¿En qué consideración deberíamos tener a Wikipedia en el mundo académico? Una más positiva de la usual, en todo caso. La razón es sencilla: es quizá lo más cerca que estaremos jamás del sueño enciclopédico, el sueño de poner todo el conocimiento humano a disposición de la humanidad entera. Y aunque eso se dice rápido, hay mucho que comentar al respecto. Vamos pues.
Un día dos visionarios quisieron cumplir el sueño de compilar todo el conocimiento humano en una gran colección: un círculo capaz de envolver todas las artes y las ciencias, y así ponerlas en las manos de toda la humanidad libre y gratuitamente. La descomunal magnitud de la tarea no los hizo desistir. Antes bien, su determinación y entusiasmo contagió a muchas más mentes, centenares de miles de mentes voluntarias, que hoy mantienen ese sueño. Aquellos dos primeros visionarios fueron Jimmy Wales y Larry Sanger. Corría el 15 de enero de 2001. Han transcurrido ya 20 años, más de 50 millones de artículos en cerca de 300 idiomas, y más de 2000 millones de ediciones.
Cierto: la idea no es original de Wales y Sanger. Muy seguramente se inspiraron en el proyecto de la gran Encyclopédie ou Dictionnaire raisonné des Sciences, des Arts, et des Métiers (Enciclopedia o diccionario razonado de las ciencias, artes y oficios), que se redactó entre 1751 y 1772. Fue encabezada por los ilustrados Denis Diderot y Jean le Rond d’Alembert y muchos otros pensadores sumaron sus contribuciones.
Sí: el sueño de los editores de la Encyclopédie no era otro que compilar todo el conocimiento humano para ponerlo a disposición de la especie entera. Naturalmente los obstáculos eran muchos; técnicos, desde luego, como también (y no menos) económicos. Los editores privados llenaron el mundo de enciclopedias con costos extraordinarios para la gran mayoría, si bien cualquier curioso podía eventualmente consultarlas en el creciente número de bibliotecas públicas. Luego la disponibilidad de enciclopedias en CD mejoró en algo los precios. Aun así, lo realmente difícil era que cualquiera de estas compilaciones fuese lo suficientemente vasta y se mantuviera al día lo suficientemente rápido como para siquiera acercarse a abarcar todo el conocimiento humano.
Las cosas cambiaron con internet. No sin razón Wikipedia nace en 2001. Es un momento en que el acceso a internet se halla ya bien consolidado en Estados Unidos, con todo y que aún tenía un amplísimo margen de crecimiento. Ya es una obviedad harto repetida que internet ha facilitado el flujo de información y la compilación de la misma en medios de almacenamiento cada vez más accesibles económicamente hablando. Pero seamos francos: eso no significa por sí solo que el conocimiento será más accesible para toda la gente. La web es tanto o más eficaz en esparcir las mentiras, la información falsa, las calumnias, las fake news. Y lo que principalmente controla quién sabe qué en internet no deja de ser lo mismo de siempre: el poderoso señor Don Dinero.
Bastaría con eso para señalar por qué Wikipedia es tan importante. Es lo más cerca que estaremos, y quizá lo que estaremos jamás, del sueño enciclopédico. Todo lo que ha logrado lo ha hecho con la política de acceso libre y gratuito, sostenido por un ejército de voluntarias y voluntarios de todo el mundo, financiado enteramente por donaciones (para evitar la publicidad y, aún más importante, no quedar condicionada a la voluntad de gobiernos ni empresas).
Cierto: ha recibido muchas críticas que se mantienen. Se le ha acusado de parcialidad, de inconsistencia, y principalmente de defectos en la fiabilidad y verificación de sus contenidos. En alguna medida esas piedras le pueden caer a Wikipedia, pero a veces se dan muy por sentado o se exageran. Es importante entender y saber usar sus herramientas de verificación: notas, revisiones, foros de debate, restricciones a la edición de artículos sobre temas sensibles, menciones a artículos de especial calidad. ¿Perfecta? Lejos de ello. Aun así es fácil, muy fácil, desestimar la que probablemente sea su principal virtud: entre todas, entre todos, podemos cuidarla, mejorarla, ampliarla.
Es más, en casos puntuales ha resultado ser herramienta de reafirmación o visibilización de lenguas poco divulgadas y las culturas asociadas a ellas. No solo es que podamos aprender algo sobre los usualmente ignorados pueblos que hablan lenguas como el hausa o el ladino (¡saber tan siquiera que existen!), sino que sus hablantes pueden acceder a saberes e informaciones que difícilmente ningún otro canal o medio pondría en sus manos (y si es la primera vez que oye usted hablar de hausa o ladino, ya sabe qué puede hacer).
Es verdad que normalmente no debería ser tratada como referencia bibliográfica en trabajos académicos o incluso escolares. Ahora bien, ¿se diferencia en eso de cualquier enciclopedia anterior? Para nada. Es más, muchos artículos proveen sus fuentes, lo que permite profundizar o verificar la información. He experimentado que en muchos temas (y según en qué idiomas, también) resulta ser una fuente vastísima y muy enriquecedora. Pongamos por ejemplo la Wikipedia en alemán, cuidadosamente escrita y con numerosos artículos de calidad destacada. Otro ejemplo: en budismo hay una amplitud y profundidad de documentación que es complicadísimo hallar en otro lado. Y eso pasa con muchos otros tópicos.
Para decirlo en pocas palabras: es extraordinario que tanta gente pueda reunirse con la sola voluntad de hacer disponible el conocimiento para todo el género humano. Wikipedia probablemente es la pieza de evidencia más destacable de que en serio hay gente que le dedica horas de su esfuerzo a esa tarea no por dinero o poder, sino porque creen en ella.
En una ocasión, hace ya muchos años, un viejo amigo explicaba que había decidido hacer una donación a Wikipedia. No era una gran suma, pero la consideraba una de las mejores inversiones de su vida, y un necesario gesto de agradecimiento con un sitio que le había abierto la puerta a tanto saber. Y doy fe: este viejo amigo es una persona sumamente leída y cultivada. Así que en un par de ocasiones decidí replicar ese gesto. Porque no puedo dejar de sentir el mismo agradecimiento por tanto, tantísimo. Es más, allí donde me encontraba con molestísimos errores de ortografía o redacción, errores factuales evidentes u otras perlas, entraba a editar y constataba como después de poco tiempo los cambios se veían allí reflejados. Algunas veces he traducido pequeños artículos. A lo mejor pronto sea cuándo para sumar aportes aún más sustanciosos.
No me gusta ser elogioso en general, pero este es uno de esos casos, que seguramente se contarán con los dedos de las manos a lo largo de mis días, en que me lo permito y me lo seguiré permitiendo. Con toda seriedad lo digo: Wikipedia es un tesoro que hace falta estimar más, aprovechar más y cuidar más. Es lo más cerca que hemos estado, y quizá lo que estaremos jamás, del sueño enciclopédico.
¿Cómo referenciar?
Barbosa Cepeda, Carlos. “20 años de Wikipedia” Revista Horizonte Independiente (¿Y qué tal si?). Ed. Nicolás Orozco M., 28 mar. 2021. Web. FECHA DE ACCESO.
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