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Erika Lisseth Becerra

Estudiante de Filosofía de la Universidad Industrial de Santander e integrante del semillero de investigación FILOEPOS

Ciclo II de “Las humanidades en…”

Las humanidades en el desarrollo del pensamiento

Todos los hombres tienen naturalmente el deseo de saber
-Aristóteles, Metafísica 

La condición de ser humano lleva implícita la necesidad de buscar una explicación del entorno en el que se encuentra y al mismo tiempo de su propio comportamiento o naturaleza. Su campo de desempeño siempre ha estado ligado al querer entender las causas de los sucesos y entidades como mecanismos para determinar su estadía en el mundo. A partir de esa necesidad surgen los estudios humanísticos, que buscan múltiples referentes teóricos desde la especulación y el pensamiento crítico; de ahí que se les conciba según Alberto Saladino García –estudioso de la filosofía, las ciencias políticas y las humanidades– como la teorización de las artes, del lenguaje, de la mente y de la experiencia cultural.
Existe una discusión por la denominación entre ciencias humanas y sociales. Pese a que ambas estudian el comportamiento del ser humano, se alejan en diferentes aspectos, como la diferencia histórica, ya que las ciencias humanas son más antiguas que las ciencias sociales; igual sucede en el enfoque, ya que utilizan metodologías distintas e incluso en los distintos objetivos y en los diferentes materiales de estudio. Asimismo, las ciencias humanas han sido objeto de múltiples concepciones, en muchos de los casos erróneos. Las personas pueden manifestar una insatisfacción al adentrarse en la definición, pues la consideran evidente e incluso superflua; empero, realizar una definición o dilucidación inmediata de algo y convertirla en una trivialidad siempre conduce a confusiones. Es importante resaltar que los estudios humanísticos, en realidad, son entendidos como las ciencias orientadas al conocimiento del hombre o lo humano del hombre.
Es evidente que gran parte de las críticas hacia las humanidades han sido a partir de las confusiones generadas por su significado, lo cual implica la infravaloración que se le ha dado. He escuchado en diversas fuentes muchos comentarios alrededor de la definición y el contenido de las ciencias humanas, varios de ellos suponen que son simples divagaciones y nada concreto; también advierten que estas ciencias no tienen mérito ya que se basan en ideas abstractas. De igual modo, piensan que los estudios humanísticos imponen sus ideas en el sentido de creer tener la verdad absoluta de las cosas. Eso sin añadir que no tienen aplicación, y que, por ende, no ayudan a la productividad del país. Sin embargo, quien sepa el verdadero contenido y significado de las ciencias humanas, da por hecho que aquellos comentarios, en su mayoría, son erróneos. Así pues, en una era tecnológica y productiva como la actual se omite su valor. Si bien las humanidades no ejercen gran aporte a un mundo globalizado en términos económicos como lo pueden hacer las ciencias exactas, sí ocupan un lugar fundamental en el desarrollo del pensamiento del ser humano y, por lo tanto, en la formación de las personas en general. También es refutable el supuesto hecho de que las ciencias humanas imponen su pensamiento, ya que las ciencias humanas amplían y abren las posibilidades del pensar, es decir, van más allá, recorren el camino de la vida en busca de la verdad y, por tanto, cuestionan lo establecido: no imponen. 
Se debe tener en cuenta que los saberes que conforman las ciencia humanas no siempre se han considerado como tal, es decir, en el renacimiento, por ejemplo, las ciencias humanas eran la filosofía, la literatura y la historia, mientras que, actualmente, se han ampliado con otros saberes que tienen contenido del carácter de las ciencias humanas, y otras fuentes que ayudan a concebir aspectos relacionados con el estudio del conocimiento del hombre como la literatura, la filosofía, la teología, la lingüística, la economía, la filología, la semiótica, la antropología, la psicología, la semiología, entre otras. Estas se consideran así, ya que exponen y analizan temas en relación con los valores humanos, el lenguaje, la cultura, la moral, las relaciones sociales, etc. Es importante saber esto para estudiar el camino que ha constituido el desarrollo de las ciencias humanas para conocerlas como son ahora y comprender que cada uno de los saberes que la conforman en la actualidad tienen un propósito que de ninguna manera pueden ser demeritados.
Para saber la importancia de las ciencias humanas, tenemos que detenernos en el análisis de su proceso histórico, y para esto nos cuestionamos en qué época surgió, y a partir de qué necesidad. Todo esto, para ubicarnos en el proceso y utilidad de estas ciencias. Por ello debemos tener en cuenta que el tránsito de la época medieval a la época moderna marcó el inicio del renacimiento. Allí se comenzó a contemplar la idea de libertad y el ser humano tomó conciencia de sí. Por ello, analizó su conducta y supuso que la filosofía, la literatura, y todos los otros saberes estaban en relación con el hombre y el posible análisis de sí mismo.
La importancia de las humanidades no solo se centra en su contenido, sino también en la relación con otros saberes. El ser humano, al forjarse una idea sobre la importancia de su individualidad, su poder de investigación y creación, dio paso a la posibilidad de enlazarse con otras manifestaciones del conocimiento, pues como es sabido, las humanidades y las  ciencias suelen confundirse e interpretarse como ideas equivalentes; sin embargo, aunque todas busquen la explicación y el análisis de la realidad, tienen un punto de quiebre, pues el conocimiento científico formula un lenguaje de carácter riguroso sobre las leyes que rigen a los fenómenos; en cambio, el saber humanístico no tiene un contenido imparcial, sino reflexivo, complejo e inesperado. Esto a pesar de que las ciencias en muchas ocasiones no tienen el carácter imparcial que las identifica, aunque esa sea su aspiración.
Así pues, no es posible apartar u omitir la riqueza en su complementariedad, ya que estos dos métodos de conocimiento contribuyen a la posibilidad de la explicación de la realidad. Sin duda son necesarios el uno con el otro. Como diría Alberto García en su ensayo Humanidades: concepto e identidad, las humanidades esclarecen la razón y fin último del saber científico, en tanto este le proporciona datos y explicaciones que nutren las elaboraciones de aquellas. De ello resulta necesario decir que las humanidades han sido objeto del desarrollo del pensamiento, a partir de múltiples necesidades que se generaron, en la medida en que el ser humano ha buscado explicaciones de su entorno. El rol de estos saberes ha complementado el progreso de la humanidad y ha sido prioridad en las reflexiones de lo que percibimos, como también ha servido como alternativas para nuevos modelos sociales. 

Bibliografía
García, A. (1994). Humanidades; concepto e identidad. México: Colmenario.
Oviedo, G. (1978). En torno al concepto de “ciencias humanas”. España: El Basilisco.

¿Cómo referenciar?
Erika Lisseth Becerra. “Las humanidades en el desarrollo del pensamiento” Revista Horizonte Independiente (Las humanidades en…).
Ed. Stefan Kling, 30 jun. 2020. web. FECHA DE ACCESO

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