pereira (UCP), Universidad Tecnológica de Pereira (UTP) y docente de Educación Básica en el sector privado para el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús, Hermanas Bethlemitas de Pereira. Es miembro directivo del Centro de Estudios Clásicos y Medievales Gonzalo Soto Posada (CESCLAM-GSP), secretario de la Red Colombiana de Filosofía de la Religión y secretario de la Red Latinoamericana de Estudios Patristicos (RELAEP). En los últimos tres (3) años ha publicado una decena de artículos y libros que versan sobre temas de su especialidad como la Filosofía Griega, con énfasis en Ética de las Escuelas Helenísticas, Filosofía Medieval, especialmente en la línea Patrística y Apologética Griega, y Filosofía de la Religión.
Adán Núñez Luna
Transmisión en vivo: martes 27 de junio (6:00pm, hora Colombia).
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Indudablemente, uno de los temas centrales que Boecio desarrolla a lo largo de la Consolatio philosophiae es el referente al del problema del mal. Como se sabe, en esa obra se dramatiza el congojoso diálogo que entabla Boecio con Philosophia. Privación de su libertad y de sus bienes materiales, amén de haber sido condenado a muerte por causa de su aparente complicidad con algunos miembros del senado romano quienes presuntamente estuvieron involucrados en una especie de conspiración en contra Teodorico el Grande, Boecio aparece en la obra como un hombre devastado por la injusticia que se cierne sobre él. Es evidente que una situación de tal naturaleza esté acompañada de diversas interrogaciones que tienden a cuestionar la justeza y benevolencia del mundo.
En ese contexto, el papel de Philosophia es fungir evidentemente como consolatrix. Con arreglo a ello, después de escuchar las quejas y lamentaciones del filósofo romano, ella emitirá un diagnóstico general sobre el malestar que afecta en el fondo a Boecio, diciendo de él que sui paulisper oblitus est (Cons. 1, 2, 5), es decir, que se “olvidó de sí por un momento”. Con ello se quiere dar a entender que la adversidad por la cual está atravesando el filósofo le ha hecho perder de vista lo que con anterioridad ya conocía y asumía, a saber, que la realidad está gobernada por la providencia y que todo lo existente tiende hacia Dios. Así pues, el quehacer de Philosophia será el de guiar a Boecio por el camino de su autorecuperación hasta poder llevar el consuelo necesario a su alma. Para ello, a lo largo de los cinco libros que componen la obra, se irán dando las respuestas necesarias a cada una de las inquietudes del filósofo sufridor, a fin de demostrarle que a pesar de que parece manifiesta la inequidad y maldad que gobierna en el mundo, eso se trata de una apreciación ilusoria que no está de acuerdo con la recta razón.
Dicho esto, la propuesta de mi ponencia es la siguiente: presentar la idea del “olvido de sí” como una posible figuración del mal dentro de la narrativa de la Consolatio, en el entendido de que es justamente ése el “malestar” que Philosophia detecta en Boecio. Por supuesto, se trataría de una figuración sui generis del mal, pues su aceptación implicaría extender la significación del mal tal y como es explícitamente entendida en la Consolatio, esto es, como una privatio essendi, lo cual nos llevaría a problematizar el sentido del concepto mal más allá de las manifiestas determinaciones que Boecio le va dando según el propósito teodiceico de su obra.
Obtuvo los grados de Licenciado y Maestro en Filosofía por la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), grados que consiguió con trabajos
recepcionales que versaron sobre temas vinculados con el pesimismo filosófico. Asimismo,
actualmente es graduando de la Licenciatura en Letras Clásicas por la misma institución,
donde se encuentra realizando una tesis sobre la Consolatio philosophiae de Boecio. Ha
participado como ponente en diferentes coloquios y se ha desempeñado como docente en
instituciones de educación media superior y superior, ofreciendo clases y cursos sobre
filosofía. También ha publicado ensayos y artículos en revistas electrónicas e impresas,
tanto nacionales como internacionales. Sus investigaciones e intereses giran en torno a las
problemáticas relacionadas con la experiencia del mal.
Carlos Barbosa Cepeda
Transmisión en vivo: miércoles 28 de junio (6:00pm, hora Colombia).
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Dōgen (1200-1253) es uno de los más reconocidos y admirados filósofos japoneses clásicos. Uno de los varios asuntos sobre los cuales puede decirnos algo hoy es la cuestión ambiental. No es simplemente que su pensamiento pueda animar la ética ambiental o enriquecer la crítica de nuestra noción de naturaleza. El pensamiento de Dōgen es lo que Raimon Panikkar habría llamado una ecosofía: la gran cuestión no es cómo ordenar las cosas a nuestro criterio, sino cómo entender y armonizar con el criterio de las cosas mismas. Exploraremos esta perspectiva en Dōgen y sus consecuencias para pensar —o repensar— el ecologismo.
Columnista RHI, filósofo de la Universidad Nacional de Colombia, doctor en humanidades de la Universidad Pompeu Fabra, vicepresidente Asociación Latinoamericana de Filosofía Intercultural, miembro de la Red Colombiana de Filosofía de la Religión y miembro European Network of Japanese Philosophy.
Fernando E. Ortiz Santana
Transmisión en vivo: martes 04 de julio (6:00pm, hora Colombia).
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Aprendemos que al periodo que se desarrolló desde el siglo V d.C. y hasta el XVI d.C.se le
llama “Filosofía Medieval”; pero no que tal denominación es negativa: señala una etapa
“intermedia” entre la Filosofía Griega y la Filosofía Moderna. En las siguientes páginas
intentaré construir un nombre adecuado para este periodo; uno que nos permita ver la
positividad contenida en los sistemas filosóficos que se generaron.
Es muy complejo decir si de algún modo la Filosofía Griega “originó” a la Filosofía
Medieval; depende de qué entendamos por originar. Tal vez la raíz de esta filosofía no está
sólo en Grecia, ni en lo que en ese momento se entendía por filosofía. Lo problemático, por
ende, es ubicar el “momento” en el que el pensamiento se desplaza de horizonte. No está por demás señalar que hay que descartar un cambio repentino y radical, pero entonces ¿qué
debemos buscar y hasta dónde?
La filosofía no cambia de un día para el otro, y si acaso sufre modificación en sus principios y conceptos es por un largo y complicado proceso de transformación. Étienne
Gilson en El espíritu de la filosofía medieval (2007) comenta que el pensamiento semita, y
más precisamente el pensamiento judío-hebraico con su Dios de la Alianza, se apoderó de
las “posibilidades internas” de la Filosofía Griega. Xavier Zubiri tiene un planteamiento
similar, nos dice “[…] Grecia recibe un día la predicación cristiana. El cristianismo salva al
griego, descubriéndole un mundo espiritual y personal que trasciende de la naturaleza”
(1999). Sobre lo que es necesario preguntar: ¿cuáles son esas “posibilidades” de las que habla Gilson? y ¿qué quiere decir allí Zubiri con “salvar”?
Es un error pensar que la filosofía posterior a Grecia tiene un origen independiente de
ella; aunque también es equívoco pensar que es tan sólo su extensión. No hay que hacer un
comparativo de los conceptos para llegar a tal conclusión, tampoco necesitamos una
Etimología ni una Historia; en su lugar, es menester encontrar el origen del cambio en la
estructura de la mentalidad que la contiene. Por ello, en lo que sigue, trataré de dar razones suficientes para llamar a este periodo “Filosofía creacionista”, con el fin de que se reemplace el nombre y, consecuentemente, no se siga extendiendo lo que a todas luces constituye un prejuicio.
La exposición contiene los siguientes pasos: 1) Breve explicación de por qué
utilizamos el término “Filosofía Medieval”; 2) Crítica a su uso; 3) Razones por las cuales
debería cambiarse por “Filosofía creacionista”.
Doctor en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); realizó un
Posdoctorado en la Universidad Iberoamericana (Ibero CDMX). Es profesor de filosofía con
más de 10 años de experiencia. Ha publicado varios artículos y capítulos de libro, entre otros:
“El problema de las categorías en la filosofía de Xavier Zubiri”; “El acto formal de intelección en la filosofía de Aristóteles”; “Análisis y crítica del ‘realismo mínimo’ de Maurizio Ferraris”; “Principios para un realismo post-creacionista”, y “Sobre el problema del conocimiento de la esencia en la filosofía de Xavier Zubiri”. Sus líneas de investigación son el realismo y la noología. Sus intereses son la Filosofía Primera de Aristóteles, el problema de la individuación en la Edad Media y la teoría del alma en Francisco Suárez.
Pablo Andrés Villegas Giraldo
Transmisión en vivo: jueves 06 de julio (6:00pm, hora Colombia).
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Pedro Abelardo, intuye que la realidad tiene un carácter discreto y reservado, por ello emprende un camino para comprender aquello con lo que algunos filósofos quisieron significarla, esas voces universales que tal parece se corresponden con un objeto determinado o con varios de ellos. Lo primero que demuestra es que en sentido estricto no existen entes universales representados en dichas voces; este descubrimiento implica una profunda revelación respecto a la singularidad, y al carácter discreto y reservado de la realidad. Para salir del problema el maestro palatino propone la idea del concepto, palabra que algunos traductores igualan equivocadamente con intelección, que en sentido estricto es una cierta imagen común con muchos elementos, una representación que se queda en el alma; en sentido amplio el concepto es algo que se puede predicar de muchos, es una especie de universal. Existe una noción fundamental en esta ontología que introduce Abelardo y que nos permite salir de este problema de la determinación de los entes frente a los universales, a saber: status. Status es ese estado de las cosas en el que el alma aprehende; del que, en efecto, por decirlo de algún modo: extrae el intelecto sus intelecciones.
Magíster y Licenciado en Filosofía de la Universidad Tecnológica de Pereira, beca Jorge Roa Martínez. Catedrático e investigador de esta misma universidad. Pertenece al grupo de investigación Filosofía y Escepticismo, es miembro de la Red Colombiana de Filosofía de la Religión. Publicó una traducción del maestro Pedro Abelardo: Tratado sobre las intelecciones (2023, Casa de Asterión Ediciones), un ensayo: El Escepticismo y la Fe. A propósito de Nicolás Gómez Dávila (2016, Alemania, Publicia) y una antología: Cautivo del deseo y otros poemas eróticos (2018). Tiene otras publicaciones en revistas científicas y de divulgación, y algunos capítulos de libro. Ha participado en foros, simposios y congresos nacionales e internacionales de Filosofía. Es conferencista, ensayista, actor de teatro, gestor cultural y escritor de poesía.
Armando Quezada
Transmisión en vivo: martes 11 de julio (6:00pm, hora Colombia).
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La recuperación de la filosofía islámica en nuestros días ha descollado gracias a muchos estudios sobre su pensamiento, sin embargo, un problema apremiante es el de contar con traducciones de los textos originales, pues no siempre es sencillo adquirir el texto árabe. El problema aparentemente filológico referido anteriormente parecería superfluo con respecto a la verdadera cuestión de fondo, es decir, la exposición de los argumentos de estos textos, pero precisamente por ello es por lo que la labor de conocer los léxicos y los conceptos originales podrían ayudarnos a entender y exponer de manera más certera las ideas planteadas por aquellos filósofos.
El objetivo de la presente ponencia es desarrollar los conceptos en su contexto referidos a los términos españoles de “esencia” y “existencia” en la obra de Avicena titulada “Ilāhiyyāt”. Una de las principales razones es que existen varios conceptos en árabe que suelen empatarse por sus correspondientes españoles o bien simplemente sustituirse lo que hace tener una comprensión sesgada del texto, la segunda y más importante razón desde la interpretación filosófica es el rendimiento mismo de los conceptos originales en su explanación metafísica.
En primer lugar, se realizará una exposición de los conceptos fundamentales que además de fungir como andamiaje en la obra del filósofo persa se constituyeron en términos técnicos por su función para traducir las obras de los autores griegos.
En segundo lugar, se realizará una presentación global del contenido de los “Ilāhiyyāt”, teniendo un enfoque dirigido a las secciones sobre su objeto de estudio, la naturaleza de lo existente, Dios y su demostración y la realidad y su constitución. Se utilizarán a su vez algunos otros textos relacionados y, principalmente, de su sistema más conocido el Al-Shifa.
Finalmente, se revisarán algunas tradiciones de recepción del texto de Avicena en Occidente, tanto en la parte lingüística, es decir, en la traducción latina, como en la parte teórica y en la historia de las ideas, la importancia de este texto que se puede rastrear desde San Alberto Magno y Tomás de Aquino hasta Francisco Suárez es de capital interés para la evolución de los sistemas metafísicos y podría decirse sin temor a equivocarse que su influjo llega hasta el idealismo alemán.
La obra de Avicena además de tener las cualidades antes descritas tiene actualidad para la filosofía contemporánea por sus análisis metafísicos y ontológicos, por la estructura de su sistematicidad y por la vinculación teorética con otras disciplinas, por estas razones es un autor al que hay que volver constantemente.
Licenciado en Filosofía por el Centro de Estudios Filosóficos Santo Tomás de Aquino, es Maestro y Doctor en Filosofía por la Universidad de Guanajuato, México. Actual estudiante de Licenciatura en Biología Experimental. Ha presentado diversas ponencias en México como en el extranjero. Fue investigador invitado en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de España en el año 2016. Ha impartido cursos de griego clásico, latín, historia de la filosofía, metafísica y temas relacionados con el pensamiento griego y medieval, además de su recepción. Es miembro de la Red Iberoamericana Leibniz. Actualmente se desempeña como profesor de griego clásico y de metafísica en la Universidad de Guanajuato.
Claudia Fabiana D’ Amico
Transmisión en vivo: jueves 13 de julio (6:00pm, hora Colombia).
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De coniecturis es una obra fundamental que el Cusano comenzó casi al mismo tiempo
que De docta ignorantia en 1440 pero que finalizó cuatro años después. En De docta
ignorancia acuña la noción de coincidentia oppositorum y coloca a la verdad absoluta en
el ámbito de lo inalcanzable proponiendo la ciencia de la ignorancia como una vía de
acceso especulativo, no racional. En De coniecturis define la conjetura como una
aserción positiva que puede aprehender la verdad no en sí misma sino en la alteridad,
y ello implica siempre una aprehension parcial. Si el mundo real es la explicitación de la
mente divina, el mundo conjectural que intenta aprehenderlo es la explicitación de la
mente humana que conforma, a partir de este intento, su propio mundo de símbolos.
En el marco del tratamiento del conocimiento conjetural, el Cusano inserta un último
tópico: el del conocimiento de sí y justifica que tal conocimiento debe entenderse como
el de una identidad, también inalcanzable en sí misma, que puede aprehenderse, sin
embargo, de algún modo, proporcionando semejanzas y diferencias con los otros. De
este modo, el juego entre la identidad y la alteridad se vuelve un soporte epistemológico
fundamental desde el punto de vista teórico con insoslayables consecuencias prácticas.
Si la unidad absoluta solo es alcanzable en la alteridad conjetural, la igualdad absoluta
solo puede asirse en la práctica conjetural de la justicia.
Doctora en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires. Profesora Titular de Filosofía Medieval en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad Nacional de La Plata. Investigadora Principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina. Directora del Programa de Estudios de la Recepción de la Tradición Platónica. Directora de la revista científica Patristica et Mediaevalia. Autora de numerosos libros y artículos sobre los temas de su especialidad: autores de la tradición platónica medieval y especialmente sobre la obra de Nicolás de Cusa.
Willmar de J. Acevedo Gómez, Ph.D.
Transmisión en vivo: martes 18 de julio (6:00pm, hora Colombia).
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La idea de la ponencia gira en torno a una pretendida intertextualidad del Itinerarium mentis in Deum (Itinerario de la mente a Dios) de San Buenaventura con algunas características del hombre contemporáneo, dentro de las cuales sobresale su postura de encorvado. Tendremos como base las tres jornadas que, como posibilidad de llegar desde el mundo sensible hasta Dios, propusiera inspiradamente el seráfico doctor en 1259.
Ahora bien, las humanidades se enfrentan a un reto de grandes proporciones relacionado con la comprensión de nuevos sentidos de lo humano que van emergiendo de las maneras actuales de construcción de realidad. En este sentido, adquiere realce la figura de Juan de Fidanza, más conocido como San Buenaventura de Bagnoregio quien en el primer libro de su Itinerarium nos habla del encorvado (in curvatus est ipse).
El doctor seráfico lo refiere bien cuando dice: “Secundum enim priman naturae institutionem creatus fuit homo habilis ad contemplationis quietum. Sed avertens se a vero lumine ad commutabile bonum, incurvatus est ipse per culpam propiam” (I, 7). Esta figura del “encorvado sobre sí” expresa de manera plástica y muy significativa lo que ha venido a convertirse el hombre contemporáneo. Y si bien es cierto que ha sido creado hábil para la quietud y la contemplación, pareciera que yace encorvado.
Este incurvatus est ipse no hace parte del estado natural del hombre, más bien es una situación en la que ha entrado por su propia responsabilidad y por fortuna se puede revertir a través de un ejercicio itinerante de tres jornadas por las cuales puede el alma retornar a Dios. La primera apreciando las cosas materiales sensibles y aprovechándose de ellas remitirse a Dios, es decir, las cosas sensibles son una muestra de la perfección de Dios y por lo tanto remiten a Él. En la segunda jornada el hombre vuelve sobre sí mismo a partir de sus sentidos internos y en ellos ve a Dios. En la tercera, pasando por encima de sí, ve las maravillas trascendentes que aun estando por encima de su capacidad racional, con esfuerzo y humildad puede conseguir si es asistido por la gracia de la comprensión profunda llamada sindéresis.
En el contexto creyente de San Buenaventura, Dios ha creado al ser humano en libertad lo cual le otorga incluso la posibilidad de alejarse o retornar a Él. Sin embargo, insiste el santo que, sin la sindéresis, el ser humano permanece como encorvado sobre sí mismo sin la posibilidad de ver fuera de sí y mucho menos dentro de sí.
Palabras clave: San Buenaventura, hombre contemporáneo, filosofía, mística, encorvado.
Especialista en Pedagogía y Desarrollo Humano de la Universidad Católica de Pereira, Magíster en Filosofía de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, Doctor en Filosofía de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín, Tesis doctoral laureada Summa Cum Laude: “Itinerarium mentis in Deum: tras las huellas de aquella paz que sobrepuja todo entendimiento” en San Buenaventura. Director del Departamento de Humanidades de la Universidad Católica de Pereira, Director del grupo de investigación El Fenómeno Religioso de la Universidad Católica de Pereira, Ex Vicerrector académico de la Universidad Católica de Pereira, Par académico institucional MEN.
Andrés Ramírez
Transmisión en vivo: jueves 20 de julio (6:00pm, hora Colombia).
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Esta ponencia presenta un breve panorama de la poesía en el al-Ándalus de la tardía Edad Media, centrándose especialmente en la poética del esplendor, la derrota y la nostalgia musulmana desarrollada entre los s. VIII y XIV. Aquí, tomando como referencia las investigaciones del profesor Alexander E. Elinson y otros documentos de contexto, se perfilan las figuras más representativas de la poesía de ese periodo musulmán ibérico, así como sus experiencias escriturales y las condiciones de posibilidad de su ejercicio literario.
En efecto, el dominio musulmán que se extendió desde Bagdad y Damasco hasta la península ibérica en el Alto Medioevo tuvo un momento de magnificencia en la identidad cultural andalusí desde su adhesión al Califato Omeya tras la Guerra de Guadalete en el 711 d. C. y la huida del rey visigodo Rodrigo. La consolidación del Emirato independiente de Córdoba en 756 d. C. dio paso a una hegemonía árabe musulmana cuyo florecimiento es notorio ya desde Abderramán II, sibarita, esteta y mecenas. No obstante, es con las reformas de Abderramán III que fue posible la declaración del Califato Omeya de Córdoba (929–1031) cuyo auge duró hasta la caída de Almanzor hacia 1009 d.C.
La gloria del al-Ándalus y el posterior declive árabe musulmán español ante la reconquista de los reyes católicos con Vicente Ferrer o Fernando, es asumida poéticamente por diferentes autores como Abderramán, Ibn Al-Abbār, Ibn Jafaya, Ibn Zamrak o Ibn Yabir, por mencionar algunos; a lo cual se suman poetas y artistas contemporáneos como Radwa Ashour, Tariq Ali, y Youssef Chahine que manifiestan también a su modo nostalgia por la gloria del pasado, antes de que las alianzas de los reinos hispanos sumergieran la península en la Gran Fitna, culminando con la expulsión definitiva de los moros en 1492 simultáneamente con la conquista de América durante el reinado de Isabel y Fernando en aquella implacable cruzada católica hispana.
El legado estético andalusí es amplio y expresa la depuración y la magnificación de las formas pues debe ser expresión divina y no pecado o tentación, por ello la poética andalusí entraña el desierto y el mensaje doctrinal de Mahoma y del Islam. Peculiarmente, en el ámbito poético se permitió también una relevante participación de las mujeres, tal como sucedió con Aisha, Wallada bint al-Mustakfi o María Alphaizuli, entre otras que contribuyeron con sus obras. En fin, el mundo árabe en su devenir hizo fluir hasta la península ibérica la esencia de lo que será en adelante la cultura del Magreb; empero es la musicalidad andalusí lo que da lugar a este tipo particular de escritura tanto lingüísticamente como estilísticamente.
Máster en Literatura por la Facultad de Comunicaciones de la Universidad de Antioquia, Filósofo y docente del Instituto de Filosofía de la Universidad de Antioquia y de SEDUCA. Miembro y colaborador del CESCLAM – Centro de Estudios Clásicos y Medievales – Gonzalo Soto Posada, del CEFC– Centro de estudios filosóficos y culturales, del GELCIL – Grupo de Estudios en Literatura y Cultura Intelectual Latinoamericana, y de otras organizaciones académicas y culturales.
John Jaime Estrada González
Transmisión en vivo: sábado 22 de julio (6:00pm, hora Colombia).
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La estética de Hegel se constituye también en la corporeidad; lo bello del arte en el mundo visible es material; para Kant la estética se entiende desde una posición trascendental, es sólo una condición básica para elaborar un juicio reflexivo. Las preguntas que se hace Kant frente a lo bello conducen entonces al juicio; en cambio Hegel parte de lo bello histórico creado por el hombre (superior a la naturaleza) como momento particular del desenvolvimiento del Espíritu.
En perspectiva histórica, Hegel distingue tres formas artísticas: a) la simbólica; b) la clásica; c) la romántica. La forma artística es un mero buscar con relación a un contenido siempre indeterminado; siempre deficiente. La forma artística va a expresar siempre un equilibrio entre ambas: la idea no solo es determinada, sino que se agota en su manifestación; por ejemplo, la escultura griega fue la realización de la forma artística clásica.
En la Edad Media el arte romántico deviene en la forma subjetiva del arte; se trata del deseo de autoafirmación que no responde ni a la conciencia de unión con el absoluto, ni a un recogimiento religioso del individuo. Consiste en una subjetividad que busca afanosamente la afirmación de la propia particularidad, y en la libertad de la producción y las configuraciones, Cristo es su autoafirmación: Dios reconocido en otro. El epos realiza el ideal romántico en su forma: el roman, la narración histórica sustraída a la ciencia y leyes universales
Este arte romántico tiene tres consideraciones importantes para el filósofo:
Ahora bien, según Hegel, en el ideal del arte romántico se manifiesta el amor y lo encontramos en la figura de María, ejemplo de amor materno. A diferencia del amor directo de Dios, se trata de un amor humano, real, evidente, desinteresado, “amor sin deseo”. Este amor es muy fuerte, él es un proceso de salvación. Hegel tiene aquí un concepto explícito del cristianismo: el amor es la naturaleza misma de Dios, “aunque la dimensión del amor sea divina, presenta a la vez un carácter profundamente humano y espiritual.” En otra dimensión, la idea del cristianismo es el espíritu de comunidad; por esto a partir de las imágenes propias de las figuras de la iglesia se abandona el terreno de lo sensible.
En las historias de caballería el poeta desaparece en su objeto, para ello seguiremos Poema de mio Cid; y mostraremos cómo del terreno ideal del arte debe ya suprimirse la urgencia de la vida sin prescindir de lo finito. El caballero andante se realiza autoafirmado en honor, amor y fidelidad entre sus pares; ya presupone el desarrollo del espíritu, el amor de una mujer y las satisfacciones inmediatas no limitadas a la pobreza idílica. Todos sus intereses devienen en un epos que no es para sí, sino para nosotros, un público que disfruta escuchando estos cantares (la necesidad de oír la cosa) porque la obra de arte existe por el diálogo con cualquiera que se presente.
Graduado en filosofía, Universidad Javeriana, Bogotá . Estudios de literatura en la Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia. MA. Literatura castellana en: The City University of New York (CUNY). PhD. Literatura medieval Castellana (CUNY).Profesor de Hunter College: Romance Languages Department (CUNY)New York. Columnista de la revista virtual Cronopio. Miembro editor de la revista cultural Hybrido, New York. Autor de la tetralogía: “De la antigüedad a la Edad Media”. Miembro del CESCLAM (Centro de Estudios Clásicos y Medievales Gonzalo Soto Posada), Medellín. Ensayista e investigador independiente. En prensa (Editorial Epimeleia, Medellín ) un libro con ensayos varios sobre Hegel.