Humanidades y educación, no podrían dejar de coexistir y han estado vinculadas desde siempre. Bastaría con revisar la historia antigua que conocemos. En Grecia la educación partía de las Humanidades, enfocadas por la conversación y disertación con los maestros. Escuchar historias, postulados, hipótesis o experiencias, razonando desde diferentes ideales y pensamientos, marcó el inicio de una cultura que llegó hasta nuestros días. 

En nuestro desarrollo gestacional  y al nacer estamos involucrados con un mundo pre determinado por  tradiciones y creencias  que dan contexto a la sociedad a la que pertenecemos, en la que vamos a crecer y desarrollarnos. A través del tiempo continuaremos con esta historia o la modificaremos aportando nuestra experiencia individual  y saber humano.

Cada grupo social a través de los siglos ha legado sus creencias, pensamientos, costumbres y expresiones permitiendo su reconocimiento en la historia con elementos visibles que se manifiestan en la literatura, la filosofía, la arquitectura, el arte, la gastronomía y la música entre otros. Para darnos una idea ligera, basta con visitar un museo y encontrar un resumen seleccionado de nuestra humanidad.

Es por esto que en la Escuela la importancia de relacionar a los niños desde su primera infancia con la cultura universal es de vital importancia. El encuentro de un niño o niña con otros, es el primer paso para la relación social fuera de su círculo familiar y  da cabida a su exposición e interacción con otras realidades no menos valiosas que las propias. 

Conocer nuevos ambientes, sentir, temer, emocionarse, compartir, relacionar, solucionar y muchos procesos del día a día escolar, son Humanidades. Explorar un nuevo entorno al escuchar una narración, un cuento, una poesía, jugar, generar fantasía, construir un mundo imaginario, expresar una emoción, interpretar el lenguaje, entre otros, permite a los niños relacionar de primera mano conceptos, hechos y latitudes diferentes a la propias, dando apertura al inicio del conocimiento de nuestra historia humana y  su relación con las Humanidades.

Permitir a los niños la indagación sobre un tema o hecho de su interés es una posibilidad real para descubrir, examinar y generar conceptos propios sobre la realidad que los circunda.  Esta realidad pasada, presente o quizás futura, a través de la lectura, la escritura, la oralidad, la música o el arte, es base para el pensamiento que se revela y aporta a la construcción del conocimiento. No sólo debemos desde la escolaridad ser transmisores de contenido si no favorecer la libre expresión y construcción del pensamiento a través de diferentes contextos. 

Los niños y niñas son  re-constructores de su sociedad y es errado pensar que únicamente deben conocer las ciencias exactas. Sin desconocer su importancia y que son parte esencial de la historia de la civilización y de nuestro diario vivir, es necesario y vital favorecer la expresión de sus sentimientos y emociones, resaltar la pregunta, descubrir la riqueza de la conversación, ampliar  sus espacios para la indagación, respetar el desarrollo de sus  habilidades singulares, desde las cuales, ya aportan al crecimiento social y humano de nuestro presente.

Descartemos el concepto rígido y acartonado de que las Humanidades son únicamente asignaturas con contenido. No, este concepto debe ser más amplio y ambicioso, por eso desde la edad pre escolar permitir el contacto con la cultura, el medio, el lenguaje, la exploración, la expresión emocional , la invención e igualmente el reconocimiento de la  corporalidad y sus posibilidades hará que sus competencias avancen y dejen huella en su  historia que es la historia de todos. 

El reconocimiento del otro es el primer paso para ser humanos y por ende para relacionarse con las Humanidades. Tenemos el privilegio de pensar. Por tanto permitamos a nuestros niños y niñas Pensar. 

Pensar coexiste con Humanidades.